Autor del documento: Bladimir López
Revisión de estilo: Claudia Mendoza
I. Cinco meses después de la explosión de las ZEDE: ¿Qué nos dice el contexto en relación a la ZEDE?
Cinco meses han transcurrido desde que el Congreso Nacional (CN), reformó la Ley de las Zonas de Empleo y Desarrollo Económico (ZEDE), y desde que se conoció la construcción de las cuatro ZEDE que actualmente están en proceso de instalación: ZEDE-Morazán (Cortés), ZEDE-Prospera (Roatán y La Ceiba), y en operación la ZEDE-Orquídea (Choluteca). En ese tiempo, este proyecto ha encontrado legitimidad en sectores como la élite económica, política y militar, pese al contexto de lucha nacional y territorial en su contra. Los siguientes hechos sustentan lo anterior:
Primero, la circulación del dinero digital o criptomonedas. El Banco Central de Honduras (BCH), siempre se mostró en contra de la circulación del dinero digital por los impactos negativos en el sistema monetario nacional, ya que es de carácter privado, no es controlado y fiscalizado por ningún tipo de autoridad, y la experiencia indica que su dinámica se da en plataformas utilizadas exclusivamente por organizaciones ligadas al crimen internacional. Sin embargo, el BCH, desde que la ZEDE-Próspera anunció la circulación del dinero digital, mediante el Bitcoin, cambió su posición al respecto, sosteniendo que “no prohíbe este tipo de movilidad financiera y que analizará la factibilidad de una prueba piloto para legalizar este dinero digital en el país”.
Considerando la autonomía administrativa y financiera que gozan las ZEDE, y los pocos controles que existen en los procesos de inversión de capital nacional y extranjero, la probabilidad de que mediante la circulación de dinero digital se promueva el lavado de dinero es muy elevada. Tal y como lo sostiene Manuel Castells en su texto, “La era de la información: economía, sociedad y cultura”, Vol. II, las formas de dinero digital en la era del capitalismo informacional, debilitan la soberanía estatal, ya que se ve directamente amenazada por las redes flexibles del crimen global, provocando una reducción sustancial de derechos, valores e instituciones democráticas, en un contexto en el cual las ZEDE desintegran el Estado desde adentro.
Segundo, la neutralidad política de la cúpula militar que legitima las ZEDE. Las Fuerzas Armadas de Honduras (FF.AA.), desde que se aprobó en el 2013 la Ley de las ZEDE, han mantenido un silencio absoluto, pese a que la Ley repercute directamente en la soberanía territorial, aérea y marítima del país, la que por mandato constitucional deben resguardar. Tito Livio, jefe de las FF.AA., al preguntarle sobre las ZEDE y la pérdida de soberanía nacional, expresó “No me quiero manifestar en asuntos que no son competencias de las FF.AA”. Lo anterior supone un revés en materia de seguridad nacional, ya que las FF.AA., en el marco de la Ley ZEDE, se les debilita su función constitucional y con su posición de neutralidad tienden a legitimar, políticamente, la instalación de las ZEDE.
Tercero, el sector de la empresa privada sucumbe a los beneficios de las ZEDE. Durante el mes de junio, el Consejo Hondureño de la Empresa Privada (COHEP), sorprendió con un célebre análisis sobre las ilegalidades e inconstitucionales de la Ley ZEDE y en los medios de comunicación expuso, de manera precisa, los impactos negativos de las ZEDE en la economía nacional. Sin embargo, en el mismo mes de junio el presidente del COHEP, manifestó públicamente que estaban a favor de las ZEDE, siempre y cuando se respetara la inversión nacional. Durante los últimos meses, la voz crítica del COHEP ha desaparecido y, sorprendentemente, algunos sectores de la empresa privada han establecido vínculos con las ZEDE-Prospera y ZEDE-Morazán. Estos movimientos de los sectores empresariales, en el corto y mediano plazo, podrían abrir un escenario de mayor legitimidad de las ZEDE, en dos vías: la inversión económica directa a las ZEDE, actualmente constituidas, y reconvertir las actuales plataformas industriales a favor del régimen de las ZEDE.
