Por: Bladimir López Sánchez, analista del CESPAD
En Honduras las Zonas de Empleo y Desarrollo Económico (ZEDE), siguen ocupando los principales programas de análisis en televisión, las portadas de los diarios impresos y ha cruzado, significativamente, las acciones políticas de las organizaciones urbanas y territoriales. Por eso analizaremos la dirección que han tomado las ZEDEs y la lucha popular, en la coyuntura de julio a agosto del 2021.
Cuatro elementos, que marcan la actual coyuntura de persistencia y lucha popular contra las ZEDEs, se plantean en este análisis, sin pretender agotar el debate. Se trata de un refuerzo por orientar la reflexión estratégica y las acciones políticas de las organizaciones territoriales en defensa de la soberanía nacional y autonomía territorial.
- ZEDEs, el estandarte del Partido Nacional en la coyuntura electoral
En el marco de los últimos tres procesos electorales desarrollados en el país (2013, 2017 y 2021), las ZEDEs han sido una de las principales propuestas que el Partido Nacional ha posicionado en sus procesos de campaña. En ese sentido, recobra mucha importancia en coyuntura electoral, la narrativa sobre la generación de empleo y combate a la pobreza. Sin embargo, es un discurso lleno de contradicción e inconsistencias ya que, por un lado, las ZEDEs serán instaladas en las regiones más desarrolladas del país, y no en las regiones más pobres y con los mayores índices de desempleo. De igual forma, la generación de empleo es limitada. Según los análisis, en el país existe medio millón de personas sin trabajo y con las ZEDEs no se generan ni 15 mil empleos.
Los discursos electorales del Partido Nacional sobre las ZEDEs, centran su tesis en las direcciones siguientes: i) la generación de empleo, ii) no menciona la palabra ZEDEs como tal, sino que se refieren en mayor medida a las Zonas de Empleo, iii) existe un fuerte énfasis en la idea de crecimiento económico, evadiendo lo referente al desarrollo económico sustentable y, iv) existe un ataque directo hacia las organizaciones que luchan contra las ZEDEs, y que se tildan de estar desinformadas y de oponerse al desarrollo.
Es decir, los discursos contienen suficientes elementos para establecer que detrás de la promoción de las ZEDEs se esconde una retórica demagógica y populista que busca seducir a los sectores vulnerabilizados y radicalizar las políticas neoliberales en su versión libertaria.
Los discursos de las ZEDEs, en la actual coyuntura electoral, obligan a las organizaciones a avanzar en un análisis más integral sobre algunos puntos de interés: política laboral de carácter excluyente, precarización laboral, profundización del desarrollo económico desigual, la migración del campo hacia la ciudad, la feminización de la pobreza, entre otros temas de interés. Sin embargo, en el fondo, los discursos electorales relacionados con las ZEDEs, sugieren que son el proyecto que el Partido Nacional va a impulsar con fuerza, si se mantienen en el poder, el cual, como hemos expuesto anteriormente desde el CESPAD, tiene dimensiones políticas, económicas, culturales y militares.
- La lucha contra las ZEDEs, entre la comodidad y los temores de JOH
Desde que se conoció la construcción de tres ZEDEs en el país, se ha abierto un importante ciclo de protestas que tienen como temas de fondo la derogación de la Ley ZEDE, la defensa de la soberanía nacional y el respeto a la autonomía territorial. En la actualidad, la lucha contra las ZEDEs se realiza desde tres bloques: institucional, gremial-urbano y local.
Los procesos de lucha están teniendo mayor fuerza e impacto en los espacios locales, mediante la puesta en marcha de importantes procesos de articulación regional que tienen como objetivo central, declarar a sus municipios libre de ZEDEs, a la vez que demandan la derogación de la Ley, a través de plantones, movilizaciones pacíficas, bloqueo de carreteras y el desarrollo de cabildos abiertos. De julio a agosto se han realizado más de 30 cabildos abiertos y un aproximado de 130 municipalidades han firmado la iniciativa ciudadana contra las ZEDEs.
