Por Xiomara Orellana y Claudia Mendoza, periodistas del CESPAD
El 28 de agosto del año 2013, Juan Orlando Hernández, en su condición de Presidente y Representante Legal del Partido Nacional de Honduras, llegó hasta el despacho del abogado y notario Dennis Matamoros Batson, en la colonia El Castaño, en Tegucigalpa. El reloj marcaba las ocho con treinta minutos cuando, en compañía de Gonzalo Armando Argeñal Zavala, se presentó para constituir una Sociedad Anónima de Capital Fijo, denominada “Inversiones Azules, La Cachureca S.A”.
Hernández y Argeñal llevaban todo los papeles listos para constituir una sociedad anónima de capital fijo. La sociedad se creó para “la promoción de programas de membresía, sean de fidelidad lealtad o particularmente vinculados al sector de consumo en todas sus manifestaciones, a fin de organizar y estructurar esquemas o modelos de beneficios a sus afiliados o miembros; la suscripción de convenios institucionales vinculados a los programas de membresías y consumo, compra, venta, comercialización, importación y exportación de productos en general, pudiendo celebrar contratos de toda naturaleza y cuyo objetivo recaiga sobre bienes muebles, inmuebles y todo género, así como todas aquellas actividades conexas en estas y las actividades o negocios de lícito comercio que pueda interesar a la realización del objetivo social, pues las descritas son enunciativas mas no limitativas de la actividad y finalidad sociales”.
Inversiones Azules La Cachureca, Sociedad Anónima S.A., se le denominó a la empresa pero se acordó que su nombre comercial sería simplemente “La Cachureca”. Como domicilio se estableció Tegucigalpa, pero sus operaciones (de acuerdo con su constitución) se extenderían a todo el país e incluso, en el extranjero. La Sociedad, que se constituyó por tiempo indefinido, se creó con veinticinco mil lempiras (L 25,000.00).
Descargue: Constitución de Inversiones Azules La Cachureca
El capital de La Cachureca se representó con 2,500 acciones comunes, nominativas de diez lempiras cada una, que equivalen a veinticinco mil lempiras. De esa cantidad, el Partido Nacional pagó dos mil cuatrocientos noventa y nueve (2,499) acciones, cuyo valor monetario es equivalente a veinticuatro mil novecientos noventa y nueve lempiras (L24,990.00). Gonzalo Armando Argeñal, en su condición de accionista, pagó la restante acción (1), por un valor de diez 10 lempiras.
El Consejo Administrativo de La Cachureca
Para gestionar La Cachureca, se acordó que funcionaría un Consejo de Administración compuesto por un presidente, un secretario, un vocal y un tesorero, que serían electos por la asamblea ordinaria de accionistas. Días antes de llevar el documento de constitución ante Matamoros Batson, la primera Asamblea General de Accionistas que se celebró, eligió como presidente a Juan Orlando Hernández Alvarado, a Reinaldo Antonio Sánchez Rivera como secretario, a Alden Rivera Montes como vocal, a Carol Vanessa Alvarado Izaguirre como tesorera y a Ernie Emilio Silvestri Thompson como comisario. Y, además, se nombró como gerente general a Billy Osvaldo Leiva Guzmán. Estas personas quedaron consignadas de la responsabilidad de organizar, instalar y dejar en pleno funcionamiento a La Cachureca.
Con el cinco por ciento de las utilidades netas, obtenidas de las “operaciones sociales” de La Cachureca, se creó un fondo de reserva legal que, según la constitución legal, estará vigente “hasta que dicho fondo sea equivalente a la quinta parte del capital social, por lo menos. Esos fondos deberán reintegrarse cuantas veces haya sido disminuido”.
Con bombos y platillos anuncian La Cachureca
El 9 de octubre del 2013, un mes y varios días antes de que llevarse a cabo las elecciones generales del 2013 (27 de noviembre) en Honduras, el entonces presidente del Congreso Nacional y aspirante a la presidencia de la república, Juan Orlando Hernández le decía a sus seguidores en Facebook: “Me encuentro en la Conferencia de Prensa del Lanzamiento de La Cachureca, una tarjeta para el pueblo diseñada para brindar beneficios y descuentos permanentes en diferentes establecimientos comerciales en todo el país. Y ustedes ¿ya tienen la Cachureca?”.
