A finales de noviembre del 2020 se instaló el Consejo Consultivo para la Reconstrucción Nacional, ente encargado de dar vida al Plan de Reconstrucción de Desarrollo Sostenible (PRDS). El pasado 12 de abril el Consejo emitió declaraciones públicas sobre el informe final de labores, en las cuales se rescata una frase con una carga simbólica potente de realidad y de desesperanza “Honduras tiene que recorrer un “largo camino” en el proceso de reconstrucción del país ante los daños causados por las tormentas Eta y Iota[1]”. Lo anterior da pistas para comprender que la reconstrucción no será un ejercicio fácil y que ese proceso estará sujeto a la capacidad política y estratégica que tengan los gobernantes para abrir cauce al desarrollo del país.
En Honduras, la pandemia del Covid19 y las consecuencias del paso de los huracanes Eta y Iota han generado una crisis económica y social sin precedentes en la historia del país. El Consejo Consultivo, expresó que “alrededor de 52,099 millones de lempiras asciende el monto en pérdidas por los daños causados por los fenómenos tropicales Eta y Iota, en el territorio nacional”[2]. Desde distintos espacios se alerta sobre las implicaciones de las actuales múltiples crisis en los derechos humanos de la población y se exhorta a la administración de Juan Orlando Hernández a tomar medidas estratégicas.
Un reciente estudio que realizó la Universidad Nacional Autónoma de Honduras (UNAH), señala que “la pobreza en Honduras pasó del 59.3 por ciento en 2019 al 70 por ciento en 2020 debido a la pandemia del Covid-19 y a los dos huracanes que azotaron el país”[3]. En el plano alimentario la situación es crítica. Un reciente informe publicado por el Sistema Centroamericano de Integración Económica (SICA) menciona que “para el período de abril a junio de 2021, la población en condición de crisis alimentaria es cerca de 3.1 millones y, en el período entre julio y septiembre 2021, cerca de 3.3 millones de personas se encontrarían en esta misma condición”[4]. Lo anterior acontece en un contexto alimentario preocupante. Según datos oficiales, “en el 2020 se perdieron en su totalidad el 61% de los granos básicos (maíz, arroz y frijoles) que utiliza la población para el consumo diario y que forma parte esencial en su dieta alimentaria”[5].
Por otro lado, la violencia en el país sigue en ascenso, en particular la violencia contra las mujeres. El Centro de Estudio de Derechos de la Mujer (CDH), señala que “hasta el 26 de abril de 2021 se registran 82 muertes violentas de mujeres y un aproximado de 81 agresiones hacia las mujeres”[6]. Por último, en el sector educativo la crisis es de dimensiones apocalípticas, ya que “más de dos millones de niños no recibirán educación pública durante el 2021”[7]. Lo anterior acontece en un marco de país, donde las autoridades educativas no han sido capaces, pasado un año de la pandemia, de diseñar una estrategia educativa eficiente, democrática e incluyente que responda a los desafíos estratégicos del sistema educativo público.
En ese estado perpetuo de múltiples crisis, desde la administración Hernández se ha diseñado un proceso de ruta con la intención de dar respuesta a la crisis que atraviesa la sociedad, en el marco del denominado Plan de Reconstrucción de Desarrollo Sostenible (PRDS), el cual tiene como objetivo “la estructuración de una estrategia integral, de corto, mediano y largo plazo, alrededor de la cual se congreguen todos los esfuerzos nacionales y de la comunidad de cooperantes internacionales, para continuar atendiendo las demandas de la emergencia, la rehabilitación y, fundamentalmente, la reconstrucción y el desarrollo nacional sostenible”[8].
Es importante mencionar que durante las dos administraciones de Hernández, en Honduras se pusieron en marcha dos planes de desarrollo: Plan de Nación y Visión de País y el Plan Todos para una Vida Mejor. En su momento desde las organizaciones de sociedad civil y movimientos sociales existió una fuerte crítica hacia esos planes de desarrollo, debido a que eran instrumentos para profundizar el modelo neoliberal y acentuar la desigualdad y exclusión de la población. En ese sentido, tal como lo indican muchos informes oficiales e internacionales, el desarrollo social y la democratización del país se han estancado y en el peor de los casos retrocedido.