Sin embargo, las acciones de lucha territoriales y declaratorias de no a las ZEDEs, Juan Orlando Hernández las sigue contemplando de manera cómoda, debido a los problemas tácticos y estratégicos en las luchas actuales porque, más allá de sus méritos y aportes al debate actual, no han tenido la capacidad (por ahora) de saltar del espacio regional al espacio nacional.
Por otro lado, es importante analizar las vías que existen para derogar la Ley Zede: i) la institucional, mediante la reacción de la Corte Suprema de Justicia (CSJ), ii) la derogación de la Ley Zede por el Congreso Nacional, iii) la presión internacional al Estado de Honduras, iv) la presión popular de carácter nacional y, v) la autonomía territorial, en relación con la figura de los cabildos abiertos para las declaratorias municipales libre de ZEDEs.
La actual coyuntura indica que la vía i, ii y iii permanecen cerradas y estancadas, y que es con las vías iii y iv, que las organizaciones cuentan para avanzar en la derogación de la Ley. Lo anterior, como lo demuestra recientes experiencias de lucha popular en Chile, Ecuador y Colombia, es posible con masivos procesos de movilización y planteamientos políticos estratégicos, con capacidad de disputarle a las élites gobernantes decisiones de carácter políticas como las ZEDEs.
En ese marco, Hernández se ha llamado al silencio sobre las ZEDEs y, siguiendo la línea de su entidad política, lo poco que ha expresado ha sido sobre el tema empleo y declaraciones de desprestigio hacia los sectores que están en contra del proyecto. Aunque en el fondo, tácticamente comprende que todo tipo de reacción violenta hacia las protestas y movilizaciones pueden generar pánico hacia los empresarios que actualmente invierten en las ZEDEs, y abrir un proceso de crisis política que puede desatar importantes rupturas en el bloque de poder, debido a la crisis de hegemonía y de legitimidad de su régimen.
En ese sentido, el actual gobernante no se siente cómodo al saber que la lucha contra las ZEDEs se potencializa y que, semanas tras semanas, las municipales y las organizaciones territoriales declaran a sus municipios libre de ZEDEs. Lo anterior indica que, ante un hipotético ascenso de lucha nacional articulada contra las ZEDEs, Hernández podrá optar por tres salidas: recurrir a la fuerza policial y militar para debilitar los procesos de resistencia; llamar a las fuerzas sociales a un proceso de diálogo y negociación (considerando la naturaleza del régimen político hondureño, es imposible que las organizaciones acepten) y, ordenar al Congreso Nacional (CN), la derogación de la Ley ZEDE.
- La respuesta de las ZEDEs (Orquídea y Prospera) ante el cuestionamiento de las organizaciones. Posible escenario de violencia territorial y adaptación municipal del modelo ZEDE
Un punto importante en la actual coyuntura electoral es la reactivación de la política de judicialización, criminalización y asesinatos hacia personas defensoras de tierra y territorio. Debido a las denuncias de las organizaciones territoriales de Valle y Choluteca, en el Sur de Honduras, la ZEDE- Orquídea ha emprendido una estrategia defensiva que tiene como puntos críticos: estigmatizar y criminalizar a personas de la Plataforma del Sur; generar confusión entre los pobladores sobre las ZEDEs; debilitar la articulación territorial y generar división en las comunidades.
Lo anterior se ha venido dando mediante una estrategia mediática que ha encontrado respaldo en los medios de comunicación regional y nacional. Sin embargo, tal como lo indica la experiencia de lucha socio-territorial hondureña, la preocupación es que a medida que las organizaciones van radicalizando sus acciones y ganando legitimidad entre las comunidades, los sectores empresariales emprenden estrategias ofensivas de largo alcance que terminan en persecución, criminalización, judicialización y muerte. En definitiva, las personas defensoras de tierra y territorio en el Sur, se encuentran ante un escenario adverso en su trabajo de defensoría territorial.
