Martha Velásquez: “eso del feminismo es de lesbianas, las que van a las cantinas”.

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Martha Velásquez

Por: Claudia Mendoza

Basta intercambiar un par de palabras con Martha Velásquez para saber que detrás de esta alta y delgada mujer, de 70 años de edad, hay una tremenda historia. Ha conocido centenares de mujeres que le han ayudado a cimentar una lucha y entrega por la defensa de sus derechos. Al frente del Movimiento de Mujeres de la Colonia López Arellano (MOMUCLA), Martha dice que su lucha es “por las que vienen, por las que estamos y por las que ya se fueron”.

A Marta Velásquez me la encontré, literalmente, tirada en el suelo de la dura acera de los Juzgados en Materia de Extorsión, en Tegucigalpa. Viajó junto a 10 compañeras suyas más a esa ciudad, para solidarizarse y permanecer en la zona hasta que se dirimieran las acusaciones en contra de 12 pobladores de Guapinol. Allí la abordé; un inicial y breve intercambio sobre la necesidad de cuidar nuestros recursos naturales bastó para despertarme el “gusanito” y la necesidad de conocer a fondo a esta septuagenaria mujer, cuyo pensamiento está tan lucido y vigente como en la década de los 80, cuando comenzó su titánica labor a favor de los derechos de las mujeres de su país.

“Una patrona me mandó a recibir un taller de feminismo”

Martha Velásquez nació en el seno de una humilde familia en San pedro de Tutule, departamento de la Paz. A la edad de 16 años viajó a Tegucigalpa para laborar como trabajadora doméstica. Allí permaneció un tiempo hasta que se vio obligada a viajar de nuevo y buscar empleo en San Pedro Sula, norte de Honduras.

“Mirá, yo te quiero mandar al primer encuentro feminista Clementina Suarez. Y le digo yo: ¿y eso para qué? Vos andá y tomá lo que te guste”. Ese fue el intercambio de palabras que Martha sostuvo con una mujer de origen Belga a quien lavaba y planchaba ropa. Aquel encuentro que se desarrolló en 1982, le cimentó la base de una lucha que le ha costado muchos sinsabores pero también muchas satisfacciones.

Aunque desde joven Martha ya arrastraba una trayectoria vinculada a las luchas populares y comunales, fue ese encuentro el que le dio directrices a su vida. “Antes de eso nosotras habíamos organizado un club de amas de casa. Teníamos un comedor infantil; luchábamos por la obtención de los servicios básicos comunales, el transporte de la comunidad, el agua; acuerpamos huelgas de trabajadores, etc.”, agrega.

 Una lucha contra el machismo de los 80

Martha evoca que al inicio, organizar a las mujeres de la zona fue una labor muy difícil porque tuvo que pelear contra el machismo propio de los hombres de la época. “A las mujeres les prohibían ir a reuniones que nosotras hacíamos. Las que tenían marido no iban, entonces decidimos hacerlas con las que no estaban con pareja”, rememora.

Pero mientras conversábamos, vinieron a su mente otros episodios, como el vivido con el entonces presidente del patronato de la López Arellano. “El patronato, que era un patronato deliberante, tenía como presidente a Manuel Vallecillo. Había sido hasta presidente del Sindicato de Trabajadores de la Empresa Nacional de Energía Eléctrica (STENEE). Le digo yo, nos va a prestar la casa comunal para que nos reunirnos. Sí, dijo, pero en vez de ayudarnos, cuando llegamos esa tarde, le había mandado a meter candado”, contó mientras lanzó una carcajada al aire.

Martha contó que se les prohibió a todos los miembros del patronato apoyarles. “Entonces, para que le doliera más, llevamos a Doris Mejía que era la vice presidenta de la STENEE, para que nos juramentara. Nos movimos a un comedorcito que había en la zona y allí nos juramentó, en la calle”, agrega. Aquella reunión fue en 1992, y fue el día en el que se le dio vida a MOMUCLA.

Martha menciona nombres importantes en su vida privada y organizacional como el de Gladys Lanza, la histórica lideresa y coordinadora del Movimiento de Mujeres por la Paz Visitación Padilla, con quien tiene miles de anécdotas qué contar porque fue pilar clave en el fortalecimiento de MOMUCLA.

Martha Velásquez

Feminismo: una palabra que daba miedo a las mujeres

Pero en los 80s y 90s, Martha y sus compañeras de MOMUCLA no solo se enfrentaban al machismo de los hombres. Quizás, igual de duro fue derribar muros mentales en las mujeres, ante una palabra que daba hasta terror: feminismo.

“Cuando oí yo por primera vez hablar de los derechos nuestros como mujeres, dije, esta cosa sí me gusta y vine con el gusanito. Pero a las compañeras ya no les gustaba eso”, recuerda.

Martha recuerda que poco a poco se fue empapando de conceptos como patriarcado, feminismo y derechos de las mujeres.

Con otra sonora carcajada dijo: “yo les decía, tenemos que organizarnos como mujeres feministas. ¿Y qué es eso de mujeres feministas?, preguntaban. Otras decían, yo oigo que eso del feminismo es de las lesbianas que les gusta ir a las cantinas. Y decían, no Martha, eso no”.

Esta luchadora afirma que “no le paraban bola”, pero pacientemente fue conquistando a otras mujeres y cuando logró su objetivo comenzaron a buscar apoyo con organizaciones como el Centro de Derechos de Mujeres  (CDM), El Centro de Estudios de la mujer-Honduras (CEM-H), Movimiento de Mujeres por la paz “Visitación Padilla”, Acciones para el Desarrollo Poblacional (ADP), entre otras. “Ellas nos empiezan a capacitar, a hablar de nuestra realidad, a aceptar nuestra realidad para cambiarla”, agregó.

MOMUCLA: una organización con historia y convicción

En Choloma, Cortés, donde permanece viva MOMUCLA, la organización ha sido una “luz al final del túnel” para miles de mujeres sobrevivientes de violencia en todas sus formas.

Con apoyo de organizaciones como el CDM, afirma, se abrió en la colonia López Arellano una escuela de promotoras legales. Desde entonces, Martha dice que miles de mujeres han pasado por su vida. Una como beneficiarias de los  procesos de formación, otras recibiendo apoyo legal, moral y psicológico ante las situaciones de violencia vividas. “En la colonia es muy conocida la organización porque hemos trabajado en las diferentes colonias aledañas. Hay promotoras en las colonias reproduciendo aprendizajes.

Martha dice que, a casi 30 años de haberse fundado MOMUCLA, las violencias contra las mujeres no han disminuido. “Lo que tenemos ahora son mujeres empoderadas, que denuncian y deciden no vivir en ese mundo. El machismo y el patriarcado, entre más días está siendo más agresivo y eso es lo que en este momento nos afecta”.

Esta guerrera lleva 3 décadas luchando por los derechos humanos y ahora puntualmente por las mujeres. Pero esto parece que no terminará aún. “Yo he dicho que hasta que me muera sigo en esto. Hasta que Dios diga, yo sigo promoviendo los derechos de las mujeres. A mí me parece que esto es una obligación”, dijo con convicción.

Para finalizar, Martha cerró la grata y aleccionadora conversación con una frase que la inmortalizará en el mundo de la defensa de los derechos de las mujeres en Honduras: “esta lucha es por las vienen, por las que estamos y por las que ya se fueron”.