Cuarto, la promoción internacional de las ZEDE. Marca País, durante el período del 2014 al 2018, fue la plataforma de relacionamiento público internacional que utilizó la administración de Juan Orlando Hernández (JOH), para promocionar las ZEDE. El resultado fue la atracción de capital extranjero para la instalación de las cuatro ZEDE citadas atrás. En la actual fase de construcción y expansión, este proyecto se promociona por su cuenta en importantes espacios internacionales de la ideología económica y política de los libertarios. La promoción autónoma y mediática de las ZEDE es de preocupación debido a que:
- refuerza la idea del capitalismo libertario en relación con las redes financieras internacionales
- el proyecto libertario se legitima con éxito en los círculos empresariales e intelectuales internacionales, y
- refuerza la atracción de capital extranjero a las ZEDE.
Quinto, la oposición política ambivalente sobre las ZEDE en un contexto electoral. La actual lucha nacional contra las ZEDE, sin duda alguna influirá entre los votantes, por lo menos en el sector poblacional de las clases medias urbanas, con acceso a las tecnologías de la información, ya que en poco tiempo se convirtió en un tema que polarizó y politizó, de manera fuerte, a la sociedad hondureña en las redes sociales y los principales medios de comunicación. Pese a que existe una considerable politización en el espacio público, tal como se expresó recientemente en un análisis del CESPAD, lo crítico es que ninguna de las tres fuerzas políticas mayoritarias ofrece una alternativa real económica y política al mega proyecto de las ZEDE. El Partido Libertad y Refundación (LIBRE), aboga por la derogación de Ley ZEDE (pero no explica la ruta legal para hacerlo, partiendo de los bloqueos que impone la Ley ZEDE en el artículo #45), y el Partido Liberal (PL), aboga por una reconversión de las ZEDE, a “Sistemas de Zona Libre y Régimen de Aportación Temporal”, dejando intacta la matriz ideológica del proyecto.
En conclusión, a cinco meses de explosión del tema de las ZEDE entre la sociedad hondureña, parece que poco a poco ha encontrado legitimidad en sectores de la institucionalidad pública, círculos empresariales con alta influencia económica y respaldo político de las élites militares. Lo anterior, en un contexto marcado por la ambivalencia de las fuerzas de oposición política – partidaria que observan en el poder la única vía para derogar la Ley ZEDE, sin una claridad estratégica y la valoración de las implicaciones económicas de ese objetivo.
II. Las tres direcciones hacia las que avanzan las ZEDE y sus potenciales riesgos en los territorios.
Las ZEDE avanzan pesé a la fuerte oposición política y social que existe en el país. Desde el Centro de Estudios para la Democracia (CESPAD), se han planteado tres análisis sobre el contexto de este proyecto: i) Los 10 desafíos estratégicos del Movimiento Nacional contra las ZEDE , ii) La lucha ciudadana contra las ZEDE y, iii) Así se instalaran las ZEDE en Honduras: concesionamiento y saqueo de los bienes comunes naturales, una serie de medidas organizativas que pueden ser de utilidad para potencializar, de manera estratégica, la actual lucha contra las ZEDE, en un esfuerzo por frenar su avanzada. Sin embargo, a cinco meses de la explosión de las ZEDE, sigue prevaleciendo la fragmentación y descoordinación de los sectores que sobrellevan procesos de lucha, como punto de partida para comprender la estrategia de las ZEDE, particularmente en la actual coyuntura política.
a. Partiendo del contexto descrito en el primer apartado, las ZEDE avanzan en tres direcciones.
La expansión territorial de las ZEDE y el incremento descontrolado de la inversión.
A menos de un año de entrar en construcción y operación, las ZEDE-Morazán, Próspera y Orquídea implementan acciones expansionistas en los territorios donde actualmente se encuentran ubicadas. La ZEDE-Morazán, de 36.2 hectáreas de territorio iniciales, ha adquirido 15 hectáreas adicionales. Ese dato equivale a un incremento de 100 millones de dólares, a los 160 millones de dólares (L 3,920 millones) de inversión al tipo de industria que realiza esta ZEDE.
La ZEDE-Próspera, con 184.8 hectáreas iniciales, solicitó la autorización para acceder a 155.8 hectáreas adicionales, para un nuevo proyecto expansionista en Boca Vieja, Satuyé, La Ceiba. El objetivo es reubicar cadenas de suministro de empresas estadounidenses, canadienses y latinoamericanas para atraer inversiones instaladas en Asia, hacia este proyecto.