Para mediados de octubre, la promoción de La Cachureca arreciaba en las redes sociales y en medios de comunicación que promovía, a través de videos y la aparición, incluso de modelos, los descuentos del 35% que se ofrecían en tiendas comerciales, hospitales, restaurantes, farmacias y hasta en recargas de celular. Mientras, entre la población, comenzaba un despliegue de entregas a domicilio, de “La Cachureca”.
“Hay que aclarar algo acá, esta tarjeta de beneficio La Cachureca, es para todo hondureño que quiera tenerla, no es solo para los nacionalistas… es una intención de trasladar beneficios a todo el país; tendrá una vigencia de dos años y se activa en el comercio tres días después de adquirirla gratuitamente. A partir del 15 de octubre se podrán realizar gestiones en la casa del Partido Nacional”, dijo el 9 de octubre del 2013, Juan Orlando Hernández.
Una tarjeta para cachurecos
Cuando la tarjeta La Cachureca se anunció, se repitió hasta la saciedad que era un beneficio disponible y gratuito para todos los hondureños y que bastaba con llenar un formulario que estaba disponible en este enlace http://juanorlando.com/la-cachureca/. Sin embargo, entre varias situaciones irregulares, trascendió que el requisito que se exigía para su obtención, era que los beneficiarios estuviesen censados dentro del Partido Nacional, según el padrón electoral de las elecciones internas del mes de noviembre del 2012.
Por otro lado, hasta los propios nacionalistas que se beneficiaron con esa tarjeta, aseguran que nunca pudieron utilizarla porque no estaban informados en qué lugares podrían obtener los descuentos que se anunciaban. “Sin pedirla me llegó; me dijeron que me ayudaría con descuentos en farmacias. Eso me alegró porque gasto mucho en medicinas, pero en las farmacias en las que pregunté no sabían nada y, total, solo me quedé con la tarjeta”, cuenta Edelmira, una mujer de filiación nacionalista que vivió esa experiencia y quien prefiere omitir su apellido. Muchos testimonios más, de gente que relata que nunca se enteró para qué servía la tarjeta, porque ni los líderes locales estaban claros de la forma en cómo les beneficiaría.
La Cachureca: uno de muchos proyectos de Hernández para financiar su campaña política
Juan Orlando Hernández ganó las elecciones generales del 27 de noviembre del 2013. Desde entonces, La Cachureca disminuyó su publicidad y comenzó a dejar de ser noticia. Pero su nombre volvió a sonar públicamente en el mes de junio del 2018 porque, de acuerdo con la Misión de Apoyo Contra la Corrupción y la Impunidad en Honduras (MACCIH) y la Unidad Fiscal Especial Contra la Corrupción e Impunidad (UFECIC), La Cachureca formó parte del esquema de saqueo que se fraguó desde Casa Presidencial, a través de los casos de corrupción Pandora y “Corrupción Sobre Ruedas”.
“Para eso no se destinó mucha plata, al menos de lo que conoce Fernando. Dice que no se involucraba en operaciones pequeñas, que eran aquellas cuyos montos oscilaban entre 3 o 4 millones de lempiras”, son las palabras textuales que según Omar Menjívar, le dijo su defendido Fernando Suarez, uno de los implicados en el caso Pandora, cuando el equipo del CESPAD le consultó qué sabía sobre La Cachureca.
No obstante que Suarez incluyera a La cachureca dentro de las “operaciones pequeñas”, para la MACCIH-UFECIC, este fue uno de muchos proyectos-fachadas que se crearon para sustraerse recursos de la Secretaría de Agricultura y Ganadería (SAG). Y es que según el requerimiento fiscal, más de 4 millones de lempiras fueron sustraídos de la SAG y trasladados al proyecto La Cachureca.
Las transacciones se hicieron a través de dos cheques: el primero, emitido el 4 de septiembre del 2013, un mes antes del lanzamiento del proyecto, con número 2565792, por un monto de 2 millones 501 mil 285 lempiras. Ese monto fue depositado en la cuenta de cheques 1-2057923, a nombre de Claudia Noriega González, coordinadora del proyecto “La cachureca”.
El segundo cheque fue el número 2402, emitido el 26 de agosto del 2013, por un monto de 2 millones de lempiras, a nombre de Mega Tecnology Informática S.A. Fue depositado a la cuenta 01101384477 de Banco Ficohsa y se pagó por concepto de abono a contrato de servicios de impresión de trescientos mil (300,000) carné de full color, de la tarjeta la cachureca, utilizada durante la campaña del ahora presidente de Honduras.