Por: René Estrada, pasante de periodismo
Edición: Claudia Mendoza
Lo que comenzó como proyectos sociales y de campaña del presidente de Honduras, Juan Orlando Hernández, durante sus años como presidente del Congreso Nacional, se convirtió en la Secretaría de Desarrollo e Inclusión Social (SEDIS). Esa secretaría recibió, ente los años 2014 y 2019, más de 17 mil millones de lempiras para ayudar a aliviar la pobreza y las desigualdades sociales. Pero, ¿qué tanto el presupuesto asignado a esa secretaría ha abonado a la disminución de la pobreza? Veamos.
En el 2014, el primer año como presidente de la república, Hernández consolidó la “Plataforma Vida Mejor” con la meta de mejorar las condiciones de vida de las personas beneficiadas. Sin embargo, para finales de ese mismo año el 62.8% de los hogares hondureños se encontraban en condición de pobreza, según datos del Instituto Nacional de Estadísticas (INE). Durante esos 12 meses, la SEDIS contó con un presupuesto aprobado de casi 500 millones de lempiras, pero ejecutó un poco más de 640 millones en los diferentes proyectos sociales.
En el año 2015, con un incremento superior a los 2 mil millones, se contaba con un presupuesto ejecutado de 1,880 millones de lempiras para proyectos de alivio, pero los índices de pobreza, en lugar de disminuir, aumentaron, pasando de un 62.8% de hogares en condición de pobreza a un 63.8%.
Contrario a la tendencia, en el 2016, los índices de pobreza por hogar disminuyeron a un 60.9%, pero el presupuesto de la SEDIS, aumentó los 2 mil 100 millones de lempiras
Para el 2017, año de campaña electoral, el presupuesto ejecutado por la SEDIS superaba los 2, 580 millones de lempiras, pero los hogares en condición de pobreza alcanzaron el 64.3% en todo el país, según datos tomados del INE y del portal digital de la SEDIS.
A finales del año 2018, Honduras alcanzó un índice del 61.9% de pobreza en los hogares, mientras la SEDIS ejecutaba 1,611 millones de lempiras para proyectos sociales.
De igual manera, para el 2019, el 59.3% de los hogares en el país se encontraban en condiciones de pobreza, y el gasto público para programas de ayuda alcanzaba los 1,248 millones de lempiras.
Siempre en alza, para el 2020, el 70% de los hogares se encontraba en condiciones de pobreza. Es decir, 7 de cada 10 familias hondureñas vivía, en ese año, en la pobreza. Pero la SEDIS aumentó su presupuesto ejecutado a 3,848 millones de lempiras.
Los programas de Vida Mejor
Entre los programas de la Plataforma Vida Mejor, se encuentran los Bonos de Vida Mejor (urbano y rural), que se basan en la entrega de transferencias condicionadas de efectivo; el programa de Alimentación Escolar, para garantizar el suministro de alimentos en los centros educativos en el territorio nacional; Alimento Solidario para el Adulto Mayor y Desarrollemos Honduras.
La realidad social de Honduras
Basado en el Primer Informe de Monitoreo sobre el gasto público en campaña electoral de Honduras (Julio-2021), del Centro de Estudio para la Democracia (CESPAD), dentro del Plan Estratégico de Gobierno 2014-2018, Hernández planteó como principales ejes de acción: a) Desarrollo Humano, reducción de las desigualdades y protección social, b) Búsqueda de La Paz y Erradicación de la Violencia, c) Generación de empleo, competitividad y productividad y d) Transparencia y modernización del Estado.
A pesar de que disminuir la desigualdad es uno de los pilares del proyecto, Honduras, en el año 2017, era el tercer país más desigual de Latinoamérica, según el índice de GINI, el que se encarga de medir hasta qué punto la distribución del ingreso, dentro de una economía, se aleja de una distribución equitativa.
Cabe destacar que, de todos los años de gobierno de Juan Hernández, el 2017 tuvo el porcentaje de pobreza más elevado y, paradójicamente, fue el año en el cual la SEDIS ejecutó la mayor cantidad de fondos en proyectos sociales.
Por otro lado, si bien la tasa de desempleo del 2019 con respecto al 2014 había disminuido llegando al 5.6% de la Población Económicamente Activa (PEA). Este se disparó en la pandemia llegando al 10.9% de la PEA que significó más de 400,000 nuevos desempleados. En una situación de precariedad laboral estructural, en la cual el 63% de la PEA recibe menos del salario mínimo.
Para el economista y ex presidente del Banco Central de Honduras (BCH), Hugo Noé Pino, estos programas (con chamba vivís mejor, chamba joven, entre otros) son de naturaleza coyuntural y muchos han servido, más bien, para aumentar las ganancias de empresas nacionales y transnacionales.
Un ejemplo es el programa que se inició con las maquilas, en el que existen niveles altos de ganancias, con un Estado subsidiando, durante los primeros meses, la permanencia de algunos trabajadores. Es decir, la mayoría de los beneficiarios únicamente están por ese periodo y las empresas, obviamente, no tienen ningún costo por la mano de obra.
Vida mejor: ¿inversión vacía?
Con un sistema de financiación basado en la profundización de la deuda externa, los proyectos de asistencia social han marcado ciertas tendencias como el decrecimiento de los salarios, la concentración de las ganancias y la instrumentalización de estas, con propósitos políticos electorales.
Muchos de estos programas, según Pino, “están siendo manejados a través de fideicomisos, con un uso muy poco transparente de control del gasto y, por lo tanto, es en parte un mecanismo indirecto de compra de votos y, en parte, fuente de corrupción porque buen porcentaje de estos recursos ha de ir a manos particulares”.
El Primer informe de Monitoreo sobre el gasto público en campaña electoral de Honduras, del CESPAD, establece que “la política pública del Gobierno de la Vida Mejor, no busca una justa redistribución de la riqueza socialmente producida, sino blanquear los efectos sociales de un modelo económico fundamentado en la privatización, la extracción y el despojo, modelo que ha generado que Honduras se ubique entre los niveles más altos de pobreza en la región de América Latina y del Caribe”.
Finalmente, la persistencia de la pobreza está también relacionada con otro aspecto, y es que la falta de políticas claras y efectivas en la generación de empleo impiden a las familias acceder a un mercado del trabajo en condiciones dignas.
Los datos que aquí se presentan, fueron tomados de los portales digitales del Instituto Nacional de Estadísticas (INE) y de la Secretaría de Desarrollo e Inclusión Social (SEDIS).