Por: René Estrada, pasante de periodismo
Edición: Claudia Mendoza
Con diversas organizaciones políticas, sociales, religiosas, gremiales y territoriales en contra de las Zonas de Empleo y Desarrollo Económico (ZEDE), con una iniciativa de ley presentada ante el Congreso Nacional para derogarlas y a menos de cuatro meses para que se lleven a cabo las elecciones generales, hay un silencio que no responde a la demanda ciudadana y que inquieta a la población: el del presidente de Honduras, Juan Orlando Hernández.
En su condición de presidente, resulta extraño que Hernández se mantenga un paso fuera del protagonismo respecto a las ZEDEs, a pesar de que este proyecto despierta cada vez más interés y conflicto dentro de la sociedad hondureña. Con protestas pacíficas a lo largo del territorio nacional es claro el descontento ante esta ley, sin embargo, el mandatario sigue sin pronunciarse.
Analizar las ZEDEs, como epicentro de un conflicto que mantiene a la ciudadanía hondureña molesta, es imposible al margen de las Elecciones Generales que se llevarán a cabo el próximo 28 de noviembre del 2021.
A pocos meses de las elecciones generales, que Hernández se pronuncie sobre la ZEDEs, ¿podría tener alguna implicación política para el Partido Nacional?, ¿podría afectar la candidatura del aspirante a la presidencia del partido de Gobierno? o ¿cuál es el cálculo político que mantiene bajo la manga el actual Gobierno?
El rol de Hernández en la aprobación de las ZEDEs
Al asumir la presidencia del Congreso Nacional en el año 2010, durante el gobierno del expresidente Porfirio Lobo Sosa, Juan Orlando Hernández le dio apertura (2011) a la aprobación del decreto 283-2010 que creó las Regiones Especiales de Desarrollo (RED), más conocidas como “Ciudades Modelo” o “Charter Cities”. Este sería el primer paso para reformar los artículos 304 y 329 de la Constitución de la República bajo el decreto 04-2011, que ratifica la creación de las RED.
En octubre del 2012, esta nueva ley fue declarada inconstitucional por el Poder Judicial, lo que causaría la destitución de cuatro magistrados de la Corte Constitucional, acabando así con la independencia de poderes.
A pesar de que el proyecto de las ciudades modelo ya había sido considerado inconstitucional, el Congreso Nacional, presidido por Hernández, aprobó en el año 2012 el decreto 236-2012, que reforma de nuevo la constitución y da apertura a las Zonas Especiales de Desarrollo Económico (ZEDEs), cuya ley orgánica se aprobó ocho meses después.
Si bien el comienzo de este proyecto ocurre con Hernández, liderando el Legislativo, en la actualidad, como presidente del Ejecutivo, también ha sido pieza clave e importante en este proyecto. En el año 2015, el mandatario hondureño ordenaría la ejecución de los planos para la ZEDE ubicada en el departamento de Valle, para luego realizar una gira por el continente Asiático en busca de inversionistas.
A pesar de haber tenido su aprobación en el año 2013, la primera ZEDE comenzó hasta el año 2020, en Roatán, donde Prospera inició su construcción, como lo menciona un análisis del Centro de Estudio para la Democracia (CESPAD), intitulado “Saqueo extractivista y defensa del territorio en tiempos de COVID-19”.
El aporte a las ZEDEs, desde la Corte Suprema de Justicia y el Congreso Nacional
El Gobierno de Hernández, según otro análisis realizado por Bladimir López, también del CESPAD, denominado: “Honduras: la lucha ciudadana contra las ZEDEs”, se encuentra en una posición política poco favorable, debido a la postura de muchas comunidades las que, incluso, han realizado cabildos abiertos y declaratorias municipales libres de ZEDEs.
En este entramado, dice el CESPAD, el rol del Congreso Nacional y de la Corte Suprema de Justicia ha sido trascendental porque el hecho de que ambos poderes del Estado se encuentren a favor de las ZEDEs le ha permitido al presidente del Ejecutivo abstenerse de opinar. Con los tres poderes a favor de este proyecto, la derogación de esta Ley (por la vía institucional), parece haberse agotado.
El analista político Tomás Andino, coincide con lo anterior. Dice que Hernández y el Ejecutivo no han estado solos; algunas instituciones gubernamentales de peso y trascendencia están ayudando a acelerar el proceso de consolidación de las ZEDEs, poniendo como ejemplo el acuerdo de la Corte Suprema de Justicia, que ofrece jurisdicción especial para estos territorios. Al igual que el Congreso Nacional, ente que cedió los registros de las tierras y aprobó exoneraciones tributarias.
Y es que mientras Juan Orlando Hernández se mantiene fuera de los reflectores, su ex secretario de la presidencia Ebal Díaz y actual aspirante a una diputación del Congreso Nacional, por el partido de Gobierno, es quien promueve las ZEDEs a través de los medios de comunicación y sus redes sociales. Díaz las considera desarrolladoras de empleo y de oportunidades para los jóvenes.
Analizado desde otra arista, “el silencio del mandatario está vinculado a su futuro fuera del poder, ya que tarde o temprano tendrá que afrontar la justicia Estadounidense”, dice Raúl Pineda, también analista político. “Es estratégico, ya que la única prioridad para Hernández, es él mismo”, agrega.
Cálculos políticos
Con un país sumergido en crisis económicas, sanitarias y sociales, tras el paso de los huracanes Eta y Iota, y de los aprietos que permanecen vigente con la pandemia del Covid-19, las elecciones del próximo 28 de noviembre son vistas como una última esperanza para corregir la situación del país.
Tras doce años de gobiernos nacionalistas, en los cuales Juan Orlando Hernández ha sido presidente durante ocho años, el próximo proceso electoral es de suma importancia para su partido, ya que muchos necesitan permanecer en el poder para mantener la impunidad que cuidadosamente han forjado, dicen las personas consultadas.
El candidato nacionalista y actual alcalde por el Distrito Central, Juan Nasry “Tito” Asfura, más conocido como “Papi a la Orden”, es el candidato escogido por Hernández para darle continuismo a sus años de gobierno, pero muchas personas siguen dudando si el actual presidente de Honduras buscará un tercer periodo como gobernante, a pesar que en muchas ocasiones se ha pronunciado prometiendo que estos son sus últimos meses como gobernante de este país centroamericano.
Pineda Alvarado dice que para Hernández, “lo que llegue a pasar con el Partido Nacional o con su candidato no le quita el sueño”, ya que el futuro de las próximas elecciones recae en el Consejo Nacional Electoral, que ha demostrado mucha pasión pero muy poca acción.
“Estamos en una campaña electoral y él tiene todas las intenciones de permanecer en el poder”, dice, por su parte, Andino, quien considera que los asesores de campaña le han recomendado a Hernández que no se “manche mucho las manos” ahorita porque en este momento las ZEDEs están en la etapa de “hacer el trabajo sucio” de sacar a la gente sus territorios y expropiar.
En los ocho meses del 2021 no ha habido comunicado o pronunciamiento alguno por parte del presidente de la República, a pesar que ya son tres las ZEDEs que se establecen en el territorio nacional, y que cada vez son más organizaciones las que buscan la derogación de una Ley que mantiene alerta a las comunidades para que no se les despoje de sus territorios, ríos y bosques.