Según lo expresado por los empresarios de ZEDE- Prospera, se prevé invertir más de 500 millones de dólares en menos de diez años. ZEDE-orquídea, con 268.4 hectáreas iniciales, prevé una expansión en tres fases: 2021: 55 hectáreas, 2022: 40 hectáreas, y en el 2023: 158 hectáreas, para una inversión total de 800 millones de dólares en cuatro años, en el rubro de la agroindustria. En ese sentido, con la instalación y la expansión de las ZEDE se contabilizan en la actualidad, aproximadamente 1,510 millones de dólares, que equivalen a más de 3 mil millones de lempiras.
Lo anterior indica que a mayor extensión territorial, mayor incremento en la inversión bajo el cometido principal de la generación de empleo, lo cual, como se ha indicado en muchos análisis, con las ZEDE apenas se estarían generando 15 mil empleos. Es importante puntualizar que la expansión territorial e incremento de inversión se debe prácticamente a las facilidades que ofrece la normativa ZEDE, en relación con los beneficios fiscales y la posibilidad de acceder sin límites, a tierras bajo la figura del concesionamiento y la expropiación forzada de tierras y territorios.
La expansión territorial y el incremento descontrolado de la inversión, están generando una serie de riesgos y conflictos en los territorios donde están ubicadas las ZEDE. El primer riesgo son las acciones de expropiación de tierra y territorios que los pobladores y pobladoras de San Marcos, Roatán y La Ceiba, han denunciado en los últimos meses. El segundo riesgo es la división comunitaria y la polarización ciudadana, centrado con mayor fuerza en Choluteca y Roatán, en el marco de una estrategia mediática que busca crear simpatía/aceptación a las ZEDE entre la población, a la vez que ataca, despectivamente, a las personas que lideran los procesos de lucha contra este proyecto. Tercero, la militarización del territorio concesionado, ante un ascenso (inevitable) de la conflictividad socio-territorial, si las corporaciones municipales no acatan la exigencia popular de declarar a sus municipios (Choloma, Roatán y San Marcos) libres de las ZEDE.
En conclusión, la expansión territorial y el incremento descontrolado de la inversión, ante una hipotética derogación de la Ley ZEDE, implicaría que el Estado de Honduras tendría que indemnizar por cantidades millonarias a las empresas o, en el peor de los casos, como lo mencionó el inversionista italiano Massimo Mazzone de ZEDE-Ciudad Morazán, “si gana la oposición y cambia la Ley ZEDE, recuperamos parte de la inversión y nos vamos”. En definitiva, el costo político y económico de la ZEDE, con o sin Ley, seguirá representando un costo enorme para la sociedad hondureña.
Las construcciones de la ZEDE- Prospera, la antesala al neocolonialismo
Si bien es cierto que todas las ZEDE son lesivas y generarán potenciales impactos en los territorios concesionados, la ZEDE-Prospera es la más agresiva y tiene una ambiciosa proyección de expansión territorial. Según la Guía de Negocios de la ZEDE- Prospera, en este espacio económico se impulsarán las siguientes actividades: agricultura, salud, educación, minería y subsuelo; energía, alimentos, gestión de residuos, finanzas y seguros. Para lograrlo, según la misma guía, ésta ZEDE se expandirá en los siguientes territorios: Amapala, La Ceiba (en construcción dos ZEDEs), Puerto Cortés, Cuyamel, San Pedro Sula, Puerto Castilla y Roatán (en construcción).
Actualmente, tres proyectos se desarrollan en la ZEDE-Próspera. El primer proyecto es una fábrica de carpintería de alta tecnología para proveer el mercado nacional e internacional, en alianza con la empresa Circular Factory (capital español), con una inversión de 450 mil dólares. Esta fábrica se construirá en seis meses y se espera que la producción comience en febrero del 2022. En esa línea, entrará en escena un tipo de extractivismo forestal (sin control ambiental debido a la autonomía ambiental de las ZEDE), mediante la exportación de materia prima para el mercado internacional. Tal y como lo indican los múltiples informes anuales del Instituto de Conservación Forestal (ICF), el mercado español es el principal receptor de la madera hondureña y uno de los impulsores de la iniciativa de la carpintería digital.