En el PRDS se identifican las siguientes prioridades: “i) Desarrollo y bienestar social, ii) Ordenamiento territorial y vulnerabilidad territorial, iii) Potenciación de la transformación productiva, y, iv) Modernización y resiliencia de la infraestructura. Alrededor de esas prioridades el PRDS debe contar con un marco macroeconómico y fiscal, ajustado a la nueva realidad y avanzar en la construcción de una institucionalidad pública eficiente y efectiva”[9]. De igual forma, se hace énfasis en los principales principios y lineamientos: “derechos humanos, participación y responsabilidad compartida, transparencia y veeduría y rendición de cuentas[10].
Al analizar el contenido del PRDS desde una mirada crítica, nos damos cuenta que se presentan una serie de contradicciones de origen, al momento de aplicar a una realidad concreta la noción de desarrollo sostenible, ya que se asienta en una visión empresarial y promueve la construcción de un tipo de desarrollo de arriba hacia abajo, con escasa participación de la sociedad y excesiva dependencia técnica y financiera de entes internacionales. Esa hipótesis, es nuestro punto de partida para problematizar los cinco puntos críticos alrededor del actual PRDS.
- Crisis de legitimidad de la administración de Hernández. Uno de los principales problemas estratégicos a los que se enfrenta el PRDS, es la falta de credibilidad y confianza de la población hacia la actual administración ante los constantes señalamientos de autoritarismo, corrupción y narcotráfico. “Frente a estas circunstancias, el Foro Social de la Deuda Externa y Desarrollo de Honduras (FOSDEH), plantea la necesidad de que este plan, otro plan o un conjunto de planes que puedan ser desarrollados en el país, puedan ser vistos para una nueva administración de gobierno y que pueda tener el apropiamiento de la población”[11]. La crisis de legitimidad fragmenta el campo político y bloquea todo esfuerzo de articulación y colaboración encaminada a construir consensos básicos para abrir cauce al desarrollo del país.
- La incapacidad de articulación política y social alrededor del PRDS. La crisis de legitimidad se traduce en la incapacidad de articular a los principales actores políticos y sociales que representan lo social. Lo anterior impidió que en la construcción del PRDS estuvieran incluidos esos actores. La incapacidad de articulación comenzó desde la selección de las personas que integraron el Consejo Consultivo, debido a que “el Consejo Consultivo para la Reconstrucción Nacional, no logra concitar confianza en las organizaciones de la sociedad civil que monitorea el desempeño de las políticas públicas y económicas de la administración nacionalista”[12]. Lo anterior denota un problema de origen, ya que al estar ausente los actores sociales implicados directamente en las múltiples crisis que atraviesa el país, la visión de desarrollo, programas y planes de desarrollo son de naturaleza tecnócrata: desconectados de los problemas y demandas de las organizaciones sociales.
- La construcción de represas sin participación de las comunidades y el fantasma del extractivismo. Es importante señalar que la crisis de vulnerabilidad territorial que dejó al desnudo Eta y Iota, se busca gestionar desde una mirada empresarial y extractivista. Ante las inundaciones de las principales ecorregiones del país, desde la administración de Hernández se impulsó la construcción de 14 represas en territorios indígenas y campesinos sin consulta y sin consentimiento de las comunidades. Debido a la oposición de un gran sector de las organizaciones de sociedad civil y movimientos territoriales[13], ante una serie de impactos ambientales, sociales, económicos y culturales que provocarán esas represas, Hernández expresó “no me cabe en la cabeza cómo alguien se oponga a esto que tanto se había demandado con tiempo y realmente no termino de entender cómo alguien que sea de aquí de Cortés, del Valle de Sula, se oponga a una obra que es fundamental para poder proteger a las personas”[14]. Lo anterior, indica la forma en la cual la crisis de vulnerabilidad en los territorios se sigue gestionando de manera antidemocrática, ya que las comunidades no han sido parte de la discusión alrededor de la construcción de las represas.
