Por: Signy Fiallos
Julissa Villanueva nunca se imaginó que el crimen de la exjefa de la Agencia Técnica de Investigación Criminal (ATIC), en Santa Rosa de Copán, Sherill Yubissa Hernández, la pondría “en el ojo del huracán”, y le significaría el inicio de una salida lenta de la dirección de Medicina Forense, ente que rectoró durante varios años. Hoy, Villanueva quiere llegar al Congreso Nacional de Honduras porque afirma que ese Poder del Estado está infiltrado por corruptos y quiere contribuir a depurarlo. ¿Cómo lo hará? Conversamos con ella para conocer sus planes.
“Quiero quitarle el puesto a cualquiera de esos corruptos que han ocupado una curul por años y que no han hecho nada por el pueblo. Al Congreso Nacional debe llegar gente con mejores méritos y en esta ocasión voy a aportar mis mejores talentos”, dice al nomás comenzar a hablar.
Y es que Villanueva es una mujer muy platicadora, alegre, jovial y dinámica, que comenzó a hacerse visible, públicamente, en el 2013, cuando ocupó la titularidad de Medicina Forense, ente dependiente del Ministerio Público. Algunos sectores cuestionan su gestión pero otros dicen que logró elevar el perfil de un ente que, hasta entonces, solo era conocido por recoger los cadáveres de las personas muertes de forma natural o violenta en el país y que visibilizó, además, ante los medios de comunicación, las diferentes pericias judiciales que se realizan desde esa dirección, para ayudar a los fiscales del Ministerio Público a ganar o a perder un juicio.
La vida de esta talentosa mujer ha estado inmersa en estudios, en especial formándose en su desarrollo como científica. Pero después de experimentar la que denomina persecución laboral, amenazas a muerte, y haber sido despedida de un cargo al que llegó por carrera y méritos, decidió incursionar en el campo de la política para luchar por su país “que desde hace mucho tiempo se encuentra sumergido en la corrupción, criminalidad, narcotráfico y la extrema pobreza”, agrega.
Villanueva dice, sin ambages, que si llega al Congreso Nacional, las y los hondureños “esperen una profesional coherente, capaz, decidida y sobre todo con la moral y con la ética en alto”, porque no le va a fallar a quienes la eligieron, conjuntamente con los miembros de su bancada y los diputados de la oposición.
Pero ¿quién es Julissa Villanueva y de qué familia proviene?
Semma Julissa Villanueva Barahona nació en Tegucigalpa, Francisco Morazán, el 12 de mayo de 1972, en el seno de una familia de clase media. Sus padres, María Isabel Barahona de Villanueva (psicóloga) y José Eduardo Villanueva (abogado), le inculcaron a ella y a sus hermanos el espíritu de superación, compromiso y honestidad.
Julissa, quien es soltera y madre de una hija de nombre Semma Julissa Gutiérrez Villanueva, realizó sus estudios primarios en la escuela de ensayo Dionisio de Herrera. La secundaria la cursó en el instituto Inmaculada Concepción, donde se graduó de Bachiller en Ciencias y Letras, mientras, su educación superior la realizó en la Universidad Nacional Autónoma de Honduras (UNAH), donde obtuvo el título de médica general. En ese mismo centro de estudios superiores sacó su especialidad en Patología.
Posteriormente, obtuvo su master en Protección de la Niñez y Justicia Juvenil en la Universidad de Málaga, España. Es profesora titular en la Facultad de Medicina de la UNAH, desde hace 29 años, en donde inició como instructora y luego como docente en la clase de Anatomía Microscópica. Pero también es fundadora y profesora del postgrado de Medicina Legal y Forense desde el 2014. Y, actualmente, desde el 2021, es la jefa del departamento de Ciencias Morfológicas.
La emotividad en su rostro afloró al recordar que cuando decidió ser médica, su vida comenzó a girar alrededor del estudio. “Pero hubo dos momentos importantes para decidirme a estudiar esta carrera: el primero mi maestra de primaria, Dubis Migdalia Bracamonte, quien impartía en la escuela el taller de Ciencias Naturales; en ese momento ella era estudiante de medicina y llegaba a impartir las clases vestida de blanco”. Aquella maestra, dice, incidió para que ella y sus compañeras la consideraran una gran médica, especialmente en las que llama “sus espectaculares clases de ciencias”, mediante las que les hablaba de las maravillas del cuerpo humano.
El segundo momento, sigue narrando, fue a sus 15 años, cuando su padre se enfermó y su familia tuvo que internarlo en la unidad de Cuidados Intensivos del Hospital Escuela, por una infección de tétano. “Recuerdo a mi madre muy preocupada y sin dinero para internarlo, y la dificultad que siempre ha existido para ingresar a un paciente en el Hospital Escuela. Gracias a la intervención de médicos de varias especialidades mi padre fue diagnosticado correctamente y restableció su salud”, rememora.