Sin embargo, lo que preocupa con este proyecto es lo referente a la introducción de la carpintería digital, catalogada, por diversos pensadores de la ecología social, como una forma de robotizar el trabajo y desplazar la mano de obra humana, contrario a los empleos que garantiza la carpintería artesanal. A igual que la ZEDE-Orquídea, la ZEDE-Prospera promueve un discurso de “Mesianismo Tecnológico”, que se sustenta en la idea que la innovación tecnológica nos protegerá de la hecatombe ambiental, generada por la explotación de los bienes naturales para producción capitalista, y la generación de miles de empleos en las sociedades del tercer mundo.
Pero, en la práctica, como bien lo sistematiza Jorge Riechmann, en su libro, “¿Derrotó el smartphone al movimiento ecologista”?, es imposible pensar que ambos procesos, en el marco del modelo económico capitalista y libertario, en el cual se inserta la visión de sociedad y desarrollo de las ZEDE, se puedan conjugar la sostenibilidad ambiental y empleos masivos, en un sistema capitalista, salvaje y destructor de la naturaleza y del trabajo.
El segundo proyecto es la apertura de una Universidad Tecnológica Virtual, que se denomina “Olga y Manuel Ayau Cordon”, catalogada como una institución privada sin fines de lucro, y que ofrece licenciaturas en el ámbito de las humanidades, a un costo de 20 dólares por módulo. El Consejo de Educación Superior (CES), emitió un pronunciamiento en el que se «rechaza contundentemente» la instalación de proyectos autodenominados universidades, instituidas en el marco de las ZEDE.
Con las ZEDE, en materia educativa, entra en juego un amplio proceso de desregularización de la educación universitaria en manos del capital privado y extranjero, y la apertura de carreras implícitamente orientadas a promover los valores del mercado, en relación con los múltiples temas de interés nacional (ambiente, ciencia, política, psicopedagogía, historia, lingüística), bajo una visión de la educación y el conocimiento eurocentrista (del mundo desarrollado)[1], y tecnócrata (formación técnica), promotora de los valores culturales de las clases dominantes.
En el caso de Honduras, las carreras que serán impartidas en la Universidad-ZEDE, son impartidas por las universidades públicas bajo enfoques teóricos y metodológicos críticos y que históricamente han cumplido el rol de formación de líderes (as) políticos, sociales e intelectuales que generan conocimiento para la transformación social. Por otro lado, se abre un proceso de neocolonización cultural, mediante la transmisión de saberes eurocéntricos, desconectados del plan de educación superior hondureño y de nuestras realidades sociales y culturales, con la clara intención de mutilar toda forma de pensamiento crítico hacia el orden social existente.
En las sociedades dominadas por el capitalismo, el colonialismo y el patriarcado, la educación tiene una finalidad pública y política: generadora de comunidad, de solidaridad, de formación de ciudadanía, de cultura política y el desarrollo de pensamiento y saberes críticos para la transformación y emancipación social. En ese sentido, la visión de la educación eurocéntrica y tecnócrata que promueve las ZEDE, es la profundización del pensamiento que niega las realidades de las sociedades oprimidas, promueve la colonización de la mente y abre un nuevo episodio de violencia epistémica que impone nuevas formas (a la vez que niega) de pensar, sentir, ser y existir de la población, tal como lo sostiene Boaventura de Sousa Santos, en su reciente libro, “Conocimientos nacidos en la luchas, construyendo las epistemologías del Sur”.
El tercero, es la construcción de un proyecto habitacional denominado Dunna Residencial, desarrollado por la firma inglesa de arquitectura Zaha Hadid Architects, considerada la tercera firma más importante del Reino Unido. Duna Tower 1 será un edificio de 14 pisos, con 85 apartamentos, 3 niveles de espacios de oficina colaborativos y su entrega se prevé en octubre del 2022. Esta será la primera torre de las cuatro que se anunció a principios del 2021. Según un comunicado de la ZEDE-Prospera, sin fecha, las residencias Duna no solo brindarán nuevas opciones de vivienda asequible para que los jóvenes profesionales vivan, también tendrá espacios de colaboración para que nuevos negocios comiencen y crezcan.