- Endeudamiento externo como eje principal de financiación. De la misma forma en la que pasó en el contexto del Huracán Mitch y el golpe de Estado del 2009, el desarrollo que se busca conquistar con el PRDS sigue dependiendo en su totalidad de la cooperación internacional y del endeudamiento externo. Desde sus principios se expresó que “ya se está haciendo la coordinación para que la cooperación internacional pueda auxiliarnos, porque va a ser insuficiente lo que pueda hacer el Gobierno”[15]. De igual forma Hernández expresó, “el BID, BCIE y BM garantizan apoyo a la reconstrucción del país a través de préstamos frescos”[16]. Lo anterior ha conllevado a que el Congreso Nacional (CN), entre noviembre del 2020 y abril del 2021, haya aprobado aproximadamente 7 préstamos internacionales con el objetivo de financiar el PRDS, para el cual se necesitan 10 mil millones de dólares. El endeudamiento tiene un impacto negativo ya que reduce los fondos públicos para la inversión en políticas públicas y refuerza otro tipo de dependencias que impiden los procesos de desarrollos endógenos o internos. En ese sentido, el Instituto Centroamericano de Estudios Fiscales (ICEFI), ha manifestado que “para el 2020 los niveles de deuda pública de Honduras alcanzaron los 355,000 millones de lempiras, es decir que sobrepasó ya el 60 por ciento del Producto Interno Bruto (PIB), para el 2021 incluso los niveles pueden cerrar en torno al 62 por ciento del PIB. Eso quiere decir que por cada 100 lempiras que se producen en toda la economía 62 ya se deben, esos niveles de deuda son preocupantes porque implica que ya la deuda pública hondureña es insostenible”[17].
- Medidas de reconstrucción de corte económico y un desprecio hacia lo político y social. A cinco meses del paso de Eta y Iota por Honduras, la administración Hernández ha emprendido un fuerte proceso de inyección de capital a sectores como la agroindustria, turismo, banca privada y de manera tímida ha emprendido acciones hacia el sector laboral, educativo, humanitario, ambiente y vivienda. Es importante mencionar que en el marco del PRDS, no se menciona cómo se va avanzar en la democratización de las instituciones públicas para hacer frente, de manera estratégica, a los desafíos en materia administrativa y técnica que plantea el proceso de desarrollo. Por consiguiente, el fortalecimiento del Estado de derecho, desde una mirada social y política, sigue estando ausente en los planes de desarrollo que se impulsan en el país.
En conclusión, los puntos críticos nos intentan decir que el PRDS está sumergido en una serie de contradicciones de origen que en el corto plazo parecen no tener respuestas. Lo anterior abre un debate en cuatro direcciones. Primero, la sostenibilidad de los planes de desarrollo en función a los sujetos sociales y políticos que lo promueven y cohesionan. Segundo, el fortalecimiento del Estado de derecho como punto de partida para el rescate de lo público y la inclusión de lo social en las apuestas estrategias del desarrollo. Tercero, el desarrollo sostenible desde la perspectiva de las comunidades y organizaciones que ponen en cuestión el actual modelo económico y promueven otra forma de concebir y practicar los derechos humanos y derechos territoriales. Cuarto, la integración de otros sectores marginados y vulnerables (mujeres, indígenas, campesinas, etcétera), y las demandas que surgen desde los espacios políticos no institucionalizados y que representan esa visión de lo social y de lo político que el PRDS soslaya e ignora.
II. Recomendaciones
Desde el CESPAD consideramos que para darle respuesta de manera estratégica a los cinco puntos expuestos anteriormente, es necesario tomar en consideración los siguientes elementos:
- Democratizar la participación en la construcción de los planes de desarrollo. Ante las crisis de legitimidad, las administraciones gubernamentales tienden a centralizar y monopolizar las decisiones trascendentales para el desarrollo de los países, por lo cual es importante que los planes de desarrollo en el actual contexto experimenten un proceso de descentralización en sus niveles de diseño, técnicos y operativos. Lo anterior deberá estar acompañado de fuertes procesos de participación de las organizaciones sociales y de compromisos reales de parte de las instituciones públicas. Se trata de crear un clima de participación social alrededor de los planes de desarrollo y superar las visiones tecnócratas.
