Los “aprietos” de las Alcaldías de Honduras y la deuda del Gobierno Hernández

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Por Alessandra Bueso, periodista del CESPAD

7 de agosto

Tras casi cinco meses de la pandemia en Honduras, muchas Alcaldía Municipales hacen “malabares” con el poco dinero que tienen porque el Gobierno Central les adeuda transferencias desde inicios del año hasta la fecha, y el dinero recaudado por impuestos en sus zonas no les alcanza ni para pagar la planilla de empleados, mucho menos para hacerle frente al Covid-19. «Con las uñas», así describen que enfrentan la crisis los alcaldes, quienes han hecho desfile en los medios de comunicación a través de comparecencias en las que todos, sin excepción, citan dos denominadores comunes: no tienen fondos y carecen de personal de Salud e insumos para contener la pandemia.

El CESPAD conversó con varios alcaldes para conocer de fondo lo que viven muchos ediles que han tenido que buscar el apoyo de las mismas comunidades para crear mecanismos y darle atención a su gente. Y es que si hay una situación que ha quedado evidente es que la pandemia al menos ha sacado a flote la solidaridad de la población, la que está saliendo adelante aportando para la creación de sus centros de atención, contratación de médicos y obtención de los insumos en esta emergencia.

¡Honduras solidaria y Fuerza Honduras!

En la actualidad, una de las constantes y comunes denuncias de los alcaldes de Honduras es que desde el mes de marzo no reciben las transferencias que establece la Ley de Municipalidades en el artículo 91 (reforma por Decreto 143-2009), en el cual se establece que “El Estado transferirá anualmente a las municipalidades, por partidas mensuales  anticipadas, de los ingresos tributarios del Presupuesto General de Ingresos y Egresos de la República y directamente de la Secretaría de Estado en el Despacho de Finanzas (SEFIN), a las cuentas de las municipalidades registradas en el sistema bancario nacional, el siete por ciento (7%) en el año 2010, el ocho por ciento (8%) en el año 2011, el nueve por ciento (9%) en el año 2012, el diez por ciento (10%) en el año 2013 y el once por ciento (11%) del año 2014 en adelante”.

En lugar de hacer las  transferencias o de explicar el por qué no se han hecho, la administración Hernández decidió crear “Honduras Solidaria”, una iniciativa con la que anunció en el mes de abril que llevaría alimentos a 800 mil familias, que representan 3, 2 millones de hondureños y ayudar así a las Alcaldías Municipales.

Hasta el momento, el Gobierno Central ha realizado dos transferencias devenidas de ese programa. Son fondos que se distribuyeron en dos fases para que las municipalidades le diesen raciones de alimento a los más necesitados de sus municipios. En la Fase 1 se entregaron 14 millones 214 mil 880 lempiras a 292 municipalidades que, en teoría, llegaron a 710, 744 familias. En la Fase 2 se entregaron otros 14 millones 131 mil 440 a 291 alcaldías, para beneficiar a 706, 572 familias.

Pero además de Honduras Solidaria, a mediados del mes de julio, el presidente Juan Hernández también anunció la creación del programa “Fuerza Honduras”, a través del cual se erogarán 750 millones de lempiras para apoyar al Sistema de Salud y a los Gobiernos Municipales. Del total de esos fondos, 250 millones se destinarán a las alcaldías para el combate del coronavirus en todo el país.

Esos fondos se canalizaron a través de la firma de un convenio con la Secretaría de Salud, un requisito que deben cumplir al igual que la estructuración de un plan de acción para masificar los centros de Triaje en los municipios, y brigadas médicas para contrarrestar el Covid-19.

El primer desembolso se hizo a 12 municipios, entre los que se distribuyó un total de 11.4 millones de lempiras. Las alcaldías beneficiadas fueron: Santa Bárbara, Valle de Ángeles y Santa Lucía en Francisco Morazán; Jacaleapa y Morocelí en El Paraíso; Yamaranguila en Intibucá, Pimienta y La Lima en Cortés. Asimismo, en Comayagua se benefició el municipio de Siguatepeque, en Olancho a Catacamas, Juticalpa y La Unión. «Vamos a recibir fondos para la instalación de Triajes. Somos de las 12 alcaldías beneficiarias en la primera entrega y para ello firmamos convenios con la Secretaría de Salud. En Valle de Ángeles estamos remodelando un local  que se ubicará en el centro de la ciudad. En ese lugar se instalará el centro de Triaje que contará con 10 camas, 2 clínicas, farmacias; se contará con las pruebas y oxígeno. En casos de gravedad, esos casos los remitiremos a Tegucigalpa», dijo al ser consultado Wilfredo Ponce, alcalde de Valle de Ángeles.