Por otro lado, ante el asedio empresarial de la ZEDE-PROSPERA y su postura de no renunciar a la construcción de esa ZEDE, la Municipalidad de Roatán se está planteando arropar al Municipio de Roatán bajo la figura de una ciudad autónoma, permitido en el marco de la Ley ZEDE. Lo anterior indica que las Municipalidades, con tal de no salir afectados política y económicamente por las ZEDEs, estarían considerando adoptar este tipo de gestión territorial.
Sin embargo, en el fondo, lo anterior indica que se está confeccionando una política de asfixia que busca orillar a las Municipalidades a tomar este tipo de iniciativas, determinado por la ausencia de la presencia política y económica del Estado en las regiones donde se van a instalar las ZEDEs. En definitiva, posiciones como la anterior abren un espacio para que, en el corto y mediano plazo, inicie en el país un paulatino proceso de aceptación de las ZEDEs, con grandes consecuencias políticas y mediáticas hacia las organizaciones territoriales que sostienen la lucha contra este proyecto.
En conclusión, los acontecimientos anteriores indican que la instalación de las ZEDEs en los territorios está promoviendo nuevas formas de aceptación y legitimidad, que buscan desarticular a las organizaciones territoriales y orillar a las Municipalidades a adoptar las formas de gestión de las ZEDEs. Es decir, para la instalación de las ZEDEs, las élites de poder recurrirán a las viejas prácticas de violencia y a nuevas estrategias para imponer sus proyectos en los territorios, abriendo todo un proceso de renovación de las estrategias expropiatorias implementadas en el marco de los proyectos extractivistas durante la última década.
- Las reformas a la Ley ZEDE: las municipalidades ante una disyuntiva económica y el despojo territorial
En el mes de agosto, el Congreso Nacional reformó nuevamente (sin quórum) la Ley ZEDE, esta vez en lo referente a las ZEDEs y las Municipalidades. Las reformas establecen que “las ZEDE pueden llegar a arreglos con los municipios donde operan para que dichos municipios puedan seguir recibiendo contribuciones y tasas dentro de los mismos”. De igual forma, “las empresas que se encuentran operando en el resto de país podrán domiciliarse en una ZEDE, siempre y cuando continúen pagando los impuestos nacionales y municipales que han pagado hasta el momento de su cambio de domicilio”.
Lo anterior responde a una medida políticamente desesperada del Partido Nacional que, ante la avalancha de cuestionamientos y declaratorias municipales, ha decidido responder de esa manera. Sin embargo, las municipalidades y las organizaciones territoriales son conscientes que la lucha contra las ZEDEs no pasa por un tema de beneficios económicos, sino que está relacionado con temas de fondo que ponen en precariedad la autonomía municipal, la gestión del territorio y las políticas de desarrollo económico y social con enfoque de derechos.
La decisión del Congreso Nacional es una forma de medir políticamente la correlación de fuerzas del actual proceso de lucha contra las ZEDEs. La reflexión de fondo es la siguiente: la acción organizada y mediática de las municipalidades y de las organizaciones territoriales, es un mecanismo potente de denuncia con capacidad de generar eco en lo interno de los espacios de decisión política. Sin embargo, con eso no se agota el debate sobre la efectividad de las actuales estrategias de lucha. Más bien, obliga a las organizaciones territoriales a seguir hilvanando procesos de presión que orillen al Congreso Nacional a derogar la Ley ZEDE y avanzar en las demandas estratégicas trazadas en el actual proceso de lucha.
En conclusión, es importante retomar las experiencias de los cabildos abiertos que, sin bien es cierto presentan algunas limitaciones respecto a las declaratorias, ya que solo se toma el tema ZEDE y se soslayan otras formas de extractivismos, es importante generar procesos de articulación nacional, con capacidad de crear puntos de inflexión políticamente relevantes, que conlleven a la derogación de la Ley ZEDE.