- Crear espacios regionales de articulación promotoras del desarrollo. El PRDS tiende a homogenizar la política de desarrollo del país. Partiendo de la diferenciación económica, social y cultural de las regiones, es importante dar un paso en la creación de espacios regionales en los que se debatan los principales elementos que debe contener la política de desarrollo. Estos espacios deberán superar esa visión tecnócrata que existe detrás del PRDS y poner en el centro la importancia de avanzar en procesos de articulación que garanticen la sostenibilidad y aplicabilidad de los planes de desarrollo. Se trata de crear un clima de cooperación que rebase esa idea trillada de la falta de voluntad política.
- Construcción de una política ambiental y territorial integral con énfasis de derechos. La política ambiental y territorial que promueve el PRDS, no se diferencia de la política que se ha implementado en los últimos años: con fuerte énfasis en la mitigación y adaptación y con poco énfasis en la prevención. No se trata de emitir decretos ejecutivos construidos al margen de los problemas y demandas de las organizaciones, se trata de avanzar en el diseño de una política ambiental y territorial que ponga en el centro, entre otras cosas, la discusión del territorio como entidad política, social y cultural (más allá de la visión económica presente en la construcción de represas). Se requiere un avance en el reconocimiento del respeto de los derechos de la naturaleza y los derechos territoriales de las comunidades, en lo referente al control y gestión del territorio. La evidencia empírica nos dice que cuando las comunidades gestionan de manera democrática sus territorios, la crisis ambientales y territoriales se enfrentan de manera sostenible y estratégica. Se trata de avanzar hacia la construcción de una política ambiental y territorial estratégica y sostenible desde la visión de las comunidades.
- Diseño de una política fiscal sostenible. El problema con el endeudamiento es que acrecienta los niveles de deuda pública, con grandes impactos en el financiamiento de la política pública. En ese sentido, tal como lo indican múltiples informes, es importante que en el actual contexto los gobiernos nacionales avance hacia un nuevo diseño de política fiscal que ponga en el centro dos temas de fondo: la modernización de la política de impuestos y poner fin a los privilegios fiscales de los sectores financieros y empresariales. Se trata de establecer nuevas reglas del juego en el campo económico, para avanzar en la construcción de un nuevo pacto económico justo y sostenible.
- Lo social y lo político como garantes de sostenibilidad y de cambio. Para superar los problemas que presentaron el Plan de Nación y Visión de País y el Plan de Todos para una Vida Mejor, es importante avanzar en una incorporación más amplia y estratégica de lo social y lo político en el PRDS, con el objetivo de asegurar una sostenibilidad e impactos directos de cambio en la sociedad. El PRDS deberá avanzar en la construcción un nuevo “PACTO POLITICO Y SOCIAL” que ponga en el centro el rescate del Estado de derecho, democratización de las instituciones públicas y el diseño de un modelo económico incluyente que ponga en el centro los derechos humanos y los derechos de la naturaleza. De esa forma, estaremos avanzando en un amplio proceso de democratización política y social ante la incorporación de los problemas y demandas de los sectores vulnerables de la sociedad hondureña.
La presente publicación fue realizada con el apoyo financiero de la Unión Europea (UE). En el marco del proyecto: «Defender Derechos Humanos en tiempos de COVID-19 en Honduras».
Descargue: Monitoreo 7 – CESPAD
Referencias
[1] Al proceso de reconstrucción de Honduras le falta “un largo camino”: Consejo Consultivo en su informe final. Proceso Digital, 12 de abril de 2021. https://proceso.hn/al-proceso-de-reconstruccion-de-honduras-le-falta-un-largo-camino-consejo-consultivo-en-su-informe-final/ (Consultado el 3 de mayo de 2021).