Valle de Ángeles, departamento de Francisco Morazán. Foto: La Prensa

Valle de Ángeles es un municipio con más de 20 mil habitantes. Hasta la fecha reporta 51 casos confirmados (dos hospitalizados, 12 recuperados y el resto asintomáticos). Con la instalación del centro de Triaje esperan que se atienda a los pobladores de siete aldeas y 32 barrios que conforman el municipio. «Es una necesidad tener un centro de atención; en el municipio solo hay dos centros de salud y la mayoría de casos que tenemos son personas que por trabajo viajan a diario a Tegucigalpa», dijo Ponce.

Las transferencias municipales que mensualmente el Gobierno Central ha entregado a Valle de Ángeles, es un monto de 1.2 millones de lempiras. Hoy las solicitan de manera urgente porque la pandemia ha paralizado completamente el turismo y la economía se ha venido abajo. La municipalidad sigue a la espera de ese fondo, pero hasta el momento nadie ha aclarado porque desde principio de año no se los volvieron a entregar.

¡Se cansó de pedir ayuda!

A 20 minutos de Comayagua, el alcalde de la Villa de San Antonio, Néstor Mendoza, considera que la pandemia se ha enfrentado muy mal. «Es un pésimo manejo; no puedo calificarla entre un cero y un diez porque para mí tienen 100, pero bajo cero. El gobierno tuvo la oportunidad de manejar la pandemia de mejor manera porque quienes conocemos los municipios somos los alcaldes, si se hubieran transferido esos dineros a las alcaldías bajo mecanismos de transparencia, las cosas hubieran sido distintas. Pedí ayuda y me cansé de pedirles. Les dije vuélele ojo a los municipios que cruzan la CA 5, pero no me hicieron caso».

Villa de San Antonio, departamento de Comayagua. Foto: Proceso Digital

Y es que Mendoza lanzó la alerta antes que los casos se extendieran por barrios, caseríos y aldeas de su municipio. La Villa de San Antonio está en medio de todos los focos de infección en el departamento de Comayagua, pero no le oyeron. Para llegar al centro, al norte y occidente del país se debe atravesar este municipio por eso, dice el alcalde, «era obvio que nos íbamos a infectar, solo se retrasó el contagio. Ahora las necesidades que hay son altas, necesitamos personal médico, dinero para habilitar salas de Triaje porque los hospitales están al máximo y queremos ubicar salas en los centros de salud y atender a nuestra gente aquí. Aunque la gente llegue al Hospital Santa Teresa que es lo más cercano, la gente regresa aquí porque no la atienden y es cuando la gente se nos muere en la casa».

La Villa de San Antonio es uno de los 21 municipios de Comayagua que no sabe nada de las transferencias del Gobierno Central desde el mes de marzo. Durante ese mes les llegó el último millón 346 mil lempiras. De ese monto, esta municipalidad destina al mes un mínimo de 280 mil lempiras para el pago de la planilla de empleados. «Ahora esperamos el fondo de Fuerza Honduras, que son como 683 mil lempiras que nos confirmaron que nos darán. Pero ojo, nos lo darán en dos partes, al liquidar el primero darán el segundo desembolso. Pero la municipalidad pondrá una contraparte, una suma similar. Así que nos tiran la papa, pero el dinero no sabemos cuándo llegará», cuestionó Mendoza.

