Por Mirna Flores, investigadora del CESPAD
29 de julio de 2020
Según el mandatario Juan Orlando Hernández, durante su gestión (2014-2018; 2018-actualidad) ha podido enfrentar con “éxito” los problemas de la seguridad pública, a partir de dos decisiones: a) la creación de la Policía Militar de Orden Público y; b) la Depuración y Transformación de la Policía Nacional.
El discurso mediático y político del gobernante en temas de seguridad, ha estado cargado de medidas de “mano dura” y “populismo penal”. Y de manera maniquea ha pasado de la defensa a ultranza de la Policía Militar de Orden Público a ser un abanderado de los “éxitos” de la Depuración y Transformación de la Policía Nacional, marcando así un antes y un después para la “Nueva Policía Nacional”.
“Gracias al proceso de depuración que atravesó la Policía Nacional desde hace seis años (…) podemos decir que la policía es sinónimo de transparencia y fortalecimiento institucional (…) “Prohibido olvidar como se encontraba la policía antes del proceso de depuración” (Juan Orlando Hernández). [1]
“Hoy tenemos una nueva Policía Nacional, que es un ejemplo de transparencia, de lucha contra la corrupción y la impunidad. Esto garantiza cada centavo que se ha invertido en su fortalecimiento” (Juan Orlando Hernández).[2]
La Policía Militar de Orden Público (PMOP) tras el intento fallido del gobernante Juan Orlando de otorgarle el rango constitucional en 2014 [3] para poder tenerla bajo su control total y por su papel represivo en la contención de las protestas sociales, particularmente en el periodo pos electoral de 2017, ha sido denominada por los sectores de la oposición como “la Guardia Pretoriana del gobernante”.
La Depuración y Transformación de la Policía Nacional fue la respuesta reactiva del gobierno a los escándalos en que se vio sumida la institución policial, cuando en 2016, el periódico El Heraldo y luego el New York Times divulgaron una investigación realizada desde la Policía Nacional que develaba la supuesta participación de los altos mandos de la cúpula policial en la planificación y ejecución del asesinato del Zar de la droga Julián Arístides Gonzales (2009) y de Alfredo Landaverde (2014).
Luego de los discursos mediáticos del mandatario, con seis años sostenidos de una política de militarización de la sociedad y de depuración policial, cabe preguntarse: ¿cuál es la percepción de la ciudadanía sobre estos temas?, ¿el discurso del mandatario coincide o entra en contradicción con las percepciones ciudadanas sobre los grandes problemas de la inseguridad?
En el Sondeo de Opinión Pública presentado por el Equipo de Reflexión, Investigación y Comunicación ERIC-SJ en julio de 2020, encontramos algunas pistas que nos permiten aproximarnos a algunas respuestas preliminares sobre la percepción que tienen los ciudadanos sobre la inseguridad, la confianza en la policía, los problemas de percepción de la corrupción policial y la depuración policial, luego de un proceso de “limpieza” profundo con el retiro de los “malos policías”.
Es importante considerar que la encuesta del ERIC-SJ[4] fue aplicada, en febrero del 2020, antes de la emergencia sanitaria global COVID 19. No obstante, las percepciones sobre el tema que nos ocupa tienen relevancia en tanto es una problemática que viene siendo abordada desde hace muchos años atrás.
Lo que devela el Sondeo de Opinión:
- La violencia y la inseguridad son percibidas como el segundo problema más importante que tiene el país
En relación al problema más importante del país, como bien señala el sondeo, los resultados muestran que el problema fundamental percibido por el 51.7% de los ciudadanos es la crisis económica (desempleo 32.4%, pobreza 15.6% alto costo de vida 3.7%).
La violencia e inseguridad con 23.5% (violencia-inseguridad 21%, drogas-narcotráfico 1.9%, extorsión 0.6%) es percibida como el segundo problema importante. Se debe considerar que los problemas de inseguridad que preocupan a los ciudadanos están más relacionados con la violencia e inseguridad cotidiana, aun cuando la agenda de seguridad ha dado prioridad al narcotráfico, maras y extorsión.
