Por Helen Montoya, colaboración especial al CESPAD
22 de julio del 2021
Parte II
En el 2014, Centroamérica se vio sacudida con una oleada migratoria conformada en su mayoría por menores de edad. Se estima que al menos 70, 000 niños y niñas viajaron, en diversos momentos, sin acompañamiento alguno, en una travesía larga, cansada y con muchos peligros. En esa ocasión, gran parte de los menores viajaban con el objetivo de reencontrarse con sus padres que ya tenían muchos años de residir en Estados Unidos.
Ante ese acontecimiento, el Congreso de los Estados Unidos decidió que se enviaría una ayuda de US$ 750 millones de dólares, para apoyar a los países del triángulo del norte, que son las naciones de donde salía la mayoría de los niños y niñas; también se creó el Plan de la Alianza para la Prosperidad del Triángulo del Norte, con el “propósito de responder a los problemas que están promoviendo la migración masiva Centroamericanos y con el objetivo de reducirle[1]”.
Sin embargo, como en muchos casos, parte de esa ayuda no ha llegado y se tiene mucha duda que llegue a los lugares y personas que la necesitan. Además, no se han creado programas suficientes para trabajar de manera conjunta en la búsqueda de soluciones integrales para los problemas más acuciantes de estos países, que son las principales razones de las migraciones masivas.
Entre los principales problemas tenemos la falta de oportunidades (empleo, educación, salud, vivienda, etc.); la falta de seguridad, las maras y el crimen organizado; la pobreza, exclusión y desigualdad; la corrupción habitual de las élites gobernantes, en complicidad con los gobiernos estadounidenses que mantienen relaciones de alto nivel y que, incluso, han apoyado situaciones como el golpe de Estado a Manuel Zelaya en el 2009, el reconocimiento a las elecciones ilegitimas de Juan Orlando Hernández, aun cuando la OEA recomienda “la repetición de los comicios, ante las diversas irregularidades que «hacen imposible determinar con la necesaria certeza al ganador[2]«; a eso hay que sumarle la salida de la Misión de Apoyo contra la Corrupción e Impunidad (MACCIH), de Honduras, y la salida de la Comisión Internacional contra la Impunidad en Guatemala (CICIG) en Guatemala, sin ninguna resistencia estadounidense.
Sin embargo, para Cynthia Arnson, directora del Programa sobre Latinoamérica del Wilson Center: «Estados Unidos ha mostrado un compromiso para hacer frente a las raíces de los flujos migratorios a través de los diferentes programas de ayuda que mantiene en esos países. Es cierto que no han sido suficientes, dadas las magnitudes de los problemas, pero ha habido una intención y un esfuerzo por tratar de hacerlo[3]…».
Caravanas de migrantes
En octubre y noviembre del año 2018, miles de personas comienza a formar parte de un nuevo fenómeno social denominado “caravanas de migrantes”, cuya característica principal es emprender el viaje hacia los Estados Unidos en grupo, caminando. En esa fecha, cinco caravanas de migrantes se registraron; se calcula que eran aproximadamente unas 1,300 personas al inicio, pero terminaron con alrededor de 11,000 migrantes. A inicios de 2019 salieron tres nuevas oleadas (sexta, séptima y octava caravana), y a inicios de 2021 una novena. En total, hay cálculos que indican que participaron, al menos, unas 17,000 personas[4] en las nueve caravanas de migrantes, con una gran mayoría de personas de nacionalidad hondureña.
En el caso de los migrantes hondureños, además de las razones ya conocidas y compartidas en los otros dos países del triángulo norte, a partir del reconocimiento, por parte de Estados Unidos, de las elecciones del 2017 y de la reelección de Juan Orlando Hernández (con denuncias de fraude e ilegalidad), se creó una profunda inestabilidad política y social que influyó, de forma determinante, para que las caravanas de migrantes iniciaran en territorio nacional.
Es por ello que Joseph Nevins, del Vassar College, de Nueva York, indicaba que: «…Hernández es parte de una élite de poderes y no solo está contribuyendo a fomentar la posición de Estados Unidos en el país, sino que sus políticas también están obligando a muchas personas a escapar[5]«.
