Por: René Estrada
Edición: Claudia Mendoza
Con un canto lento, de melodía delicada, que decía «tierra mi cuerpo, agua mi sangre, aire mi aliento, fuego mi espíritu», haciendo referencia a cómo los cuatro elementos básicos de la naturaleza están presentes en los cuerpos humanos, Betty Vásquez comenzó a hablar en el «Encuentro regional: «pensando el bicentenario desde los pueblos».
Vásquez, una reconocida ambientalista y defensora de los derechos de las mujeres, integrante del Movimiento Ambientalista Santabarbarense (MAS), se presentó a «Encuentros regionales: «Pensando el bicentenario desde los pueblos», en Copán Ruinas. Su cátedra, sobre feminismo comunitario, colocó en la mesa el tema de la lucha de las mujeres indígenas en sus comunidades.
Para poner en contexto la situación actual, Vásquez mencionó que debido a la pandemia por la covid-19, «nos han tapado la boca, pero no nos han callado», en alusión a cómo la mascarilla se ha hecho parte del diario vivir. De igual forma, remarcó que sin importar las circunstancias “debemos recordar que somos pueblo y por ende también resistencia permanente», contra el sistema que margina a las mujeres del campo y del área rural.
Para Vásquez, la mujer tiene una oportunidad muy importante en sus territorios ya que tienen la habilidad de construir el poder desde la comunidad. A ese poder le nombró «Feminismo Comunitario», pues en su opinión se debe construir desde adentro, si se quiere lograr un cambio.
Para esta defensora de derechos de las mujeres, es muy importante la relación entre la democratización del hogar y el rol de la mujer en la política. Desde su punto de vista, las mujeres deben defender su territorio, que inicia con su cuerpo, hasta llegar a la tierra que es donde viven. Agregando que, para lograrlo, es necesario implementar el feminismo en casa con pequeños cambios como la distribución de tareas y roles en la que todos y todas deben tener participación.
El patriarcado institucional
Un dato muy lamentable que dio a conocer Betty, es que en la actualidad solo 3 de cada 100 personas que poseen tierra legalmente inscrita, son mujeres. Este dato lo analiza como resultado de las acciones patriarcales que establecen reglas y leyes a favor de los hombres. Y es que, según la expositora, la Ley de la Reforma Agraria, para el caso, que da prioridad a los derechos de tierra al hombre mayor de la familia, sin importar la labor realizada por las mujeres para la obtención o mantenimiento de las mismas.
Para Vásquez, el mejor consejo que podría brindarle a las mujeres, hoy en día, es que hay que «desaprender para aprender» pues muchas veces se les ha enseñado que su rol es el de servir al hombre, pero no de ser iguales.
En cuanto a la defensa de los territorios de los pueblos originarios, la santabarbarense concluyó con la frase «defender el territorio cuerpo para las mujeres, es también defender la tierra», haciendo énfasis en la importancia que tienen en la lucha por la defensa de sus patrimonios.