El tema de construcción inmobiliaria, en el marco de las ZEDE, es de relevancia por algunos temas de fondo que requieren de mayor análisis, debido a algunos hallazgos científicos en la última década, expuestos desde la Sociología Urbana en Latinoamérica. Primero, la relación entre el rubro inmobiliario y capital. Se desconoce el valor de este proyecto y la procedencia de su capital, lo que, en el marco de autonomía judicial y financiera de las ZEDE, se puede prestar para la inversión de capital proveniente de la economía ilícita.
Segundo, la relación entre la construcción inmobiliaria y la clase social. Partiendo de que este proyecto estará en una zona exclusiva de Roatán y que las personas interesadas en ingresar a la ZEDE-Prospera, deberán pagar un monto monetario en dólares, se abre un espacio de segregación cultural y marginalidad, y refuerza la idea clásica de la forma en la cual los procesos de urbanización excluyen a las clases bajas y populares. La ZEDE-Prospera potencia la idea que será un espacio de confluencia de clases económicamente altas, reproduciendo lo que el historiador marxista Eric Hobsbawm denominó en su texto, “Tiempo de Rupturas”, espacios privados para la alta cultura de clase.
Tercero, lo relacionado con la construcción inmobiliaria y el turismo extractivista de masas. Roatán ha sido catalogada una de las islas principales de la región, por sus playas y diversidad marina. Estos elementos son los potenciadores de las visitas de miles de turistas cada año a este territorio. En relación con la ZEDE, hay que analizar el tema inmobiliario y turístico como un proceso más amplio denominado: turismo extractivista de masas, mediante la idea que los extractivismos son locales, pero a la vez se insertan globalmente. Las ZEDE, como emporio del capital extranjero, tienen la capacidad de controlar (de manera ilimitada) el territorio y los bienes comunes naturales de la zona en la que se encuentren, bajo una lógica mercantil y privada, orientado a incrementar la riqueza de las élites económicas, a la vez que se transmite la idea que el turismo cumple una función pública y social.
En conclusión, los tres proyectos que actualmente impulsa la ZEDE-Prospera, se insertan perfectamente en lo que hemos venido planteando desde el CESPAD, en los últimos meses, sobre las implicaciones económicas e ideológicas de este proyecto: la renovación/ampliación de los extractivismos y el desarrollo de una política neocolonial que busca cambiar las reglas de convivencia de la sociedad hondureña, mediante la conformación de Universidades-ZEDE, que alientan la educación privada de carácter eurocentrista/tecnócrata, desnaturalizando el pensamiento crítico para la transformación social, cerrando la posibilidad de impulsar el desarrollo de una educación intercultural.
La manipulación mediática de la instalación de las ZEDE
Por último y no menos importante, es el auge de la propaganda mediática de las ZEDE en los medios de comunicación, las redes sociales y sitios web. La periodista española Cristina Jiménez, en su reciente libro, “La verdad de la Pandemia: Quién ha sido y por qué”, plantea la idea que el capitalismo en crisis, en el contexto de la pandemia del Covid19, se iba a relegitimar bajo nuevas concepciones económicas, encontrando su asidero en los principales centros ideológicos del sistema dominante, a través de un nuevo rol de los medios de comunicación al servicio de los nuevos experimentos económicos de las élites internacionales, para cambiar las reglas y establecer un nuevo orden mundial.
Por eso no es aventurado decir que las ZEDE son un experimento piloto mundial, que se implementa en uno de los países con la mayor fragilidad económica, política y social del planeta. En esa línea, se ha instalado todo un laboratorio de manipulación social con alcance nacional e internacional, que busca legitimar el proyecto de las ZEDE y atraer capital extranjero para futuras inversiones.
El laboratorio de manipulación social de las ZEDE, presenta las siguientes características: i) discurso meramente centrado en la legalidad, ii) el determinismo económico del empleo, como fin último de las ZEDE, iii) la sostenibilidad ambiental y la innovación tecnológica como pilares del desarrollo y, iv) la inversión extranjera como la única vía de desarrollo económico. Trataremos de plantear ideas generales de estas características, sin la intención de agotar el debate.
