Mujeres y feministas hondureñas se movilizan en su día y demandan respeto a sus derechos humanos

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Cargando sus hijos e hijas en hombros, gritando consignas con las que demandan el respeto de sus derechos y con la convicción firme y clara de que falta aún mucho por qué luchar, decenas de mujeres conmemoraron el día de la mujer hondureña.

Se trata del movimiento de mujeres y feministas, articuladas en la Plataforma 25 de Noviembre, Mesoamericanas en Resistencia por una Vida Digna-Honduras y las Redes Locales de Mujeres del Distrito Central, que se  movilizaron hoy, 25 de enero, en un acto de rebeldía, de resistencias y de alegrías por las luchas que el Movimiento Feminista ha impulsado desde 1955, cuando se aprobó por la Cámara Legislativa el derecho al voto de la mujer hondureña.

Se dirigieron hasta el centro de Tegucigalpa. El fuerte dispositivo de policías y militares que acordonaba la zona porque en el interior del Congreso Nacional las y los diputados tomaron posesión de su cargo, no importó. El objetivo de ellas era claro: rebelarse, resistirse y continuar demandando la eliminación de las diversas formas de violencias hacia las mujeres (según el Instituto Universitario de Democracia, Paz y Seguridad cada 14 horas muere una mujer en Honduras).

Pidieron, además, la desmilitarización en el país. “No más militares en las calles agudizando la represión contra las mujeres por parte de la policía y el ejército, que participan en las movilizaciones en las comunidades, barrios y territorios en contra de la dictadura ilegal instalada y presidida por el gobierno de Juan Orlando Hernández”, dijeron.

Pero aquí también se demandó un alto a los desalojos violentos en las calles y en los territorios en donde decenas de mujeres luchan por la defensa de los bienes comunes para la sostenibilidad de la vida. De acuerdo a los datos que dieron a conocer, unas 1700 campesinas e indígenas han judicializadas y han fallecido muchas: Margarita Murillo, Berta Cáceres, Marilú Miranda, Teresa López, Alma Yamileth Díaz, Eva Erlinda Castellano, entre otras.

Demandaron del Estado no más criminalización, persecución y judicialización de las mujeres defensoras de derechos humanos; no más impunidad por las muertes violentas de mujeres y femicidios (durante 2017 fueron asesinadas más de 400 mujeres y la mayoría de las muertes no han sido investigadas ni sometidos a procesos judiciales los asesinos).

La no criminalización por las mujeres que deciden interrumpir un embarazo en cualquiera de las circunstancias y no más prohibición al acceso, uso y distribución de las pastillas de anticoncepción de emergencia, también fue una de las demandas de las mujeres y feministas hondureñas.

Más en concreto, y luego de un acto dolorido y lleno de energías femeninas, las protagonistas de esta movilización, exigieron, de forma literal, lo siguiente:

– Al Ministerio Público, que actúe de forma eficaz, transparente y con prontitud para que se investigue la violencia y los asesinatos contra mujeres.
– Al Alto Comisionado de los Derechos Humanos de las Naciones Unidas, que de acuerdo con sus facultades, intervenga para que no se continúe con el excesivo uso de la fuerza por parte de la policía militar en contra de las mujeres, niñas y jóvenes que participan en las acciones de protesta en contra de la dictadura.
– Al CONADEH que garantice el respeto de los derechos humanos de las y los ciudadanos
– Al Consejo Nacional de Protección para Defensores y Defensoras Comunicadores y Comunicadoras, que cumpla con mandato de garantizar la protección y la vida de las mujeres defensoras de los derechos humanos.
– A la Policía Militar del Orden Público y a la Policía Nacional, que cese la represión y los asesinatos contra las mujeres, niñas, niños y jóvenes.
– A las cúpulas religiosa y eclesiásticas que dejen de intervenir en las decisiones del Estado, en las políticas públicas relacionadas con el reconocimiento de los derechos sexuales y derechos reproductivos de las mujeres.
– Al poder Judicial que fortalezca y amplíe la cobertura de los juzgados Especializados en Violencia Doméstica, mejore la calidad de atención y que deje de imponer reglas para con las sobrevivientes de violencia donde no se les permite la entrada con camisas escotadas, colocando con esto una barrera más que limita el acceso a la justicia para las mujeres.

Así fueron las resistencias, las rebeldías y las alegrías de la mujeres hondureña en su día.