Nuevas autoridades: ¿qué harán con una Secretaría de Seguridad salpicada por corrupción y narcotráfico?

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Por: Xiomara Orellana

Ramón Sabillón, Julissa Villanueva y Gustavo Sánchez son los rostros nuevos al frente de la Secretaría de Seguridad y de la Policía Nacional en Honduras, entes cuestionados por vinculárseles con la corrupción, el narcotráfico y el crimen organizado, y que permanecen sumergidos en una profunda crisis desde hace décadas.

El sustantivo utilizado no es exagerado. Conversar con Julissa Villanueva permite dibujar un panorama nada halagador ya que, junto a Ramón Sabillón (Ministro de Seguridad), y a Gustavo Sánchez Velásquez (director de la Policía Nacional), tiene el reto enorme de impulsar una dinámica diferente en materia de seguridad en Honduras.

Todo lo que tenga que ver en materia investigativa, si le afecta al coronel, al policía militar o a un policía de alto rango, se acabó”, dice al ser abordada, de entrada, Villanueva, la médica especialista en patología, con estudios en criminalística, medicina legal y forense, a quien la administración de Xiomara Castro quiere tener como uno de los rostros visibles en la Secretaría de Seguridad.

Borrar la sombra de impunidad

La administración Castro heredó una Secretaría de Seguridad salpicada por corrupción y una flagrante impunidad, en particular, debido a una mora investigativa, relacionada con crímenes y muertes violentas en Honduras. Villanueva cita, a manera de ejemplo, las muertes violentas de mujeres, que alcanzan un 86% de mora, de acuerdo con lo que reflejan las cifras generadas en los ocho años del gobierno del ex presidente Juan Orlando Hernández. Lamenta ese escenario, pues acontece pese al apoyo logístico que se le dio a la institución policial, con la instalación de sendos laboratorios criminalísticos.

La meta que tienen en la Secretaría de Seguridad es desempolvar casos de alto impacto que conmocionaron a la sociedad hondureña, como el de la ex agente de la Agencia Técnica de Investigación Criminal (ATIC), Sherill Yubissa Hernández Mancía; la muerte de Keyla Patricia Martínez, la estudiante de enfermería asesinada en una celda policial de La Esperanza, Intibucá, y los casos del niño Enoc Misael Pérez, desaparecido en Tela Atlántida, y el de Angie Peña, desaparecida en Roatán, entre otros.

Verificarán datos

Villanueva afirma que un punto prioritario en la agenda que desarrollarán será verificar las cifras y los datos que emite la institución policial porque no van a ocultar información. La meta, sostiene, es transparentar el accionar investigativo, y contar con indicadores claros y verificables.

La nueva ruta en la policía, por otro lado, contempla incorporar a las mujeres a la dirección de jefaturas policiales regionales y a los procesos de capacitación que incentive el talento del personal que por años ha estado relegado, pero que son claves para la resolución de casos. “Que la operatividad no se concentre solo en los altos mandos, sino que aquel personal excluido se tome en cuenta, que desaparezcan los mandos tradicionales”, acota.

Pero, mientras se acomodan en sus ocupaciones, los nuevos funcionarios tienen claro que la investigación criminal, la prevención, el ataque, la contención, la sostenibilidad, así como una formación policial con enfoque humanista, es clave. Asimismo, se continuará con la depuración policial y el diseño de estrategias efectivas contra la delincuencia común y organizada son clave. Se trata de colocar los mejores hombres y mujeres para dirigir la nueva dinámica policial, con un enfoque que Villanueva esboza, para ejecutarse a manera de propuestas.

Investigación Criminal

Sólo en el mes de enero del 2022, el Observatorio de la Violencia de la Universidad Nacional Autónoma de Honduras (UNAH), registró 350 personas muertas de forma violenta, 64 más que en enero del 2021.