Ese éxodo masivo de personas, creó una crisis grave de términos multidimensionales -crisis de seguridad y crisis humanitaria, entre las más importantes- en los países por donde pasaban y en Estados Unidos, lugar de destino. El entonces presidente, Donald Trump, tomó como afrentas las caravanas, y decidió cortar los fondos de cooperación económica destinada a los países del triángulo del norte, ya que según él: “…los líderes de Guatemala, El Salvador y Honduras están haciendo poco para evitar ese gran flujo de personas…[6]”.
Por esas razones Estados Unidos dejó de desembolsar alrededor “US$ 566 millones de dólares[7]”, que correspondían a programas que estaban destinados a mejorar la seguridad y los mínimos de sobrevivencia de la población en estos tres países, enmarcados todos con el propósito de reducir la migración hacia Estados Unidos.
En el 2019, Estados Unidos presionó a los países del triángulo norte para firmar “Acuerdos de Cooperación sobre Asilo[8]”, conocidos como “tercer país seguro” en cada uno, con el fin de detener el flujo de migrantes indocumentados. Esos acuerdos fueron firmados por Guatemala el 26 de julio, por El Salvador el 20 de septiembre y por Honduras el 25 de septiembre. En octubre del mismo año, Michael Pompeo, secretario de Estado, expresaba que los fondos suspendidos serían reanudados ante el compromiso de: “El Salvador, Guatemala y Honduras de alcanzar nuestro objetivo compartido de reducir la inmigración ilegal de estos países hacia los Estados Unidos[9]”.
Esos Acuerdos fueron suspendidos en febrero de 2021 por la administración Biden, para dar lugar a “…esfuerzos para establecer un enfoque cooperativo y mutuamente respetuoso para gestionar la migración en la región”[10], según expresaba Anthony Blinken, secretario de Estado.
Las actuaciones de Estados Unidos han dejado marcas negativas en el desarrollo de estos países, ya que al tener una crisis de tal envergadura dejó de asistirlos económicamente y solo restableció el apoyo cuando los obligó a firmar acuerdos que no tenían el mínimo de condiciones para acoger miles de personas de otras naciones, para evitar que llegaran a la frontera estadounidense. Como bien indica Eric Olson, director para América Central del Centro Woodrow Wilson: “Históricamente, y estoy hablando de los últimos 50, 70 años, Estados Unidos ha visto a Centroamérica como una serie de problemas, crisis, desastres. La Guerra Fría, los huracanes, la migración, la violencia y drogas. Se ve de esa forma. Le pone atención por un tiempo, trata de solucionar ese problema, y se retira[11]”.
En esa misma línea, la representante demócrata Alexandria Ocasio-Cortez, se refirió a la reciente visita de la vicepresidente estadounidense Kamala Harria y expresó que: «… Estados Unidos pasó décadas contribuyendo al cambio de régimen y la desestabilización en América Latina. No podemos incendiar la casa de alguien y luego culparlos por huir[12]…».
Además, no podemos dejar de lado que hay sectores en Estados Unidos que “han convencido a muchos conciudadanos que los migrantes centroamericanos presentan un riesgo económico y cultural cuando, en realidad, los migrantes aportan a la economía estadounidense con su mano de obra, pago de impuestos y el consumo…”, según nos indicaba en una entrevista al CESPAD el académico Roberto Barrios[13], como parte integral del problema de las migraciones y que adquiere otra dificultad, además de las ya mencionadas.
Cooperación y programas de apoyo insuficientes
Del 2015 al 2018, Estados Unidos ha invertido en cooperación unos 2,800 millones de dólares en programas sociales, en infraestructura, generación de empleo y otros pilares de desarrollo para el Triángulo Norte, con el fin de generar mejores condiciones de vida. Sin embargo, no ha servido para realizar cambios verdaderos y sustanciales en las condiciones de los países del triángulo norte para detener la migración irregular, como objetivo final que persiguen las administraciones estadounidenses.
A finales del 2020, el Congreso estadounidense aprobó la “Ley de Compromiso de Mejora del Triángulo Norte” que sigue la línea de buscar formas de frenar la migración irregular y la publicación anual de una lista de personas consideradas corruptas en los países del triángulo norte. Es por ello que publicaron la conocida “Lista Engel[14]” en julio de 2021, en la que se incluye a catorce salvadoreños, veinte guatemaltecos y veintiún hondureños, funcionarios o ex funcionarios públicos, que supuestamente se han visto envueltos en algún tipo de acto de corrupción en cada uno de esos países.