Julissa dice que su padre, un hombre de más de 70 años que fungió como director de la Dirección de Investigación y Evaluación de la Carrera Policial (DIECP) y a quien considera “brillante”, le heredó la mesura y la templanza de su carácter. De su madre la determinación para no darse por vencida y hacer realidad su deseo de estudiar medicina.
Apasionada por la Medicina Forense
Villanueva decidió estudiar una medicina más investigativa, una rama que a pocos profesionales les gusta, dice, porque requiere de una dedicación sistemática y meticulosa. “Es el estudio de lo que no se puede ver a simple vista, el estudio microscópico, donde se escudriñan las causas del por qué nos enfermamos, cómo reaccionan los órganos cuando hay un agente nocivo que genera enfermedades”, agrega emocionada.
Julissa estudió cuando había pocos patólogos, pese a que el país ya contaba con esa especialidad. “Las personas que ingresaban creían que era fácil y rápidamente desertaban”, relató, mientras explica que la patología forense y la medicina legal son ramas o disciplinas especializadas que permiten tener una interacción entre los elementos de la medicina y el derecho, y esa fue el área que le apasionó.
Su paso por Medicina Forense
En el año 2013, Julissa fue nombrada como titular del Departamento de Medicina Forense. Pero dice que, previo a ese ingreso, un reconocido patólogo le advirtió que mejor se quedara en el Hospital Escuela, realizando las autopsias hospitalarias, porque en esa dependencia “se manipulaba la verdad y que los jueces, inclusive, siempre mandan a pedir información a los médicos legales y patólogos, que luego se meten en problemas porque no aceptan nuestros diagnósticos. Yo me negué a creerle y le dije que iría a trabajar ahí”.
Y así, apasionada como es, laboró durante casi 19 años en esa entidad estatal. Durante más de 11 años fue patóloga forense; recibió capacitaciones con extranjeros, entre ellos cubanos, estadounidenses y mexicanos, de los que obtuvo experiencia en el área.
Una de sus primeras actividades fue crear un “cementerio humanitario” con el propósito de darle identidad a los cadáveres no identificados que llegaban y que no eran reclamados por sus parientes. La idea tomó fuerza después de visitar el cementerio militar de Arlington, en Washington, y descubrir las tumbas blancas donde descansan más de 400.000 soldados.
La crisis dentro de la Dirección de Medicina Forense
Villanueva se desempeñó por más de cinco años como titular de la dirección de Medicina Forense, cargo que ejerció con eficacia, eficiencia y destacada participación, condiciones que le hicieron ganar credibilidad ante la comunidad internacional. “Eso fue su garantía para obtener fondos y modernizar las instalaciones de Medicina Forense”, afirma.
Pero sus acciones y logros, acota, despertaron el recelo dentro de esa institución debido a los resultados que tenían los trabajos periciales y la diferencia que significaron las pruebas científicas. “Esto fue lo que convenció a los donantes, ya que con el equipo de ADN que nos dieron, les presentamos resultados”.
Fue despedida de la Dirección de Medicina Forense en noviembre de 2019, después de una controversia en la que se vio envuelta, particularmente por el crimen de la agente de investigación de la Agencia Técnica de Investigación Criminal (ATIC), Sheril Jubissa Hernández.
La profesional de la medicina forense, junto con un equipo, investigó la muerte de la agente Hernández y concluyó que desde el punto de vista médico legal se trataba de una muerte por homicidio. Ella dice que informó al Fiscal General de la República sobre los hechos y las irregularidades, pero nunca obtuvo una respuesta. Su versión se contrapuso férreamente a la versión que insistentemente defendía Ricardo Castro, el jefe de la ATIC, quien aún insiste en afirmar ante los medios de comunicación que la joven agente se suicidó.
Como se recordará, Sherill Yubissa Hernández Mancía fue una agente de 28 años encargada de investigar el narcotráfico y la corrupción en el occidente de Honduras, una de las regiones más afectadas por el crimen organizado. Pero el lunes 11 de junio de 2018, sus compañeros de trabajo fueron al apartamento de la joven, en Santa Rosa de Copán, donde fue hallada muerta. “Me gusta hablar con pruebas científicas”, afirmó Castro a la prensa hondureña, días después del hecho. Pero, en sentido opuesto, Villanueva decía, también a los medios de comunicación, que a Sheryl la asesinaron.
“Despedida, por no ser corrupta”
Debido a las investigaciones realizadas en el caso de la agente de la ATIC, Villanueva y sus colaboradores forenses fueron hostigados, perseguidos, vigilados y amenazados a muerte. En agosto de 2018, a la profesional de las ciencias forenses la Comisión Interamericana de Derechos Humanos (CIDH), incluso, por ese caso, le otorgó la medida cautelar N°972-18.
