Análisis | El Consejo Electoral pone a prueba su nuevo modelo multipartidista

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José Ochoa, analista del CESPAD
4 de marzo, 2021

El desempeño del Consejo Nacional Electoral (CNE) en los primeros meses del año se ha caracterizado por las tensiones entre el viejo modelo bipartidista y uno nuevo, que incorpora la visión de un tercer partido respecto de cómo gestionar los procesos electorales en el país. La transición entre estos modelos, que es resultado de acuerdos multipartidarios, explica en parte la situación del CNE y en este análisis se revisará las acciones del pleno desde ese nuevo modelo institucional.

Desde el retorno a las elecciones en 1981, después de dos décadas de Golpes de Estado y dictaduras militares, hasta la fecha, la integración de los responsables y del personal técnico de los organismos electorales ha sido determinada por su afiliación política, producto de un acuerdo entre los partidos políticos de establecer un sistema de pesos y contrapesos dentro de esas instituciones.

A nivel mundial, la conformación del órgano responsable de administrar elecciones varía en cada país y básicamente se decanta entre dos extremos: por un lado, la selección meritocrática de personas con experiencia y conocimiento en asuntos electorales y, por otro, el nombramiento de representantes de los principales o todos los partidos políticos, como es el caso hondureño. No obstante, en teoría ambos casos tienen una apuesta común por vigilar que los procesos electorales sean confiables, legítimos y transparentes, es decir, que en sí mismos no son malos ni buenos.

Siguiendo este planteamiento, se puede distinguir tres fases en la historia del organismo de gestión electoral en Honduras:

  1. Tribunal Nacional de Elecciones (1979-2004): Cada uno de los cuatro partidos reconocidos legalmente tiene representantes y, puesto que en ese entonces eran cuatro (Liberal, Nacional, Demócrata Cristiano e Innovación y Unidad), se nombra un “representante” de la Corte Suprema de Justicia para que quede en número impar, el cual, sin embargo, siempre pertenecía al partido del gobierno en turno (precisamente porque también en el Poder Judicial predominaba el criterio partidista). En esta etapa, se organizaron y realizaron siete elecciones, incluyendo las de diputaciones (abril de 1980) para la última Asamblea Nacional Constituyente de 1981.
  2. Tribunal Supremo Electoral (2004-2019): Reduce el pleno a tres miembros propietarios, con representantes de los dos partidos mayoritarios y uno tercero minoritario como bisagra, el Demócrata Cristiano (PDCH). También se suma un cuarto partido (Unificación Democrática), minoritario, en la magistratura suplente. En términos generales, la institución cuenta con relaciones armónicas que le permiten organizar cuatro elecciones con relativa tranquilidad, incluyendo la posterior al Golpe de Estado de 2009 y las dos últimas (2013 y 2017), caracterizadas por notables irregularidades, múltiples denuncias de fraude y limitada transparencia. Su marco de actuación es la Ley Electoral y de las Organizaciones Políticas, vigente todavía hoy. A pesar de que sus magistrados son nombrados por los partidos Demócrata-cristiano, Liberal y Nacional, éste último impone la agenda y los posicionamientos institucionales, por los cuales se permite la relección al margen de la Constitución y se resta importancia a las denuncias de fraude.
  3. Consejo Nacional Electoral (2019 a la fecha): A la estructura bipartidista se suma el Partido Libertad y Refundación (LIBRE), como principal fuerza de oposición en función de su número de votos y de escaños parlamentarios obtenidos en las últimas elecciones de 2017. Como resultado de los arreglos entre los principales partidos, en esta etapa se separa la función jurisdiccional -a cargo de un Tribunal de Justicia Electoral (TJE)- de la función administrativa y organizativa de las elecciones, propia del CNE.