Con esa desviación de miles de dólares, la élite corrupta ha evitado la creación de programas de inserción de las personas que han sido devueltas a sus países de origen en sociedades abiertas y con oportunidades que tendrían que iniciar por medio de la creación de empleos dignos.
Por estas razones concluimos que la responsabilidad de Estados Unidos en los flujos de migración irregular, está marcada por los patrones de comportamiento e influencia de los gobiernos estadounidenses, que han buscado siempre defender sus propios intereses, bajo la doctrina de seguridad nacional, paradójicamente, con el apoyo imprescindible de las élites corruptas de las naciones del triángulo norte.
Referencias
[1] Plan de la Alianza para la Prosperidad del Triángulo Norte. Banco Interamericano de Desarrollo (BID). https://www.iadb.org/es/alianzaparalaprosperidad
[2] Comunicado de la Secretaría General de la OEA sobre las elecciones en Honduras. 17 de diciembre de 2017. https://www.oas.org/es/centro_noticias/comunicado_prensa.asp?sCodigo=C-092/17
[3] Caravana de migrantes: ¿qué rol ha tenido Estados Unidos en la violencia, la pobreza y la falta de oportunidades que padecen Honduras, Guatemala y El Salvador? BBC, 25 de octubre de 2018.
https://www.bbc.com/mundo/noticias-america-latina-45973286
[4] Caravanas migrantes. Sitio web de la Oficina regional para Centroamérica, Norteamérica y el Caribe de la Organización Internacional de Migración de la ONU.
https://rosanjose.iom.int/site/es/caravanas-migrantes
Alfredo Islas Colín. “Caravanas de migrantes y refugiados en México”. Universidad Juárez Autónoma, México. BARATARIA. Revista Castellano-Manchega de Ciencias Sociales, núm. Esp.25, pp. 131-146, 2019.
https://www.redalyc.org/jatsRepo/3221/322161623010/html/index.html#redalyc_322161623010_ref5
[5] Caravana de migrantes: ¿qué rol ha tenido Estados Unidos en la violencia, la pobreza y la falta de oportunidades que padecen Honduras, Guatemala y El Salvador? BBC, 25 de octubre de 2018.
https://www.bbc.com/mundo/noticias-america-latina-45973286
[6] Cuenta de Donald Trump en twitter. 18 de octubre de 2018.
[7] Trump suspende asistencia a países de Centroamérica. Telesur, 30 de marzo de 2019.
[8]Acuerdos del dhs con Guatemala, Honduras y El Salvador. Departamento de Seguridad Nacional de Estados Unidos.
[9] Estados Unidos reanuda asistencia al Triángulo Norte tras alcanzar acuerdos migratorios. Agencia de noticias EFE, 16 de octubre de 2019. https://www.efe.com/efe/america/sociedad/ee-uu-reanuda-asistencia-al-triangulo-norte-tras-alcanzar-acuerdos-migratorios/20000013-4088654
[10] Tercer país seguro: el gobierno de Estados Unidos suspende los Acuerdos de Cooperación de Asilo con Centroamérica. BBC mundo, 7 de febrero de 2021.
https://www.bbc.com/mundo/noticias-internacional-55967918
[11] “Una nueva estrategia de largo plazo, la apuesta de Joe Biden para América Central.” La Nación, Argentina. 10 de junio de 2021.
[12] «No podemos ayudar a incendiar la casa de alguien y luego culparlos por huir»: las duras críticas a la vicepresidenta de EE.UU. tras su visita a Guatemala y México. BBC, 9 de junio de 2021.
https://www.bbc.com/mundo/noticias-america-latina-57409258
[13] Entrevista a Roberto Barrios, catedra Doris Zemurray de Estudios Latinoamericanos y Profesor
del Departamento de Antropología y Sociología de la Universidad de Nueva Orleans. Realizada vía correo electrónico realizada el día 9 de julio de 2021.
[14] 353 Corrupt and Undemocratic Actors Report. Embajada de Estados Unidos en Guatemala, 1 de julio de 2021. https://gt.usembassy.gov/353-corrupt-and-undemocratic-actors-report/