Previo a su destitución (en plena crisis post electoral-2017), el problema entre la directora de Medicina Forense y el fiscal general del Ministerio Público, Óscar Chinchilla estaba en su punto más agudo. Villanueva dice que fue debido a que ella no acató las órdenes de retrasar u omitir detalles en las investigaciones forenses, y al hecho de documentar, con dictámenes de autopsias, el fallecimiento de al menos 27 personas debido al uso excesivo de la fuerza y el uso de armas militares.
Villanueva y su equipo documentaron que no se usaron balas de goma para mitigar las marchas y las protestas, sino proyectiles de alta velocidad, colocados, certeramente, a la cabeza y al tórax y nunca a los pies de los manifestantes. “Esa prueba científica fue la que hizo que llamara de inmediato al fiscal de derechos humanos, el cual se hizo el sordo y adquirió una actitud muy negligente. Esto también me llevó a compartir documentos con la Oficina del Alto Comisionado de los Derechos Humanos y que éste generara informes que acusaron al país. Las fricciones se volvieron evidentes y este hecho me generó persecución”, agregó.
Premio a las Mujeres con Coraje
Esta profesional de las ciencias forenses fue galardonada en marzo del 2018, por el Departamento de Estado de los Estados Unidos, con el Premio Internacional a las Mujeres de Coraje. El premio se lo entregó la entonces primera dama de los Estados Unidos, Melania Trump. Mientras, en el 2015, lanzó la Revista de Ciencias Forenses de Honduras.
¿Cómo se interesa en la política?
Con mucha elocuencia, Villanueva narró que después de perder su trabajo y de enfrentar una racha de descrédito proveniente de las autoridades de la fiscalía, y de sufrir persecución, se sintió decepcionada. Pero dice que analizar el contexto hondureño, en el que despunta la corrupción, la impunidad, y la ausencia del respeto a los derechos fundamentales como educación, salud y seguridad alimentaria, le impulsó a seguir adelante.
Inicialmente no sabía cómo ingresar a los círculos políticos porque los científicos no están hechos para ese ámbito, dice. Pero pensó que con su trabajo podía ayudar a mejorar el quehacer del Congreso Nacional.
“Decidí participar apoyando a un amigo de la infancia”, dijo, refiriéndose a Carlos Eduardo Reina, quien pertenece al partido Libertad y Refundación (LIBRE), “e ingresé porque vi que tenía un plan y una estrategia diferente, contraria al partido gobernante”. Además, se sintió motivada porque la cabeza del partido político por el cual se postula, es una mujer (Xiomara Castro de Zelaya).
¿Qué hará en el CN?
De llegar al Congreso Nacional, Villanueva dice que contribuirá con la depuración de un Congreso que ha sido infiltrado por la corrupción. Asegura que su intención es defenestrar a “cualquiera de esos corruptos que han ocupado una curul por años y que no han hecho nada por el pueblo. En esta ocasión voy a aportar mis mejores talentos”.
Pero ¿cuál será uno de sus primeros objetivos?, le consultamos.
Con pleno conocimiento de lo que se ha gestado desde ese Poder del Estado, contundentemente respondió: “Tenemos que promover la derogación de las leyes marco que van en pro de la privatización de la salud; evitar que exista lo que llamamos impunidad de los crímenes. Debemos buscar la manera de articular la ciencia con la justicia y, sin duda alguna, mi trabajo también irá dirigido a contribuir a la creación de la autonomía e independencia del Centro de Ciencias Forenses”.
Y es que su sueño, afirma, es legislar desde el Congreso Nacional, para que ese Centro de Ciencias Forenses sea independiente, autónomo, con financiamiento propio y trabaje a favor de la defensa de los derechos humanos de la población.
Otra de sus prioridades será la promoción de leyes que favorezcan el área de investigación criminal, para obtener resolución de casos, en especial femicidios, conforme al derecho humano y científico. “Evitar la violencia de género, trabajar en actividades preventivas en contra de los círculos de violencia”, acota.
En el área de la salud, Villanueva dice que es imposible no involucrarse. Ciencia y justicia son el binomio perfecto. “Como médica tengo claro que hay que garantizar salud en todos los lugares del país; la salud debe ser democratizada, debe ser universal. Entonces, pienso estimular en el área de las ciencias médicas el desarrollo de talentos y la especialización de los recursos médicos y no médicos”.
¿Qué pide Villanueva al electorado hondureño?
“Yo le pido a la población, en primer lugar, que acuda masivamente a las urnas desde temprano, porque sólo así se evitará el fraude. Que cuando estén frente a la papeleta para votar hagan uso de su juicio crítico y piensen y razonen su voto, en lo crucial que es para este país liberarlo y que esa liberación está, en parte, en el proceso de elección y obviamente que elijan los mejores”.
Previo a finalizar esta entrevista, Julissa Villanueva le recuerda a la población que ella se ubica en la casilla 137, en la planilla de aspirantes a diputados y diputadas que lleva el partido Libertad y Refundación.