Pero antes es importante mencionar que los empresarios de las ZEDE son personas astutas, que manejan a la perfección las estrategias de comunicación. Sin la intención de ahondar sobre el tema, es evidente que el mecanismo comunicativo que se utiliza, tal como lo plantea Sarah Sílberman y Luciana Lira en su texto, “Medios de comunicación y violencia”, es el de la aguja hipodérmica, el que consiste en persuadir a la ciudadanía, a través de propaganda capaz de moldear comportamientos, actitudes y valores mediante una relación directa con el público. Lo anterior, bajo procesos comunicativos efectivos que generan simpatía y aceptación, a través de propagandas mediáticas que estimulan los sentimientos sobre los problemas que a diario aquejan a la población hondureña: empleo, desarrollo, libertad, equidad, prosperidad, crecimiento, contenidos en la propaganda de la ZEDE.
El discurso, centrado en la legalidad, ha desviado la discusión sobre los impactos políticos, ambientales, sociales y culturales que provocarán las ZEDE. La despolitización sobre los impactos, como norma de manipulación social para imponer este proyecto, ha sido el principal elemento que ha permitido que este proyecto haya encontrado respaldo entre los sectores económicos y militares pertenecientes a la élite del país. En lo referente al empleo, ha conllevado a que los sectores más excluidos de la sociedad conciban las ZEDE como motor para la inserción laboral y prosperidad personal. El determinismo económico, como norma de manipulación social, encuentra eco entre los sectores históricamente vulnerabilizados: mujeres, jóvenes, indígenas y población rural.
El discurso sobre el uso de tecnologías y la sostenibilidad ambiental, aparecen de manera reiterada en las declaraciones de los empresarios impulsores de las ZEDE, como mecanismo que promoverá el deseado (por no decir imposible) desarrollo sostenible: producir y crecer económicamente, siendo responsables con el medio ambiente. En un contexto de país, en el cual los extractivismos y las empresas industriales han hecho estragos ambientales en los territorios, la jerga discursiva de desarrollo sostenible como herramienta de manipulación social, está instaurando en la sociedad la idea que las ZEDE impulsarán un nuevo tipo desarrollo, más humano y equilibrado con la naturaleza, en beneficio de la población en general.
Y, por último, el arma de manipulación social más lesiva para legitimar la instalación de las ZEDE: la necesidad de inversión extranjera para promover el desarrollo económico y la generación de empleo en el contexto de la pandemia. Este posicionamiento, no solamente ha conllevado a la creación de un marco fiscal altamente favorable y atractivo para el capital nacional y extranjero, también ha implicado el desplazamiento de ciertos sectores de la élite económica nacional, en los esfuerzos por avanzar en un proyecto económico de desarrollo endógeno, centrado en el interés nacional.
En conclusión, la manipulación social, en un contexto de desinformación y ocultamiento de información pública, en el corto y mediano plazo puede acrecentar la aceptación de las ZEDE, entre algunos sectores de la sociedad. El reto de los sectores que luchan contra las ZEDE, es avanzar en la construcción de una narrativa comunicativa que le haga frente, de manera directa, a las estrategias de manipulación social que se han venido implementando en el país, durante los últimos cinco meses.
b. Estrategias de legitimación de las ZEDE en la coyuntura de junio a octubre del 2021
A la par de las estrategias de manipulación social expuestas en el apartado anterior, las ZEDE han venido desarrollando acciones más estratégicas y acabadas, para que las comunidades las respalden. Entre las estrategias más importantes sobresalen:
- Estrategia mediática: este proyecto ha utilizado los medios de comunicación para promover las ventajas de las ZEDE, en relación con la generación de empleo, con un triple alcance: local, nacional e internacional. En la última sobresale la forma en la cual las ZEDE son promocionadas en importantes eventos internacionales y el relacionamiento diplomático con embajadores europeos, con la clara intención de atraer la inversión extranjera.
- Estrategia sociocomunitaria: en el caso de la ZEDE-Próspera, llama la atención la creación de fundaciones que desarrollan un trabajo de proyección social, a través de capacitaciones en materia de emprendedurismo y proyectos sociales en la comunidad de Crawfish Rock, en Roatán, el epicentro con mayor conflictividad territorial contra las ZEDE. Además, el desarrollo de importantes eventos como Honduras Digital Challenge, un proyecto que engloba talleres, mentorías, conferencias y networking para los equipos participantes, y capital semilla para los finalistas.