El centro de Triaje que instalará La Villa de San Antonio, Comayagua, será de 10 a 15 camillas para atender a los 28 mil habitantes del casco urbano y de las 37 aldeas que tiene el municipio. Aquí apenas hay tres centros de Salud, pero solo el ubicado en el casco urbano cuenta con un doctor que atiende entre a 20 a 25 casos sospechosos de Covid que le llegan a diario. Según el recuento que lleva el Alcalde, desde que inició la pandemia en su municipio han muertos centenares de pobladores por el virus. «Sólo en el casco urbano de la Villa y en la aldea de Flores calculamos que la cifra de muertos ronda los 300 a 400. La gente cuando se ve grave sale para el Hospital Santa Teresa y al Hospital de La Paz, pero la mayoría va a Comayagua.  A raíz de toda esta crisis la municipalidad está pagando un médico en Flores, porque el personal de salud que tenemos en el municipio es poco», apuntó.

Ha habido ocasiones que para trasladar los enfermos el alcalde ha dispuesto de carros paila propios o de personas particulares. Pero no se fía, dice que se prepara porque vaticina que lo peor de esta pandemia no ha llegado a su municipio y que habrá más muertos. «Esto le duele a uno; nos sentimos impotentes y aquí todos los golpes van a dar donde el alcalde.

Nos dieron instrucciones que buscáramos un terreno para estar preparados con los muertos, pero los cementerios van a ser pocos porque lo que se avecina es muerte. Viene lo peor; las cosas se fueron de las manos desde hace como un mes», señaló.

Pese a todas las restricciones que implementó, como permitir la apertura de negocios dos días a la semana, dice que nada ha sido suficiente para detener el virus. «Aquí es sálvese quien pueda. La gente no aguanta estar encerrada y lo que nos mandan para apoyarles, son migajas», puntualizó.

Pero, ¿dónde están los muertos?

El Alcalde de Santa Rosa de Copán, Aníbal Alvarado, dice que la jefa de la Región de Salud en Copán le dijo que se preparara porque se proyectaba que para julio se registrarían 19 mil muertos. El edil se preparó. Excavó en el cementerio 120 tumbas, se armó con 50 ataúdes y aún sigue esperando los muertos. «Por eso es que tengo mis dudas de los muertos. No los he visto. Las familias de los que dicen que murieron por el Covid me aseguran que sus parientes se murieron pero de un infarto o de otras enfermedades, pero no del virus como pusieron en la defunción. Entonces, por eso les he pedido que me muestren que se mueren de eso, que me presenten las pruebas fehacientes, que se murió por Covid. Que me digan porque hasta ahora no lo veo y mientras no se vea la gente no lo va a creer. Solo decimos los casos van para arriba, pero ¿dónde están? En los centros de aislamiento que tenemos no hay ni uno».

Alcaldía de Santa Rosa de Copán, departamento de Copán. Foto: La Prensa

Pese a la incredulidad de la existencia del virus, Alvarado asegura que colabora y que está vigilante y que incluso monitorea las cifras que diariamente brinda el Sistema Nacional de Gestión de Riesgos (SINAGER), cada noche, en cadena nacional. «Estamos 20 días atrasados con respecto a los datos que dan en la cadena. Ese dato es mentiroso, pueden ser más. Eso es lo que dicen los médicos, pero lo que queremos es la mera realidad. Dicen que van más de 300 casos, pero si hay atraso entonces, la realidad es que tendríamos unos 900 casos», dice al hacer sus cálculos matemáticos.

Desde el mes de marzo, este edil habilitó el auditorio Monseñor José Carranza Chévez e invirtió 200 mil lempiras para que sirviera como centro de aislamiento con 24 camas. También habilitó el Gimnasio Municipal pero asegura que desde que se abrieron nadie ha llegado. «No hay médicos en los centros, pero no ha llegado tampoco ni un paciente.

Nos presionaron tanto y no vemos a los enfermos. Hemos comprado los tratamientos Maíz, estamos preparados con todo, pero aún no vemos las cosas como dicen que vendrán. Estoy preparado por cualquier cosa, tengo fosas y ataúdes. Pero como le digo, sigo buscando los muertos».

En el Hospital de Occidente solo hay 24 camas que ya están llenas. De seguir en aumento los casos, temen que este hospital, que recibe pacientes de diversas regiones, no logre dar respuestas a la alta demanda que tendrán por casos de Covid-19.