La situación del CNE actual se puede entender, desde un enfoque conductista, por la decisión firme y sostenida del Partido Nacional de obstaculizar, hasta donde sea posible, la nueva gobernanza en la institucionalidad electoral. En pocas palabras, el nacionalismo no cederá espacios de poder fácilmente y, en la medida que se lo permitan, posiblemente lo hará hasta después de las elecciones generales de noviembre próximo.

Ese rompimiento de los acuerdos por la gobernanza inter-partidista, que en el pasado ha facilitado la realización de elecciones, se está concretando en acciones como las siguientes:

  1. Bloqueo a nuevas reformas electorales que permitan la transparencia electoral.
  2. Retraso y reducción en la asignación de presupuestos para los organismos electorales.
  3. Límites a los otros partidos mayoritarios en la conducción del proceso electoral.
  4. Alianzas con los consejeros suplentes, nombrados por los partidos minoritarios.
  5. Control de la agenda informativa y estigmatización mediática de las consejeras del CNE.

Aunque formalmente el partido en el Gobierno ha aceptado la incorporación de representantes del Partido LIBRE en puestos directivos y técnicos dentro del CNE, el TJE y el Registro de las Personas, al mismo tiempo practica una resistencia sistemática a la implementación de reformas institucionales que permitan un check and balance, donde los partidos se vigilan entre sí.

Aprendizajes en el pleno del CNE

Durante el pasado mes de febrero, la tensión en el pleno del CNE ha estado en su punto más álgido desde la creación de ese organismo. Los siguientes temas han sido los puntos de controversia, respecto del proceso electoral interno de los partidos, aunque con posibilidad de que la discusión se haga extensiva a las elecciones generales:

  • La posición del Consejero nacionalista manteniendo el mismo diseño institucional y normativo que las elecciones de la última década, es decir, sin reformas que incrementen la transparencia.
  • La previsión de la Consejera del P. Libertad y Refundación de ir introduciendo cambios paulatinos, desde ahora hasta las elecciones generales, para garantizar la integridad y blindar el proceso contra los fraudes.
  • La posición intermedia de la Consejera del P. Liberal de que cada partido decida cómo realizar la etapa primaria e introducir cambios en la nueva ley electoral para aplicarlos en noviembre.

A tenor de lo ocurrido en las sesiones del pleno, se puede extraer algunos aprendizajes sobre la marcha de la nueva institucionalidad electoral:

a) El CNE de hoy es más transparente que el antiguo TSE. Las Consejeras del CNE, nombradas por los partidos Liberal y LIBRE, están trabajando por eliminar las prácticas de opacidad del pasado, aunque tienen resistencias internas y externas. Durante el mes de febrero se ha transmitido públicamente, por primera vez, las sesiones del pleno. No obstante, persisten ciertas prácticas históricas avaladas por el Poder Legislativo y los gobiernos de turno, como las compras directas “por emergencia” en el marco del proceso electoral.

b) Reconocimiento de que el pleno del CNE representa a los partidos. Las Consejeras del CNE han reconocido abiertamente no sólo que simpatizan, sino que representan a los principales partidos de oposición[1], aunque algunas corrientes internas de éstos consideran que no responden a todo el partido. Por su parte, el representante del P. Nacional -aunque trata de aparentar independencia- se reúne con el Comité Central de ese partido y el directivo del Registro de las Personas, con el fin de retroalimentación.

c) El P. Liberal consolida su independencia del P. Nacional. La Consejera del P. Liberal ha mantenido posiciones divergentes al nacionalista y, aunque no siempre coincide con la Consejera de LIBRE, entre las dos han llegado a tomar decisiones impensables ocho años atrás, cuando los magistrados liberales consintieron irregularidades en las elecciones. Ha sido emblemática su determinación, el año pasado, de declarar improcedente la mención de la reelección en los Estatutos del P. Nacional.