- Estrategia económica defensiva: llama la atención que cuando las ZEDE son atacadas por la ciudadanía y las organizaciones, en paralelo se activa una estrategia económica defensiva que consiste en afirmarse que los materiales de insumos necesarios para la construcción y operación de las ZEDE son comprados en el mercado local, instaurando en la ciudadanía la idea que esa acción va a servir para reactivar los mercados locales. Tal y como lo demuestra la experiencia, eso no basta para fortalecer los mercados internos y dinamizar la economía hondureña en su totalidad, cuando la mayoría de las ganancias se quedan en las manos de un sector empresarial y el dinero se coloca en la banca internacional.
- Estrategia política ofensiva: esta política ofensiva tiene dos características: señalamientos directos y posturas técnicas. La primera, recurrente en la ZEDE-Orquídea, se caracteriza por atacar abiertamente a las organizaciones sociales y liderazgo territorial, señalandoles de estar en contra del desarrollo y de engañar a las comunidades. La segunda, recurrente en la ZEDE-Prospera y la ZEDE-Morazán, ante los señalamientos de las organizaciones, responde de manera técnica y legalista, argumentando que sus acciones se respaldan en la Ley. Esta estrategia le ha permitido a las ZEDE salir en su defensa, ante declaraciones y acciones de las organizaciones. Lo que debe preguntarse es si en un hipotético escenario de radicalización de conflicto, ¿la política ofensiva aumentaría su tensión y se convertiría en una ofensiva judicial y policial, como lo demuestra la experiencia de lucha territorial contra los extractivismos en Honduras?
III. A manera de conclusión: Las ZEDE, en una nueva fase de desarrollo y de expansión
Cerramos este análisis con cuatro ideas centrales:
- Pese a la oposición social y política, las ZEDE han encontrado aceptación en algunos sectores políticos, económicos, militares, y sectores poblaciones de la sociedad, como lo demuestra el caso de ZEDE-Orquídea y en menor medida la ZEDE-Morazán. Lo anterior ocurre, más allá del respaldo institucional de la administración de Hernández, debido a la estrategia de manipulación social que impulsan las ZEDE, a través de campañas mediáticas y estrategias de carácter económicas y políticas, con el objetivo de legitimar este proyecto.
- La actual fase de construcción y operación de las ZEDE se desarrolla en un ambiente tenso a nivel territorial, sin ninguna acción que genere tensión y crisis territorial mayor, por ahora. La pregunta de fondo es si ¿a medida que las nuevas construcciones y operaciones se vayan concretando, la ciudadanía se resignará a vivir entre sus territorios con el monstruo económico de las ZEDE?. Lo anterior, en materia de estrategia política de resistencia sería grave, si consideramos la experiencia de los extractivismos en Honduras, ya que una vez que las empresas se instalan en los territorios, es imposible gestionar su salida, de manera institucional y no institucional.
- Las ZEDE están entrando en una nueva fase de expansión, con grandes implicaciones en los territorios. Las ZEDE-Orquídea y ZEDE-Morazán pretenden expandirse y aquí aflora el tema de la expropiación forzada de tierras, que conlleva a la entrada de un nuevo escenario de conflictividad territorial. Esta expansión de las ZEDE, invita a potencializar, de manera estratégica, los procesos de resistencia territorial que aún se encuentran en fases primarias, como el caso de San Marcos de Colón y Choloma.
- El reto de la lucha nacional y territorial contra las ZEDE, sigue siendo avanzar en los procesos de articulación estratégica, orientados a sentar las bases de un vigoroso y potente movimiento nacional, que desarrolle estrategias para defender la soberanía del país y evitar que los grupos de poder nacional e internacional continuen apoderándose del territorio hondureño. La articulación será posible si se desarrolla un proceso colectivo, se respete la autonomía de las organizaciones y la dinámica de sus agendas políticas, orientado a estructurar un plan mínimo de acción política a favor de las luchas en contra de las ZEDE.
Referencias
[1] Si interesa el tema ver las carreras disponibles y sus componentes teórico-conceptuales propios de mundo occidentalizado y eurocéntrico, vea: http://uomac.net/index.php