La politización de la miseria del pueblo hondureño

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Foto: Televicentro

Por Alessandra Bueso, periodista del CESPAD

26 de noviembre, 2020

La necesidad es mucha para un país devastado por las tormentas ETA e IOTA, en menos de dos semanas. En todas las regiones del país hay familias completas sin techo y sin comida, lo que ha generado un éxodo de comunidades en busca de lo básico para sobrevivir. Sin embargo, a la par de la crisis han surgido muchas denuncias sobre la politización en la entrega de las ayudas, acaparamiento de donaciones por parte del Gobierno y muchas situaciones que obstaculizan que el apoyo llegue a miles de hondureños que no tiene qué comer.

Las redes sociales han sido el principal canal de denuncias sobre la politización de las ayudas, sobre todo alimentarias. Sin embargo, cuando el alcalde de Santa Rosa de Copán, Aníbal Alvarado dijo, “vinieron tres mil raciones de alimentos para la zona norte de Copán, pero no sabemos nada en Santa Rosa. Aquí se ocupan provisiones para entregarle a la gente pero no sabemos nada; es injusto lo que hacen con las ayudas», la situación se tornó preocupante. Alvarado dijo al equipo del CESPAD que se sentía decepcionado por el manejo de las ayudas, porque su municipio tiene muchos afectados por las lluvias, los deslaves y las inundaciones y la ayuda que no llega.

Pero a la voz del edil de Santa Rosa le siguieron otras porque la politización de las ayudas es la queja más disonante en medio de la crisis. “Enviamos el informe de daños al coordinador de COPECO en la departamental de Copán para que él lo pasara a nivel central y no nos respondieron. Aquí seguimos igual, sin respuestas”, dijo el alcalde de Copán Ruinas, Mauricio Arias, del Partido Liberal, quien denuncia que desde la Comisión Permanente de Contingencias (COPECO), y a través de las y los diputados, ese apoyo se dirigió sólo a los municipios del partido político de Gobierno, excluyéndose a comunidades que requieren ayudas de forma urgente.

Aníbal Alvarado, alcalde de Santa Rosa de Copán.

Las denuncias también evidenciaron el caso de tres aviones con ayuda, que fueron enviados por hondureños en Estados Unidos al país a través de la base Aérea Hernán Soto Cano (Palmerola), en Comayagua, pero que no pudo ser entregada por los voluntarios que venían desde el país del norte porque COPECO tomó el control de la donación. Los voluntarios fueron regresados hacia los Estados Unidos.

“Recogimos comida enlatada, cargamos el avión y llegamos a Palmerola con la ayuda, pero no se pudo repartir en las comunidades que nosotros queríamos. COPECO se adueñó de todo y la gente que mandamos de aquí que iban a repartir y tomar fotos para mostrarle a la gente que nos ayudó, que las donaciones se entregaban, no fue posible, porque nos apartaron. Estamos decepcionados y nadie va a mandar más ayuda porque eso no es correcto”, explicó Mario Vega, hondureño radicado en Miami al CESPAD.

Ese manipuleo se ha extendido hasta en los albergues, donde el control de las donaciones lo tienen las personas denominadas “guías de familia”, una figura que opera dentro del programa gubernamental Vida Mejor. De acuerdo con las denuncias, las guías de familia son las que reciben las donaciones y si una iglesia, institución, organización o persona quiere entregar donaciones de manera directa, no se les permite.

“Yo estoy en este albergue desde que pasó Eta y luego Iota, y aquí seguimos durmiendo en el suelo, sin colchones. Como no somos de ningún partido, no nos traen nada. Comemos de lo que algunas personas nos traen y hoy no hemos bebido ni café”, dice Josefa Martínez, una de las miles de hondureños que perdió todo por las inundaciones de los ríos y que se encuentra en un albergue ubicado en la escuela Edgardo Alanez, en San Pedro Sula, Cortés.

