Por Xiomara Orellana, periodista del CESPAD
La comunidad internacional tiene “sus ojos puestos” en Honduras. La situación no es clara del todo porque es un hecho inédito que un país, de un día para otro, tenga a dos personas que se atribuyen la titularidad de un poder del Estado, en este caso el Poder Legislativo. Algunos analistas consideran que las implicaciones de la crisis institucional en Honduras podría desencadenar otras crisis en el resto de Centroamérica.
La victoria de Xiomara Castro, en noviembre del 2021, se registrará en la historia como un gane sin precedentes, con una participación muy alta que generó que la atención se centrará en un país que ya tenía la mirada del mundo entero, pero por lo que ocurrió y se acumuló en 12 años de un gobierno (Partido Nacional), que dejó en ruinas este país centroamericano.
Edgar Ortiz, analista político de Guatemala, dijo al CESPAD que los hondureños en esas elecciones lo que hicieron fue mostrar el rechazo a los gobiernos nacionalistas. “Sabíamos que no tendría fácil gobernar Honduras, tomando en cuenta que el Congreso tenía cierto nivel de fragmentación y no estaba muy claro, por ejemplo, el papel del Partido Liberal de a quién iba a apoyar, si apoyaría hipotéticamente al Gobierno de Castro o se aliaría con la oposición”.
Pero, los analistas de los países vecinos anticipan un escenario complejo para Castro en el Congreso, porque el Partido Nacional, pese a perder la presidencia, tiene aún bases muy fuertes. Por eso lo que sucede en el país les preocupa, porque consideran que Castro comienza con el pie izquierdo.
Las juntas directivas paralelas que se mantienen vigente en Honduras, generan la atención en el área centroamericana, específicamente del denominado Triángulo Norte, porque el hecho de que Castro no reconozca la que surgió, inicialmente, de los diputados a los que su partido llamó “traidores”, ya supone una crisis muy grande.
Una solución ante la situación política, implica involucrar al Poder Judicial para dirimir, sugieren los politólogos de Guatemala y El Salvador, para quienes se trata de un gobierno que llega con muchas complicaciones porque si bien llega con un mandato de legitimidad importante, se enfrenta a un Congreso que no le favorece. El hecho de que esa situación se mantenga, añadirá un grado alto de incertidumbre al mandato de Xiomara Castro. “No sería deseable una solución judicial, sería más una solución política. En Guatemala hemos vivido escenarios de alta judicialización de decisiones políticas y eso termina siendo algo no deseable”, sostiene Ortiz.
Implicaciones Regionales
Desde Crisis Group, Tiziano Breda analiza las implicaciones que se pueden tener ante la crisis en la región. “También debe analizarse la implicación que pueda tener para la gestión de otros países de la región, como Nicaragua, con una crisis, y preguntarse cuáles pueden ser las consecuencias para ver la multiplicación de las crisis en la región que probablemente no abone a mantener la atención internacional sobre cada una de ellas”, explica.
Así lo analiza, también, Celia Medrano, analista política en El Salvador, para quien la crisis puede continuar con la expulsión de hondureños ante la impunidad, cooptación del Estado desde el crimen organizado y la desigualdad social como principal factor, por eso en el contexto actual “lo que demanda en Honduras es inteligencia para la gobernabilidad, no profundizar confrontaciones”.
Medrano sugiere que es importante tomar nota de los diferentes mensajes que, a través de la cuenta de Twitter transmite el presidente de El Salvador, quien ha sugerido cercanía con el ex presidente Manuel Zelaya. “Eso también debería preocupar a Honduras, cuya presidenta tendría que marcar clara distancia con la conducción autócrata, autoritaria, populista e intransparente que ha caracterizado a su homólogo salvadoreño, marcado también por su permanente ataque al periodismo independiente y contra defensores de derechos humanos”.
Un punto clave, en el que coinciden los entrevistados, es que, en este momento, para Honduras, es importante trazar los límites en el rol de las Fuerzas Armadas y también, definir la participación de los gobiernos de otros países que desean contribuir a la gestión presidencial. “Son parte fundamental las alianzas internacionales, pero bajo parámetros de respeto y no intromisión”, sugieren.
Alcanzar la presidencia de la República, con una amplia votación electoral, es un hito importante que protagoniza Xiomara Castro, quien deberá maniobrar para vencer “los entuertos que las redes de corrupción” que permanecen vigentes e intentarán bloquear y evitar que ejecute un plan de Gobierno que rompa el blindaje de los corruptos.