Por Alessandra Bueso, periodista del CESPAD
Parte II de III
No solo fue tráfico de drogas. A la lista de delitos que la Fiscalía de Nueva York le atribuye a Fredy Nájera, se suman posesión y tráfico de armas, sobornos y corrupción. Dos años después de que se convirtiera en diputado por el departamento de Olancho, en el 2006, Nájera comenzó a trabajar con los narcotraficantes más grandes en Honduras y cimentó una estrecha relación con el Cartel de Sinaloa. Pero no lo hizo solo, fue ayudado por policías, militares y algunos nombres de reconocidos políticos hondureños que la Fiscalía de Nueva York señala con nombres y apellidos.
Desde el 2008, Fredy Nájera se vinculó con Sergio Neftalí Mejía Duarte, un narcotraficante hondureño que fue condenado a cadena perpetua y quien, desde el 2018, se encuentra en la cárcel del Distrito Sur de Florida. También figuran Devis Leonel y Javier Rivera Maradiaga, líderes de la organización narcotraficante “Los Cachiros” y los miembros de la organización Valle-Valle, con los que coordinó operaciones en el mundo de la droga. Pero Nájera fue más allá y estableció nexos directos con miembros de alto rango del Cartel de Sinaloa, una organización poderosa de narcotraficantes, con sede en México.
Así se vinculó con el Cartel de Sinaloa
Cuando Nájera comenzó a trabajar con Mejía Duarte, recibía aviones cargados de cocaína en las pistas de aterrizaje de Olancho, departamento de donde es originario. Eran pistas que el exdiputado construyó y que él controlaba. La droga que llegaba la transportaba por Honduras hasta entregárselas a los miembros del Cartel de Sinaloa, a quienes conoció en una reunión que se llevó a cabo en una de esas pistas de aterrizaje, en el año 2008. Fue así como llegaron hasta Olancho los miembros de alto rango del Cartel de Sinaloa, incluido Jaime Gastelúm Serrano, alias “Kío”, y un testigo colaborador al que la Fiscalía de Nueva York denomina CW-1.
Jaime Gastelúm y CW-1 estaban en representación de otro miembro de alto rango del Cartel de Sinaloa llamado César Gastelúm Serrano, la persona que denunció al ex líder del Cártel, Joaquín Archivaldo Guzmán Loera, alias “El Chapo”, y quien ahora cumple cadena perpetua en una prisión de máxima seguridad en Estados Unidos.
Gastelúm y CW-1 se encontraron con Nájera y Mejía Duarte en un rancho, en donde también estaban entre 15 y 20 trabajadores del exdiputado, algunos portando pistolas y rifles largos. “El acusado llevó a los hombres a la pista de aterrizaje en un camión que contenía un AK-47 en el asiento delantero, cerca de él. Luego de inspeccionar la pista de aterrizaje, que estaba custodiada por hombres con pistolas y rifles, CW-1 le comunicó a César Gastelúm que el acusado estaba listo para recibir la cocaína en la pista de Catacamas”, refiere el Memorándum Fiscalía Nueva York Caso Nájera
Después de esa reunión, alrededor del 2009, le llegó a Fredy Nájera, a través de la pista de aterrizaje de Catacamas, un cargamento aéreo de aproximadamente 1.000 kilogramos de cocaína. Desde ese momento, Nájera y Mejía Duarte comenzaron a participar en envíos de cargamentos con los hermanos Rivera Maradiaga, líderes de la organización Los Cachiros, grupo criminal que mantenía el control del trasiego de drogas en el departamento de Colón y otras partes de Honduras.
“Pagaban sobornos al congresista Midence Oquelí Martínez Turcios y al congresista Oscar Nájera”, dice el documento de la Fiscalía. Martínez Turcios, era diputado perteneciente al partido liberal, por el departamento de Colón y, en ese entonces, participaba directamente en algunas de las actividades de la narcoactividad de Los Cachiros, relacionadas con el transporte de la cocaína a través del país. Esta organización también sobornó a muchos otros políticos a cambio de protección y de apoyo para evitar su extradición a los Estados Unidos.
