Un elemento que ha caracterizado al Estado de Honduras en las últimas tres décadas, es su continuo proceso de transformación y debilitamiento de su institucionalidad, por lo menos en los aspectos sociales. Desde los años noventa asistimos a una dinámica en la que el Estado, en lugar de fortalecer esta institucionalidad, ha avanzado en un proceso de resquebrajamiento en áreas sensibles como la producción, orientada a garantizar la soberanía y seguridad alimentaria de la población hondureña.
En el año 1962 se estableció la principal institución que rectoraría el proceso de Reforma Agraria en Honduras, el Instituto Nacional Agrario (INA). Desde una mirada crítica, se puede advertir que su funcionamiento tuvo una duración de apenas 30 años, ya que a partir de 1992, con la emisión de la Ley de Modernización y Desarrollo del Sector Agrícola (LMDSA), esta institución fue una de las más golpeadas en el proceso de achicamiento y desmantelamiento de la institucionalidad pública agraria.
El presente trabajo hace una caracterización de la actual institucionalidad agraria en Honduras, en el marco del actual rediseño del Estado, con el propósito de desentrañar cuáles son los espacios y formas para establecer procesos y dinámicas de incidencia, a fin de posicionar en la agenda pública la relevancia del tema agrario en el país.