Por Xiomara Orellana
El asesinato de Karen Almendarez llamó la atención internacional porque ocurrió en mayo, mes en el que también se registró el crimen del fiscal paraguayo, Marcelo Peccien y de la fiscal de Ecuador, Luz Marina Delgado. Pese a toda la conmoción que se generó, ya transcurre más de un mes de un crimen y de una investigación que no prospera y que es una “pelota” que se lanzan el Ministerio Público y la Policía de Honduras.
Karen Almendarez fue asesinada la noche del 28 de mayo del 2022, cuando regresaba del gimnasio en su natal ciudad de Nacaome, departamento de Valle. Sus asesinos la esperaban en el portón de su casa y allí, sin ninguna piedad, le infirieron un certero balazo en el lado derecho de su rostro.
“La Policía ya hizo todo; la situación está en manos de la Fiscalía”, fue la respuesta que un alto oficial de la Policía de Honduras dio, cuando le consultamos sobre los resultados de la investigación del asesinato de la fiscal, en el barrio El Chagüite, la noche del 28 de mayo.
“El Fiscal a cargo de la investigación informó que aún la Policía no les ha entregado el informe final y aún están haciendo diligencias investigativas en el caso”, dijo al CESPAD, el Ministerio Público, a través de su vocero, Yuri Mora.
Son dos respuestas que se contraponen y que mantiene en angustia e incertidumbre a la familia de Karen Almendarez. Por qué, si el 10 de junio, el Secretario de Seguridad Ramón Sabillón, aseguró en los medios de comunicación que hay avances significativos y que habría capturas, ¿el caso parece ir rumbo a la impunidad?, ¿quién dice la verdad?, se pregunta la familia de la Fiscal.
La falta de respuestas de ambas instituciones ha hecho que la familia, los compañeros, los amigos y la población en general, duden de la efectividad de la justicia en Honduras, porque se trata de un caso que implica a uno de sus funcionarios y que está rodeado de una nula efectividad y misterio para resolverse.
Un crimen sin respuestas, una familia que pide justicia
En el hogar de la familia Almendarez hay impotencia. Desde el momento que se les informó del asesinato de Karen, los hermanos han estado presionando para que el caso no quede en la impunidad. En varias ocasiones han visitado la Fiscalía y la Dirección de Investigación Policial (DPI), pero no han obtenido respuestas.
Linda Almendarez es hermana de la Fiscal asesinada, y afirma que le dijeron que “el caso está en investigación, que no se ha concluido”. Pero esa versión no concuerda con lo que públicamente han dicho el Ministro de Seguridad y el director de la Policía, el Comisionado General Gustavo Sánchez, quienes aseguraron que los autores materiales e intelectuales, están identificados.
“Dijeron que en un noventa por ciento estaba avanzada la investigación, incluso mencionaron que no se necesitaban testigos, sino que la prueba científica era suficiente para llegar a autores materiales e intelectuales”, agrega Linda, quien lucha para que haya justicia en el crimen de su hermana. Sin embargo, el proceso está estancado porque desde que les informaron que se trabajaba en el vaciado del teléfono de la Fiscal, del móvil de su esposo y del círculo cercano a Karen, la familia siente que poco a nada se ha avanzado.
“El caso está dormido y los fiscales se van de vacaciones”, lamentó Linda y su familia, por eso temen que la muerte de Karen, como la de muchos hondureños más, quede en el olvido.
La preocupación de los Fiscales
La apatía de la propia institución que rectora la investigación en Honduras, y que debe librar los requerimientos fiscales para que la investigación continúe, muestra la desidia con la que el Ministerio Público ha tomado el caso, critican algunos fiscales consultados y que pidieron omitir su identidad.
“No entendemos por qué la propia Fiscalía no ha puesto todo el empeño por esclarecer el caso. Ella era una fiscal de carrera, con varios años laborando, no es justo que esa muerte quede en la impunidad”, reclamaron varios fiscales no sólo de Nacaome, también de Tegucigalpa.
¿Quién era Karen Almendarez?
Karen tenía 38 años. Era una Fiscal con 15 años de servicio en el Ministerio Público, y cinco desempeñándose como Fiscal del Ambiente y Delitos Comunes en Nacaome. Sus familiares y amigos la describen como una persona alegre, muy estudiosa y amable, que estaba por obtener una maestría en materia penal, con una Universidad de Nicaragua.
“Era una buena hermana, madre y esposa”, dijeron sus familiares, quienes agregaron que esta mujer, que soñaba con un país justo para todos, deja dos hijos que procreó con su esposo, el coordinador de la Fiscalía en San Lorenzo.
