Análisis | 10 desafíos estratégicos del Movimiento Nacional contra las ZEDEs

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Foto: Radio Progreso. Disponible en: https://radioprogresohn.net/aplicacion-movil/forman-movimiento-nacional-contra-las-zedes/

Autor del escrito: Baldimir López, analista del CESPAD
19 de julio del 2021

Las Zonas Especiales de Desarrollo Económico (ZEDEs), se han reposicionado en el espacio público en un contexto marcado por la contraofensiva del modelo neoliberal que, en el marco de la Pandemia del Covid19 y la crisis climática provocada por las secuelas de Eta y Iota, parecen haber entrado en una fase más agresiva y conservadora. Alrededor de esta versión más actualizada de la teoría neoliberal, el proyecto de las ZEDEs se inserta en toda una propuesta económica y política que parte de los siguientes elementos: i) el Estado tiene mucha influencia, ii) la democracia no es la respuesta, iii) instituciones no políticas, iv) ideología de la propiedad privada y, v) anarquismo de mercado.

El reposicionamiento de las ZEDEs ocurre en el marco del proceso electoral 2021, por eso es importante comprender que este es un proyecto de la élite económica y política anclada al Partido Nacional (PN), que surge en el marco del golpe de Estado y que en el camino se desligó de la élite tradicional, ante sus nexos con la economía de la corrupción y del narcotráfico. De ahí que no es aventurado sostener que un hipotético triunfo del PN implicaría que las ZEDEs serían el proyecto sobre el cual ese partido político organizaría su política económica durante los cuatro siguientes años de gobierno.

Las ZEDEs representan el proyecto articulador de la élite vinculada al PN por los siguientes aspectos. Primero, es un proyecto político porque busca reforzar el poder del PN sobre el Estado. Segundo, es un proyecto económico porque impulsa un plan de privatización de servicios públicos (educación, salud) y bienes comunes naturales (tierra, mar, agua, bosque, playas) a gran escala. Tercero, es un proyecto militarista porque el territorio estará resguardado por militares, policías y unidades de inteligencia. Cuarto, es un proyecto cultural con un amplio proceso de neocolonización que atenta contra las formas tradicionales de vivir, sentir y pensar de la sociedad hondureña, además de la imposición de nuevas formas de ordenar la vida política con base en los Estados Privados que la promueven.

En ese contexto, los desafíos del Movimiento Nacional Contra las ZEDEs deben analizarse en relación con los intereses y apuestas de las élites políticas y económicas, en un escenario internacional de reacomodamiento del sistema capitalista, y en un contexto regional y nacional de reconfiguración de las élites que promueven y resguardan sus intereses económicos desde el Estado.

Entre los desafíos sobresalen:

  1. Articulación estratégica con alcance nacional y local. En la lucha contra las ZEDEs, las organizaciones socioterritoriales (que inciden en lo local) serán las protagonistas y dictarán (en gran medida) las líneas de acción políticas y estratégicas del Movimiento, por el hecho de tener una vasta experiencia en procesos de resistencia territorial contra los proyectos extractivistas. El movimiento socioterritorial es el movimiento referente del país, con autonomía política y organizativa, con capacidad de convocatoria, movilización, incidencia, negociación y propuesta de cambio y transformación. Para avanzar en la articulación es necesario priorizar algunos elementos de fondo: i) creación de un modelo organizativo dinámico, democrático, flexible e incluyente, que ponga en el centro la lucha contra los caudillismos, el patriarcado, el racismo, el adulto-centrismo y autoritarismos, ii) definición de alianzas según naturaleza y apuestas políticas: tácticas, coyunturales y estratégicas en los esfuerzos por identificar a actores aleados con una visón política clara sobre la lucha contra las ZEDEs y, iii) definir principios básicos de articulación y sus respectivos niveles, en función al alcance de las demandas del Movimiento.
  1. Reconocer la relevancia política y organizativa del movimiento socioterritorial que lucha contra los extractivismos. La articulación será posible si las organizaciones locales son integradas al modelo organizativo que debe impulsar el Movimiento. Lo anterior pasa por equilibrar la balanza entre lo urbano y local, las organizaciones gremiales y organizaciones locales, y encontrar un punto organizativo en el cual las diferentes miradas sobre las ZEDEs se fundan en una conducción política democrática, en la cual las organizaciones locales tengan la misma capacidad de decisión que las organizaciones urbanas. Lo anterior obliga al Movimiento a tomar una serie de posturas de carácter político: i) democratizar el espacio en relación con la toma de decisiones, ii) reconocer la autonomía de las organizaciones locales en relación con su agenda y apuestas, y, iii) promocionar en las discusiones internas los imaginarios discursivos de las organizaciones locales en relación con los extractivismos, racismos, patriarcado, buen vivir, territorio, entre otros.
  2. Construcción de elementos identitarios con discursos subversivos. El Movimiento contra las ZEDEs tiene como identidad lo referente a la soberanía nacional, y es desde ese marco mental colectivo se construyen prácticas, discursos y posicionamientos. Para avanzar en la construcción de una identidad que refuerce la práctica política del Movimiento, es importante avanzar en algunos aspectos: i) posicionar la visión de territorio como espacio de vida y de ancestralidad, ii) construir un discurso de soberanía desde las voces excluidas y marginadas del modelo de desarrollo neoliberal en su versión extractivista, racista y patriarcal y, iii) posicionar en el imaginario colectivo y de consciencia ciudadana, el significado de luchar por la soberanía nacional asediada por el capital extranjero.
  3. Deslegitimar el discurso pro-ZEDEs del régimen, con base en las oportunidades políticas de la coyuntura. La articulación y los elementos identitarios son el punto de partida para deslegitimar el discurso pro-ZEDEs del régimen. El Movimiento deberá identificar las oportunidades políticas que ofrece el actual contexto y movilizar todos sus recursos en esa vía, debido a que el tema de las ZEDEs ha polarizado a la sociedad y ha vuelto a señalar al PN como el gran responsable de la entrega del territorio al capital extranjero. Para identificar las oportunidades, el Movimiento debería responder a tres preguntas centrales: i) ¿cómo terminar de erosionar la ilegitimidad del régimen?, ii) ¿cuáles son las debilidades del discurso del régimen en relación con las ZEDEs?, y, iii) ¿cómo unificar discursos que reposicionen con mayor fuerza el tema de soberanía e identidad nacional?
  4. La lucha popular escalonada y articulada en los diferentes niveles de acción política. Así como el Movimiento debe tener la capacidad de identificar las oportunidades de la coyuntura y movilizar sus recursos en esa dirección, deberá tener claro en qué espacios y vías se puede desarrollar una lucha escalonada con los actores urbanos y territoriales. Lo anterior pasará por avanzar en dos direcciones, pactadas con las organizaciones urbanas y territoriales: i) identificar las estrategias de lucha que mejor se adecuen a los contextos y realidades locales, ii) trazar una ruta táctica de accionar político en relación con las coyunturas territoriales, a medida que se agudice la lucha contra las ZEDEs. Lo anterior deberá concretarse con un plan mínimo de lucha popular, con capacidad de operativizarse en el corto tiempo, respaldado por las organizaciones, sin rebasar sus agendas y autonomías.
  5. Crear y expandir redes de seguridad/apoyo y mecanismos de monitoreo de denuncias. Lo anterior es clave para dar respuesta a un tema de fondo que genera miedo y temor a la población cuando sale a manifestarse y se ve envuelta en procesos de resistencia: militarización, persecución, vigilancia y represión policial. El Movimiento debe promover una cultura de seguridad y protección alrededor de la lucha, capaz de generar seguridad afectiva y promover empatía política. En ese sentido es importante la construcción de redes de seguridad/apoyo a las luchas urbanas y territoriales, y mecanismos de monitoreo y seguimiento a futuros procesos de denuncia, criminalización y judicialización hacia quienes luchan contra las ZEDEs.
