Edwin Fernández, integrante de la Organización Fraternal Negra de Honduras (OFRANEH), fue asesinado en el interior de su vivienda en la comunidad de Río Tinto, Tela, departamento de Atlántida. Fernández era el encargado de la vigilancia de la Organización, una responsabilidad que se le adjudicó en el marco del COVID-19.
El crimen se llevó a cabo en horas de la noche del 20 de mayo, luego de que tres hombres con capucha, invadieron la vivienda y frente a su familia le quitaran la vida.
La violencia que atraviesan las comunidades garífunas data de muchos años, pues han vivido en luchas permanentes por la defensa de sus territorios y bienes comunes de los que sobreviven. Además, la mayoría de las comunidades se encuentran en zonas costeras del país, lo que los deja más expuestos a las consecuencias directas y colaterales de la narcoactividad en la zona.
La población garífuna, particularmente, siempre ha sido uno de los grupos más excluidos y en el contexto Covid19, también lo son de las medidas adoptadas por el gobierno para prevenir el avance de la pandemia, por lo que a nivel interno de sus comunidades ejecutan acciones de prevención y un plan de emergencia, cimentado en acciones de cuidado, desde un enfoque ancestral.
Desde el CESPAD, en momentos de dolor y luto, nos solidarizamos con OFRANEH y la familia de Edwin. También demandamos:
- A la Fiscalía de los Derechos Humanos y al Ministerio Público, que se investigue el móvil del crimen de Edwin, el que se atribuye a las medidas que adoptó esta comunidad para hacerle frente a la pandemia y que él como coordinador, implementaba.
- Que se enjuicie a los responsables del crimen y se lleven a prisión, evitando con ello la impunidad que acontece en muchos otros casos en los que se vincula a los y las garífunas.
Tegucigalpa Honduras, 22 de mayo, 2020