d) Consejeros suplentes continúan tradición de partidos minoritarios. Los consejeros de los partidos Alianza Patriótica y Demócrata Cristiano se han “solidarizado” con el representante nacionalista fuera y dentro del pleno del CNE, coherente con los acuerdos que esos partidos mantienen con la junta directiva del Congreso Nacional. No obstante, su influencia es limitada ante la férrea posición de la representante de LIBRE de no tomar decisiones importantes “con un consejero de un partido que no sacó ni 3 mil votos”.

e) Diseño de reglas del juego electoral sobre la marcha. Ante la no aprobación de una nueva ley electoral por la Asamblea Legislativa, ha quedado demostrado que parte de la normativa de las elecciones primarias -y posiblemente de las generales- se realizará vía reglamentación por parte del CNE o leyes especiales del Congreso. Aunque esto atenta contra uno de los principios de la integridad en las elecciones, reconocidos a nivel internacional, que es contar con las reglas claras desde el principio del proceso, esta vía de aprobar normas sobre la marcha es la alternativa ante los bloqueos mutuos que se hacen los partidos mayoritarios y, en todo caso, siendo preferible a realizar los comicios de noviembre próximo con las mismas normas que las elecciones irregulares de 2013 y 2017.

Febrero 2021: Cronología de sucesos relacionados con el CNE

Fecha (2021) Hechos principales
2 de febrero Inicia la impresión de 34 millones de papeletas para las elecciones primarias de marzo de 2021.
4 de febrero El CNE anuncia[2] la prohibición a menores de edad, mujeres en estado de embarazo y personas de tercera edad de asistir a concentraciones políticas.                                                                   
14 de febrero El CNE otorga prórroga a los movimientos internos, de los partidos políticos, para entregar listado de integrantes de mesas electorales
15 de febrero La Consejera Moncada advierte que el Partido Nacional genera incertidumbre sobre el proceso electoral.
18 de febrero El Partido Liberal comunica que no entregará al CNE los nombres de miembros de mesas electorales por no estar contemplado en la ley y atentar contra su seguridad[3].
La Consejera Moncada exige a la Consejera Hall que se integre al pleno, suspende la sesión de éste y rechaza discutir temas importantes con los consejeros suplentes.
20 de febrero El CNE recibe primer lote de urnas, maletas y empaques para elecciones primarias, por un contrato de 38 millones de lempiras con la firma mexicana Cartonplast.
El primer simulacro de elecciones con medidas de bioseguridad es encabezado por el Consejero nacionalista en compañía de los suplentes.
21 de febrero La Consejera Hall se reintegra y preside el pleno del CNE, después de una incapacidad médica, presentando una tercera opción para el conteo de votos.
23 de febrero La Consejera Moncada solicita a la Consejera presidenta aprobar un reglamento de las votaciones[4] y atender con urgencia los errores del Censo por nuevo enrolamiento[5].
25 de febrero El pleno del CNE resuelve que cada partido decidirá, en las elecciones primarias, si realizar centralizado o descentralizado el conteo de voto.


Referencias

[1]https://www.laprensa.hn/csp/mediapool/sites/dt.common.streams.StreamServer.cls?STREAMOID=1fya59Ht1DMRYGVNugWz3c$daE2N3K4ZzOUsqbU5sYsZk0HHSjJ10Oqwci$K5UL36FB40xiOfUoExWL3M40tfzssyZqpeG_J0TFo7ZhRaDiHC9oxmioMlYVJD0A$3RbIiibgT65kY_CSDiCiUzvHvODrHApbd6ry6YGl5GGOZrs-&CONTENTTYPE=image/jpeg

[2] https://pbs.twimg.com/media/EtLgOOGXcAAR8aI?format=jpg&name=medium

[3] https://pbs.twimg.com/media/Euiyj5-WQAAFvGB?format=jpg&name=large

[4] https://d1mrtjpezxphht.cloudfront.net/wp-content/uploads/2021/02/OFICIO-CPV-CNE-0292021-2.jpg

[5] https://d1mrtjpezxphht.cloudfront.net/wp-content/uploads/2021/02/OFICIO-CPV-CNE-0292021-1.jpg