“El arreglo entre el acusado y los Cachiros, generalmente funcionó de la siguiente manera: el acusado y su organización recibieron cargamentos de cocaína en Olancho y los transportaron a Los Cachiros, en el vecino departamento de Colón. Los Cachiros, luego transportaban la droga hacia el oeste, a través de Honduras, hasta el Cartel de los Valle-Valle y otros. Mejía Duarte, después, entregaba la cocaína al Cartel de Sinaloa, que transportaría la droga a través de Guatemala, México y, finalmente, a los Estados Unidos”, agrega el documento.
Fredy Nájera, según el informe, transportó drogas a Los Cachiros, en Colón, en aproximadamente 15 ocasiones. Los envíos variaron en tamaño. Algunas veces eran 350 y otras hasta 1.500 kilogramos de cocaína.
Usaba indumentaria policial
El exdiputado olanchano empleó hombres fuertemente armados para su seguridad y para transportar cocaína a Los Cachiros. Fue tal su involucramiento que en algunas ocasiones transportó personalmente la droga. En una oportunidad, Nájera escoltó un camión con cocaína hasta Colón, en cuatro vehículos de seguridad. “Durante este envío, el imputado portaba una pistola y vestía un chaleco antibalas con la palabra “Policía” en el pecho. En otra ocasión, Los Cachiros ayudaron en la recepción de un avión cargado de coca en Olancho, enviando a decenas de hombres armados con ametralladoras y minas antipersonales para colocarse alrededor de la pista de aterrizaje y asegurar que los narcotraficantes rivales y las autoridades no interfirieran en el envío”, dice el memorándum.
Nájera se fortalece
En tres años, las conexiones de Fredy Nájera con el Cartel de Sinaloa se consolidaron y fue así que dejó de trabajar con Mejía Duarte. Nájera estaba molesto porque Mejía se llevaba la mayor parte de las ganancias con el tráfico de drogas a pesar de que trabajaban juntos y por eso decidió separarse. Para lograr sus propósitos, Nájera, según el documento de la Fiscalía de Nueva York, se reunió en varias ocasiones con miembros del Cartel de Sinaloa y se ofreció a trabajar con ellos directamente, sin la participación de Mejía Duarte.
Fue hasta mediados de 2011, que “el diputado se reunió con otro testigo colaborador identificado como CW-2 y un narcotraficante llamado Guillermo Lozano, frente a la casa de Lozano, en San Pedro Sula. En esa reunión, que tuvo lugar en el interior del vehículo que conducía, Nájera manifestó que estaba molesto con Mejía Duarte porque creía que no estaba recibiendo una porción suficientemente grande de la droga, no tenía los ingresos del tráfico como debería y que por eso quería trabajar directamente con el Cartel de Sinaloa”, refiere el documento.
Nájera sabía que el control que ejercía en las pistas de aterrizaje en Olancho, le daba ventaja. En esos predios podía recibir aviones cargados de cocaína y transportarla hasta los miembros del Cartel, ubicados en San Pedro Sula. Fue aproximadamente a principios de 2012, “cuando el acusado viajó en helicóptero con CW-2 y el congresista hondureño Carmelo Vásquez, entre otros, a visitar un terreno en la frontera con Nicaragua y Honduras. Durante el viaje, el grupo discutió, entre otras cosas, sobre la construcción de una pista de aterrizaje para recibir vuelos de drogas”.
Después de esa reunión, Nájera envió a uno de sus trabajadores y a un miembro del Cartel de Sinaloa a construir una pista de aterrizaje en ese lugar. La construcción requirió de aproximadamente 75 hombres que ayudaron a limpiar y aplanar el terreno. Meses después, en abril de 2012, el acusado se reunió en uno de sus ranchos, en Olancho, con varios miembros de alto rango del Cartel de Sinaloa, incluidos César y Jaime Gastelúm, CW-1 y CW-2, entre otros. Allí, el congresista pactó recibir aviones cargados de cocaína en sus pistas de aterrizaje en Olancho y que se haría responsable de transportar la cocaína a miembros del Cartel de Sinaloa en San Pedro Sula.
Para ello Nájera se comprometió a garantizar el paso seguro de la cocaína porque afirmaba que tenía control sobre los militares y policiales que, incluso, le brindaban información y protección. Ante el convenio, los miembros del Cartel de Sinaloa acordaron pagarle a Nájera un aproximado de entre el 10 y el 14% por cada envío, al precio por kilogramo de cocaína en Honduras, que en ese momento era de aproximadamente 13, 500 dólares por kilogramo.