Organizaciones Internacionales que no confían en el Gobierno hondureño

Por eso el panorama anterior, la Fundación 15 de Septiembre, comunidad de migrantes hondureños residiendo en Miami, optó por canalizar el apoyo de los hondureños en ese Estado a través del Consejo Nacional Anticorrupción (CNA), y pidieron el apoyo de la Fuerza Naval de Honduras (FNH), para trasladar los contenedores, en vista del costo alto que significa enviar ayuda al país.

«Habían tres vías para enviar la ayuda: una era directamente con el Gobierno a través del Consulado, la otra con particulares y que se consiguiera un aduanero para gestionar el envío y la tercera era hacerlo con una Organización No Gubernamental (ONG), y preferimos esa vía porque la comunidad y el pueblo desconfía de estas instituciones de Gobierno y no se confía en COPECO», dijo al ser entrevistado Juan Flores, Presidente de la Fundación.

Flores asegura que cuando le explicó a la comunidad hondureña cómo y quién manejaría la ayuda, la gente decidió colaborar sin temores. «Es triste porque hay que pelear contra el robo y la corrupción, en medio de una emergencia. Eso a veces dificulta las cosas porque muchas donaciones se dejan de dar por la desconfianza que hay. Pero, como Fundación les estamos dando la confianza a las Fuerzas Armadas y es la comunidad migrante la que hace este envío», señaló Flores.

Alcaldía con serios problemas

El Alcalde de San José Colinas, Santa Bárbara, Amable de Jesús Hernández, dice que las transferencias del Gobierno en su municipio están retrasadas y si llegan es a “cuenta gotas”.

Esa situación acrecienta el problema de atención oportuna a quienes resultaron afectados por el paso de los huracanes porque lo que queda es la ayuda a través de donaciones que llegan a la zona. Pero, “los activistas de los movimientos del Partido Nacional se pelean entre ellos las pocas donaciones, para quedar bien y politizar la ayuda. No hay un verdadero interés de los políticos para ayudar al pueblo”, cuestionó Hernández, quien agregó que el abandono es notorio en municipios que como muchos de Santa Barbará, quedaron seriamente afectados. “No es momento de politizar ayuda“, dijo con contundencia.

Hernández dice que contrató maquinarias “de fiado” porque la municipalidad que dirige no cuenta con suficientes fondos. Lo tiene que hacer, dice, porque desde el Gobierno lo único que le llega son solicitudes de reportes, pero no soluciones. “A estas alturas, apenas están pensando en depositar un presupuesto que corresponde al mes de junio y julio”, agregó.

Amable de Jesús Hernández, Alcalde de San José de Colinas, Santa Bárbara.

Otra queja del edil, es que funcionarios de alto nivel del Gobierno llegaron a Santa Bárbara, para conocer los daños ocasionados por los fenómenos naturales, pero a los alcaldes liberales no se les incluyó. «Es lamentable, en todos los municipios hay daños y no entendemos por qué no fuimos invitados», contó Hernández.

Desde la Asociación de Municipios de Honduras (AMHON), Eduardo Cano, Presidente de ese organismo, pide que no se politicen las ayudas, mucho menos en una emergencia sanitaria. “Cuando escucho eso, realmente me indigno y pienso cómo es posible que una persona, político o empresario podría estar inclinándose a cierto sector en este caso, como los alcaldes que han sido denunciados porque están politizando las ayudas”, condenó Cano.

Mientras, otra situación que preocupa a las Alcaldías Municipales del país es que el Gobierno de Honduras, en el mes de marzo, anunció el desembolso de 355 millones de lempiras para las Alcaldías, para la distribución de alimentos a las familias pobres y afectadas por la crisis sanitaria provocada por el coronavirus. Sin embargo, el pasado 5 de noviembre, el mandatario hondureño, Juan Orlando Hernández, anunció que esos mismos fondos podrían destinarse para atender la emergencia provocada por los huracanes Iota y Eta. Eso significa que la atención a la crisis generada por la pandemia se quedará sin presupuesto para su atención.

Así se delinea el panorama relacionado con las donaciones y su manejo en el país. Mientras las organizaciones y personas particulares buscan instituciones de confianza para llevarla de forma directa a quienes las necesitan, otros deciden venir al país en misiones, para estar in sito, entregando ante el temor de que se politice o termine en las manos equivocadas.