  6. Crear mecanismos de resolución de conflictos para el manejo de contradicciones internas. El Movimiento contra las ZEDEs es amplio y heterogéneo, por consiguiente, lleva consigo sus propias contradicciones, producto de ideologías y visiones diferente de la realidad. Asimismo, protagonismos debido a los tipos de liderazgo, de las diferencias en los métodos de lucha y de las formas de organización política. Cuando los movimientos están en sus momentos más álgidos, estas contradicciones no se manifiestan de manera pública,  pero  en la medida que la lucha se prolonga, se visibilizan y se acentúan con fuerza en lo interno de los movimientos. Una tarea urgente es saber gestionar y manejar estas contradicciones, mediante la construcción de mecanismos capaces de identificar y gestionar de manera democrática los conflictos internos. En ese punto será importante que en el seno del Movimiento se consideren algunos elementos de fondo: i) el tema generacional, desde una mirada política, ii) lo relacionado al género, desde una mirada transversal, y, iii) la diversidad de apuestas de las organizaciones en relación con sus agendas y métodos de lucha.
  7. Pensar alternativas contra las ZEDEs y los proyectos de desarrollo territorial que promueven el despojo y pérdida de soberanía. Sin duda, el ejercicio de resistencia más urgente y necesario, en el seno del Movimiento, es construir alternativas alrededor de las ZEDEs. La construcción de alternativas deberá partir de una claridad conceptual en los esfuerzos por pensar alternativas más allá del capitalismo y el desarrollo libertario. Bajo ese entendido las alternativas a las ZEDEs deberán incorporar algunos aspectos que faciliten su organización interna: i) observar los términos y títulos utilizados, ii) correspondencia entre los títulos y contenidos de las alternativas, iii) unificar una potente articulación conceptual desde el pensamiento crítico progresista, y, iv) definir horizontes de cambio y el futuro que se imaginan. De igual forma, las alternativas deberán promover un espacio de análisis y reflexión de manera horizontal que incluya a los sectores marginados de las políticas neoliberales.
  8. Creación de opinión pública que promueva información, análisis y debate estratégico. Hasta ahora el debate sobre las ZEDEs en las zonas urbanas se ha generado alrededor del tema económico y legal, mientras que en los territorios se ha posicionado con fuerza lo referente a la autonomía territorial en su sentido más amplio. En ese marco, el Movimiento tiene la tarea urgente de movilizar opinión pública que promueva un debate más amplio e integral sobre las ZEDEs, en los esfuerzos por visibilizar mediáticamente los principales posicionamientos, demandas y propuestas de las organizaciones. En ese sentido, es importante crear una línea discursiva homogénea, partiendo de los problemas específicos de las regiones y territorios en relación con las ZEDEs. Lo anterior obliga a emprender amplios procesos de acción comunicativa en un sentido democrático y deliberativo, que sea capaz de generar conciencia en la población y adhesión a las acciones políticas de resistencia contra las ZEDEs.
  9. Priorizar acciones de incidencia política en los niveles locales, nacionales e internacionales. Los procesos de incidencia deberán responder a las apuestas estratégicas del Movimiento en relación con sus demandas y posicionamientos principales. Sin embargo, es importante que las acciones de incidencia estén focalizadas y que partan de las oportunidades reales del Movimiento en incidir políticamente en instancias claves para frenar la expansión de las ZEDEs. En la actual coyuntura es importante incidir ante organizaciones de derechos humanos con influencia en las instancias internacionales, con el objetivo de elevar a un debate internacional el impacto de las ZEDEs, en relación con los derechos. Por otro lado, es urgente que el Movimiento se plantee acciones internacionales ante las instancias financieras y empresariales que están identificadas como posibles inversionistas de las ZEDEs, en los esfuerzos por mostrar el impacto que causarán estos mega-proyectos en las comunidades. Sin duda, un espacio nacional de importancia es la coyuntura electoral, la que se presenta como la oportunidad de pactar con los partidos políticos para que en un nuevo gobierno se derogue la Ley de las ZEDEs, entre otros temas de interés del Movimiento. Como también, el nivel local, el cual en la actual coyuntura es el principal mecanismo de resistencia contra las ZEDEs, mediante las declaratorias municipales libres de ZEDEs.

Los 10 desafíos y las propuestas de operativización que se proponen, no son una receta ni un guion de actuación, pretenden abrir el debate y el análisis sobre el quehacer estratégico del Movimiento en la actual coyuntura de lucha contra las ZEDEs. De igual forma, los desafíos y actuación dependerán de la coyuntura, pero es importante contar con un horizonte estratégico, finalidad misma de los desafíos planteados, en los esfuerzos por eficientar los procesos de resistencia alrededor de la lucha contra las ZEDEs.