Derrochan fondos

Si algo lamenta, dice el Alcalde de Santa Rosa, es el derroche de dinero con la construcción del plantel donde se instalará el hospital móvil para la región de Occidente, que atenderá a pacientes Covid19 y que llegará en agosto. «Ese plantel costó seis millones. Sólo en la supervisión se pagó 1 millón 700 mil lempiras que si lo hubiera manejado (él), le aseguró que lo más que hubiera gastado supervisando esa obra, hubieran sido 200 mil lempiras, pagando un ingeniero con 50 mil lempiras mensuales», agrega.

Pese a que desde marzo tampoco su Alcaldía recibe las transferencias que por 1 millón 700 mil lempiras les deposita mensualmente el Gobierno, dice que con los fondos que tiene ha comprado el tratamiento Maíz, ha instalado 14 cabinas de desinsectación para colocarlas en mercados y terminales de buses y que hace “maromas” para dar respuestas. Pero si algo le pide al Gobierno es que les cumpla y le instalen el laboratorio de Virología que les prometieron. «Le pido al Gobierno agilicen las transferencias y que manden el laboratorio de virología, porque está autorizado. Nos deben cinco meses de transferencias y las que dieron en enero y febrero fueron por poquitos. Ahora esperamos los fondos del Programa Fuerza Honduras para hacer frente a la pandemia y atender a los 70 mil pobladores del municipio», agregó.

Con esos fondos podrá atender, además del casco urbano, a las 23 aldeas que tiene Santa Rosa de Copán, municipio en donde ha crecido la pobreza, un 40% de su gente, desde la llegada de la pandemia. Con el Programa Honduras Solidaria, dice que logró dar alimento a cinco mil familias y duplicó esa cantidad de beneficiarios porque la municipalidad y la empresa privada aportaron y llevaron alimento a 14 mil familias.

Santa Ana, un municipio que con sus recursos da respuestas en la pandemia

Unos 20 mil habitantes que habitan en el casco urbano, más seis aldeas que se ubican a 24 kilómetros de Tegucigalpa, capital de Honduras, conforman el municipio de Santa Ana, uno de los primeros municipios adonde el virus llegó y contagió a la población. El Alcalde, Jorge Sanders, asegura que junto con la empresa privada se adoptaron acciones porque el SINAGER no los tomó en cuenta y fue así como instalaron un centro de monitoreo y prevención, grupos de solidaridad en las comunidades y contrataron un médico para atender a los pacientes en la aldea La Bodega, uno de los focos de contagio que se detectó.

Santa Ana es otro de los municipios que desde marzo no recibe el  millón 209 mil 101 lempiras que por transferencia municipal el Gobierno mensualmente le da. Durante la emergencia, el alcalde asegura que lo único que le ha llegado han sido las transferencias del Programa Honduras Solidaria, y que fue un monto de 694 mil 500 lempiras. La alcaldía, dice, aportó otros 600 mil lempiras para abastecer de alimentos a 12 mil familias del municipio. Pero en el camino han sido tantas las situaciones vividas que se han sentido solos y han tenido que tomar sus propias decisiones. «Lo que busqué fue la prevención.

Nos dimos cuenta que SINAGER no nos tomaba en cuenta, así que tuvimos que enfrentar esto con lo poco que tiene la Alcaldía y con la ayuda de la empresa privada. Fue de buscar soluciones y así logramos contratar dos médicos, dos enfermeras, equipo de bioseguridad y lo más importante, que la misma gente se involucrara», afirma Sanders.

Pese a estar tan cerca de Tegucigalpa, las autoridades sienten el abandono por parte del Gobierno Central. Y al igual que con otros gobiernos municipales del país, es la población la que se ha organizado, ha creado grupos de solidaridad que son los que están monitoreando en los barrios, los caseríos y las aldeas para informar de los casos por Covid19, atender las necesidades y ser un apoyo para las familias.

Los expertos en el tema insisten en afirmar que Honduras aún no alcanza “el pico de la pandemia”, una situación preocupante porque el testimonio de estos alcaldes es una especie de radiografía de lo que acontece en el resto de las Municipalidades del país. La falta de fondos para equipar centros de salud y hospitales, o en su defecto crear centros de Triajes; contratar personal (médicos y enfermeras), al igual la obtención de suficiente equipo e insumos biomédicos de seguridad, siguen siendo el retrato con lo que el país enfrenta una crisis sin precedentes.

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