Agente de la DEA: en un servicio sanitario, Tony Hernández quiso evitar su captura

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Foto: Criterio

Desde Nueva York, una colaboración especial para CESPAD: @honduraslibredecorruptos

Sin lugar a dudas, las declaraciones que en el momento de su captura dio Tony Hernández a Sandalio González, el agente de la Agencia para -el Control de Drogas (DEA por sus siglas en inglés), causaron furor en Honduras y a quienes lo escuchamos de primera mano dentro de Corte de Nueva York, en Estados Unidos.

El relato de González, de cómo Tony, al verse al descubierto buscó refugiarse en un baño para evitar su captura, nos dejó perplejos. Pero al capturársele al salir, los videos de su interrogatorio avalan lo dicho por los dos narcos hasta ahora interrogados: Tony los conocía.

En once videos con las frases más comprometedoras, escuchamos a un Tony Hernández decir: «Al único que me mandaban era a Toño Frontera, con pisto y con un teléfono para hablar y hablé una vez con él por teléfono cuando me dijo que me ofrecía helicópteros, que él estaba apoyando también diputados del Partido Liberal de la zona de Copán y que él lo que quería era tener gente en el Congreso para poder manejar el tema de las extradiciones».

En la Sala donde la Fiscal de Nueva York, mientras se presentó cada uno de sus relatos, Tony solo agachaba la cabeza. Sin duda lo que se grabó al momento de su captura impactaba, pese a que en algún momento su defensa intentó invalidarlo, pero que el Juez Kevin Castell, con base en la importancia del video, denegó toda pretensión de la defensa.

No ha sido fácil asimilar toda la información que surge cada vez que habla un narcotraficante o que develan los agentes investigadores. Poco a poco se van validando las declaraciones de los delincuentes, a quienes el gobierno de Honduras, a través de su presidente, acusa de lanzar dardos envenenados cargados de odio, por una venganza que se hace porque fueron extraditados.

No debe olvidarse que a los dos primeros, El Rojo y Chande Ardón, no los extraditó Honduras. Uno fue capturado en Guatemala y el otro negoció y pactó su entrega. El Rojo dijo que producto de la droga, acumuló una fortuna de 70 millones de dólares y Chande de 250 millones. Ambos han logrado firmar acuerdos de cooperación, lo que los llevará a eximírseles de altas condenas que para delincuentes de su clase, tipifica la ley estadounidense.

Madre de Tony, testigo del juicio

Foto: Radiohouse

La madre de Tony Hernández y su hijo, desde el lunes, forman parte del público que constata in situ, lo que se discute en el juicio. Ella desde el primer día ha querido acercarse a su hijo, se paró en un receso cerca de dónde Tony estaba sentado, pero no se le permitido acercársele a su vástago. Se conformó con un hola a la distancia y una sonrisa para animarlo. En los recesos se le ve rezar, el sufrimiento es notorio en su rostro.

Este jueves sigue el desfile de “cantantes” y las miradas se dirigirán hacia Devis Leonel Rivera Maradiaga, el famoso “Cachiro” que ya ha hecho temblar a varios hondureños con sus confesiones. Aún faltan varios hondureños que darán sus aportes en este juicio para confirmar y develar elementos que solos dejarán “bien sentado” que el mundo narco encontró en Honduras una fragilidad extrema, funcionarios ávidos por enriquecerse y ponerle precio a su dignidad y a un pueblo pasivo que está viendo la realidad y aún no toma conciencia de una gravedad que en Honduras busca minimizarse.

El jurado poco a poco se está empapando de lo que en Honduras ha pasado durante más de una década, pero también está temeroso y ha entendido que el caso tiene cierto nivel de peligro y por eso el martes denunciaron sentirse acosados por alguien que les ha tomado fotos y esto aquí en Estados Unidos es algo grave, es una seria obstrucción a la justicia, situación que el mismo Kevin Castell catalogó de grave y que implica un castigo de siete años de prisión.

Así se vive de intenso el juicio de Nueva York. Quién diría que en esa sala D, del piso 11, se dirime el destino de un país, que merece funcionarios comprometidos, con convicción y dignidad y no peones del narco, que empañan, manchan y avergüenzan al pueblo hondureño.