Migdonia Ayestas, coordinadora del Observatorio, es del criterio que “mientras la impunidad siga campeando, no se avanzará en frenar las cifras”. Por eso, un punto prioritario es el fortalecimiento de la investigación criminal, para frenar la gran cantidad de homicidios. “Muchos casos son denunciados, otros están por investigar y es una materia pendiente de la policía”, dice.

Pero agrega que no sólo se trata de homicidios, muertes violentas de mujeres, violencia doméstica e intrafamiliar. También la gama la conforman el crimen organizado, el narcotráfico, flagelos que generan muchas muertes violentas al igual que la extorsión y los negocios ilícitos.

Por eso Villanueva considera que la prueba científica es crucial. “Debe tenerse una investigación policial eficiente, oportuna y, sobre todo, una investigación basada en la prueba científica, que no se omita el trabajo y se vuelva cómplice para generar impunidad”.

Buscan fondos

El presupuesto asignado para el año 2022 en la Secretaría de Seguridad es de 6 mil 854 millones 651 lempiras, el mismo monto que les fue otorgado en el año 2021, según informó al CESPAD, Julián Pacheco, ex ministro de Seguridad.

Pero, con ese monto, la viceministra de Seguridad no se explica por qué en esa Secretaría no se resuelve el problema de seguridad, sobre todo la alta impunidad. “Es que la carga económica debe ser real, no en papel, porque hemos encontrado que hay muchas partidas secretas”.

Villanueva y el secretario de seguridad saben que tienen una partida presupuestaria, pero dicen que “estamos por descubrirlas porque todos los ministerios están amarrados”. Es decir, desconocen cuántos fondos tienen para operar porque las cifras están en rojo, agregó.

Son números que quedaron en papel. La Secretaría de Finanzas del gobierno de Juan Hernández les heredó números irreales, por eso, ahora, buscan fondos. “Borraron todo y hay que volver a empezar”, lamenta. Pero, mientras se identifica dónde está el dinero, las primeras acciones que están emprendiendo es la búsqueda de recursos con socios cooperantes.

Apuestan a los relevos por meritocracia

En la nueva dinámica de investigación, las autoridades recién nombradas dicen que están identificando al personal por “meritocracia investigativa”, haciendo a un lado los nombramientos por rangos. “Muchos de esos rangos no van asociados con el expertise que se necesita para resolver los casos”, dice Villanueva, quien en las primeras revisiones ha encontrado que los talentos están relegados o ubicados en puestos que garantizan seguridad en la población.

No solo es pensar en la prevención o el tema institucional. Las políticas de seguridad van a ser eficientes”, dice convencida, Villanueva.

Estadísticas reales y fortalecimiento del Observatorio de Violencia

Números reales es la consigna. “No se deben maquillar las cifras y todo dato debe ser confirmado”, dicen quienes dirigen ahora la seguridad del país. Para ello, en esta gestión fortalecerán los observatorios de violencia. “Vamos a hablar claro a la población. Vamos a decir si bajan o no los índices, vamos a dar las verdaderas razones de lo que pasa porque aquí no venimos a mentir”, agrega, a manera de promesa, la sub secretaría de seguridad.

Al asumir, las nuevas autoridades encontraron que durante los dos últimos años no se validaron datos porque hubo un divorcio de la Secretaría de Seguridad con el Observatorio de la Violencia. Por eso, en las nuevas propuestas se contempla revivir el trabajo con los observatorios de violencia e, incluso, abrir nuevos. Sin embargo, ante la calamidad presupuestaria de país, este trabajo se realizará con el apoyo puntual de la cooperación externa, clave para fortalecer esos organismos y promover el análisis de la información.