[2] Daños por Eta y Iota ascienden a más de 52 mil millones de lempiras. Diario El Heraldo, 15 de abril de 2021. https://www.elheraldo.hn/pais/1457061-466/da%C3%B1os-por-eta-y-iota-ascienden-a-m%C3%A1s-de-52-mil-millones (Consultado el 3 de mayo de 2021).
[3] Honduras: Pobreza ha aumentado en un 70% por pandemia y por huracanes. Extra Digital, 2 de mayo de 2021. https://extradigital.hn/2021/05/02/honduras-pobreza-ha-aumentado-un-70-por-pandemia-y-huracanes/ (Consultado el 3 de mayo de 2021).
[4] Informe citado por CESPAD. Cuando la crisis alimentaria se promueve y se refuerza desde los Decretos Ejecutivos. Febrero, 2021. Disponible en: http://cespad.org.hn/wp-content/uploads/2021/03/Coyuntura-desde-los-territorios-FebreroCESPAD.pdf (Consultado el 3 de mayo de 2021).
[5] Informe sobre evaluación de daños y pérdidas, huracanes Eta y Iota. Gobierno de Honduras, 2020. Pág. 112. Disponible en: https://presidencia.gob.hn/downloads/DALA_Honduras.pdf
[6] Observatorio de violencias contra las mujeres, CDM, 2021. Disponible en: http://derechosdelamujer.org/project/monitoreo_2021/ (Consultado el 3 de mayo de 2021).
[7] Más de dos millones de niños no recibirán educación pública en 2021. Diario El Heraldo, 3 de mayo de 2021. https://www.elheraldo.hn/pais/1446786-466/educacion-publica-2021-honduras (Consultado el 3 de mayo de 2021).
[8] Aproximación al Plan de Reconstrucción Sostenible de Honduras. Disponible en: https://www.scgg.gob.hn/es/taxonomy/term/10 (Consultado el 3 de mayo de 2021).
[9] Ídem
[10] Ídem
[11] Plan de reconstrucción debe ser ejecutado por el nuevo gobierno, dice FOSDEH. Criterio.hn, 16 de abril del 2021. https://criterio.hn/plan-de-reconstruccion-debe-ser-ejecutado-por-el-nuevo-gobierno-dice-fosdeh/ (Consultado el 3 de mayo de 2021).
[12] Reconstrucción en manos de cuestionado Consejo Consultivo genera desconfianza. Criterio.hn, 25 de noviembre de 2020. https://criterio.hn/reconstruccion-en-manos-de-cuestionado-consejo-consultivo-genera-desconfianza/ (Consultado el 3 de mayo de 2021).
[13] Si desea profundizar sobre este tema se recomienda: CESPAD. Honduras: ¿Qué hay detrás de la construcción de las 14represas? Enero, 2021. Disponible en: http://cespad.org.hn/wp-content/uploads/2021/02/AC-CESPADEnero2021.pdf (Consultado el 3 de mayo de 2021).
[14] “No me cabe en la cabeza como alguien se opone a las represas”: presidente Hernández. Hondudiario.com, 30 de abril de 2021. https://hondudiario.com/2021/04/30/no-me-cabe-en-la-cabeza-como-alguien-se-opone-a-las-represas-presidente-hernandez/ (Consultado el 3 de mayo de 2021).
[15] Gobierno buscará cooperación internacional para la reconstrucción. Diario La Tribuna, 6 de noviembre de 2020. https://www.latribuna.hn/2020/11/06/gobierno-buscara-cooperacion-internacional-para-la-reconstruccion/ (Consultado el 3 de mayo de 2021).
[16] El BID, BCIE y BM garantizan apoyo a la reconstrucción. Diario El Heraldo, 5 de diciembre de 2020. https://www.elheraldo.hn/pais/1423912-466/el-bid-bcie-y-bm-garantizan-apoyo-a-la-reconstrucci%C3%B3n (Consultado el 3 de mayo de 2021).
[17] Niveles de endeudamiento en el país son insostenibles y preocupantes: ICEFI. Hondudiario.com, 4 de abril de 2021. https://hondudiario.com/2021/04/26/niveles-de-endeudamiento-en-el-pais-son-insostenibles-y-preocupantes-icefi/