En cuanto a los niveles de victimización, el 29% de la población manifiesta que ha sido víctima de la violencia en el último año. De ese total, 41.4% fue víctima de robo sin agresión, 22.6% robo con agresión, 21.3% por un familiar asesinado y el resto corresponde a amenazas, extorsión, impuesto de guerra, secuestro y otros.
Si comparamos estos datos de victimización del sondeo 2020 con 2015, encontramos porcentajes similares para esos dos años: 26.5% en 2015 y 29% en 2020, esto significa en términos comparativos, una reducción de apenas 2.5%.[5] Esto significa que los porcentajes de victimización no han variado sustancialmente.
- Un segmento importante de los ciudadanos percibe que las instituciones del Estado están controladas por el narcotráfico
A la pregunta, ¿considera que el narcotráfico controla las instituciones del Estado? la respuesta es mucho (50.7%), poco (17.2%), algo (14.3%) nada (13.7%). Eso significa que el 82.2% identifica que existe algún nivel de control del narcotráfico sobre las instituciones del Estado. Es de suponer que esa alta percepción de control de la institucionalidad del Estado por el narcotráfico se relaciona con los señalamientos a los altos funcionarios del gobierno en actividades de corrupción y de narcotráfico.
- La crisis de legitimidad afecta a toda la institucionalidad del Estado y a la Policía Nacional en particular
Cuando se pregunta sobre la confianza que se tiene en las instituciones del Estado, la Policía Nacional ocupa el quinto lugar (de veintidós instituciones) en desconfianza con 71.6% de ciudadanos que expresan tener poca o ninguna confianza. Los primeros cuatro lugares los tienen: El Congreso Nacional (85.7%), el Gobierno Central (82.5%), La Corte Suprema de Justicia (80.3%), El Ministerio Público (´75.9%). Las instituciones religiosas son las menos afectadas por la desconfianza: Iglesia Católica (44.7%), Iglesia Evangélica (45.1%).
- La percepción de la corrupción sigue permeando a la institución policial y se encuentra bastante extendida en las instituciones del sistema de seguridad y justicia
De un total de 10 instituciones señaladas con mucho y algo de corrupción, la Policía Nacional se encuentra en el cuarto lugar con 77.3% de percepción de corrupción. Los primeros tres lugares los tienen los Partidos Políticos (85.4%), El Congreso Nacional (82.4%), el Gobierno Central (79.2%).
- La mayoría de los ciudadanos no ve logros positivos en la actual gestión gubernamental y la depuración policial apenas es percibida como logro
Cuando se le pregunta a los ciudadanos hondureños ¿podría decirme el principal logro de Juan Orlando Hernández en su último año de gestión? 50.2% de los encuestados dice que ninguno. Los logros en materia de seguridad son en 7.4% al combate a la delincuencia, 3.2% la extradición de narcos, 2.7% apunta a las medidas de seguridad y apenas 1.1% a la depuración policial.
En conclusión
Los resultados del Sondeo de Opinión del ERIC-SJ apuntan a mostrar las enormes incongruencias entre el discurso del mandatario y la percepción/realidad de los ciudadanos, particularmente en el tema de la inseguridad ciudadana y el papel de la institución policial. Los niveles de violencia común y organizada siguen siendo extremadamente altos en el país, a pesar de los enormes recursos invertidos en el sector seguridad y defensa.
De igual manera, sigue siendo sumamente preocupante la falta de confianza en la policía y los niveles de percepción de corrupción de la institución policial. Y la Depuración y Transformación de la Policía Nacional es apenas percibida como un logro por la ciudadanía.
Descargue: Análisis42 – CESPAD
[1] https://www.laprensa.hn/honduras/1352949-410/juan-orlando-hernandez-polic%C3%ADa-nacional-sinonimo-transparencia
[2] https://libertaddigital.news/honduras/dictadorhoy-tenemos-una-policia-nacional-que-es-ejemplo-de-transparencia-y-lucha-contra-la-corrupcion/
[3] https://www.elheraldo.hn/pais/584901-214/cn-eleva-a-rango-constitucional-la-policia-militar
[4] https://eric-sj.org/sondeo-2020/
[5] https://cis.org/sites/cis.org/files/2015%20Report.pdf