Policía científica

Una de las preguntas que se hacen los nuevos funcionarios en la Secretaría de Seguridad es que pasó con la Dirección de la Policía de Investigación y su apuesta por una policía científica. “Sólo sabemos que creció rápidamente en el Gobierno anterior; nos dijeron que se hicieron inversiones y titularon que eran los mejores de Centroamérica, pero, ¿lo son?”, cuestiona la viceministra, por eso considera que es urgente una auditoría forense, porque quieren saber qué se hicieron las grandes inversiones financieras, o si resolvieron la mora por casos no resueltos que persisten dentro de la Secretaría.

Estrategias contra el narco

El narcotráfico y la criminalidad organizada se abordarán con una nueva estrategia que estará bajo la responsabilidad del Ministro de Seguridad. “No haremos caso omiso a las alertas de dónde salen las avionetas, teniendo radares. No quitaremos el dedo del renglón apagando radares o haciendo caso omiso a la información que está en la Secretaría de Seguridad. Es una información que no se ha utilizado por intereses particulares de gente que manejaba la seguridad”, expone Villanueva.

Trabajo integrado con Operadores de Justicia

No más aislamiento, dice Villanueva. La apuesta es una estrategia para recuperar el Estado de derecho y devolver la confianza en la institucionalidad. Pero esto se logrará con un Ministerio Público y una Corte Suprema de Justicia (CSJ), independientes. “El Ministerio Público está secuestrado, la CSJ está secuestrada, pero los vamos a recuperar”, es el anhelo de la viceministra, para que fiscales y jueces den respuestas a la demanda de justicia del país.

Mayor eficiencia

En la actualidad, de 10 homicidios que se reportan, la Fiscalía le da 7 casos de investigación a la Dirección Policial de Investigación (DPI) y el resto se los asigna a la Agencia Técnica de Investigación Criminal (ATIC), una situación que ha generado un caos. Por eso, la eficiencia de los entes de investigación debe ser prioritaria; se necesitan resultados, con autopsias inmediatas para tomar decisiones. Pero mientras sigan separados, dice Villanueva, seguirá la impunidad.

Instituto de Ciencias Criminalísticas

Como la nueva mecánica investigativa, el trabajo se orienta a la prueba científica. Apuestan por un Instituto independiente de ciencias criminalísticas a favor del pueblo y la sociedad. “Es necesario para que termine la impunidad que ha dejado una grieta de dolor profundo a familias y no se nos van a olvidar los casos como el de Santa Rosa de Copán, que hay silencio, llanto de familias, pero les prometemos que se reactivarán”, dice Villanueva.

Más apoyo a las Mujeres

“Las mujeres en el poder”, es una consigna que esperan que se convierta en política, aplicable también a la Secretaría de Seguridad. Entre mil 500 y 2 mil mujeres trabajan en esa dependencia, pero se les suele asignar trabajos de protocolo y de conserjes, sirviendo café.

“Ocuparán cargos, tendrán más educación continua, porque hasta ahora no se les ha dado la oportunidad. Deben tener competencias porque hay mujeres que no salen de lo mismo”, explica.

Y es que, por ejemplo, hay muchas mujeres que participan en los procesamientos de escenas del crimen, hacen el trabajo de campo, pero nunca han tenido la oportunidad de asistir a un curso con el FBI.

Centros Penales

Una asignación que regresa a la Policía Nacional es el manejo de los centros penales. Es un gran desafío que reciben tras ocho años de pasajes oscuros en las cárceles, que dejaron varios muertos y una estela de impunidad. Villanueva dice que se preparan para tomar el control y con ello sacar a los militares de las cárceles, pero, por ahora, definen los esquemas de abordaje para intentar controlar uno de los graves problemas en el país: las cárceles.

En conclusión, son grandes los retos y muchas las propuestas de las nuevas autoridades de una Secretaria de Seguridad que, en promedio, cuenta con 170 policías por cada 100 mil habitantes.

Villanueva conoce los desafíos enormes que enfrenta, pero afirma que quieren devolverle la seguridad democrática al país y, para lograrlo, pondrán todo el empeño para resolver los temas torales: corrupción e impunidad.