En total, el ex diputado liberal participó en muchos envíos y en el recibimiento de 12 aviones llenos de cocaína en las pistas de aterrizaje en Olancho, enviados por el Cartel de Sinaloa. Eran aviones registrados en los Estados Unidos y que fueron llenados de cocaína en Colombia o Venezuela.
“Cada envío contenía entre 500 y 1.500 kilogramos de cocaína. Cuando los aviones llegaron a las pistas de aterrizaje del acusado, los trabajadores descargaron la cocaína del avión y la cargaron en un camión para, posteriormente, trasladarla bajo extremas medidas de seguridad. El cargamento iba custodiado por varios vehículos hasta San Pedro Sula”, afirma el escrito de la Fiscalía, el que también agrega que los trabajadores de Nájera iban fuertemente armados con ametralladoras AK-47 y fusiles M16, más dispositivos destructivos como lanzagranadas propulsadas por cohetes RPG. Cuando Nájera y sus hombres llegaron con la droga a San Pedro Sula, se le pagó más de 30 millones de dólares.
¡Puerto Cortés en la mira!
Entre 2012-2015, Fredy Renán Nájera accedió a ayudar al Cartel de Sinaloa para asegurarle el acceso a Puerto Cortés, un importante puerto comercial en el departamento de Cortés, norte de Honduras. “Fue en ese momento cuando Nájera les presentó a los integrantes del Cartel de Sinaloa a Fabio Lobo, hijo del expresidente Porfirio Lobo Sosa, y a un político hondureño llamado Miguel Pastor Mejía”, establece el informe.
http://cespad.org.hn/2020/10/14/a-juicio-oral-y-publico-10-implicados-en-caso-narcopolitica/
En el verano de 2012, Nájera se reunió en San Pedro Sula con César Gastelúm, Fabio Lobo, Miguel Pastor Mejía, CW-1 y CW-2, entre otros. Durante la reunión, Lobo y Pastor Mejía acordaron brindar al Cartel de Sinaloa acceso, sin trabas, a Puerto Cortés, para fines de narcotráfico, a cambio de sobornos.
Así fue como pagaron en sobornos 100 mil dólares a Fredy Nájera, a Fabio Lobo y a Miguel Pastor Mejía. “En la reunión, el Cartel de Sinaloa también acordó contribuir con aproximadamente 2 millones de dólares a la infructuosa campaña de Pastor Mejía a la presidencia de Honduras. Posteriormente, en 2012, el imputado se reunió en San Pedro Sula con CW-2 y un alto funcionario portuario, entre otros. Durante esa reunión, Nájera ordenó a un funcionario del puerto que ayudara al Cartel de Sinaloa, a cambio de sobornos”, agrega el memorándum.
Después de estas reuniones, aproximadamente entre el 2012 y el 2015, el Cartel de Sinaloa utilizó las conexiones del acusado para enviar miles de kilogramos de cocaína con destino a Estados Unidos, desde Colombia a Puerto Cortés.
Usan helicópteros
El informe de la Fiscalía de Nueva York refiere que Fredy Nájera recibió miles de kilogramos de cocaína a través de helicópteros en Olancho. Fue en el año 2013, cuando el Cartel de Sinaloa comenzó a tener dificultades para transportar cocaína en aviones a Honduras debido a que tanto policías y militares tenían la orden para derribar o interceptar aviones sospechosos.
Los miembros del Cartel de Sinaloa decidieron cambiar sus operaciones utilizando helicópteros porque eran más difíciles de rastrear e interceptar. Por ello, le pidieron a Nájera, en una reunión en Tegucigalpa, en la que participaron, entre otros, CW-1, que recibiera helicópteros cargados de cocaína en los ranchos que controlaba en Olancho.
CW-1 acordó pagar a Nájera alrededor de 900 dólares por kilogramo de cocaína recibido. Solo entre 2014 y 2015, Nájera recibió aproximadamente miles de kilogramos de cocaína en sus ranchos que fueron enviados por el Cartel de Sinaloa en helicópteros. En total, el Cartel de Sinaloa le pagó a Fredy Nájera más de 39 millones de dólares por el trasiego de cocaína tanto en avionetas como en helicópteros.