Las mujeres defensoras de la tierra de Honduras compartieron su experiencia y mostraron la realidad que enfrentan por defender sus recursos, sus bienes y sus pobladores. No tuvieron miedo y ante la desbordada solidaridad que 52 representantes de 13 países les dieron, tomaron más fuerza.
Se trata de una misión de mujeres luchadoras de la tierra de diversos países, que vinieron a decirles que no están solas, que su lucha traspasa fronteras y que están vigilantes para respaldarlas en las comunidades donde alcen sus voces.
Desde Colón hasta Copán, la caravana de defensoras que integró la Misión de Solidaridad Feminista, fue testigo de la gran labor de las defensoras de la tierra en Honduras. Las lideresas se dieron cuenta que fuera de Honduras hay ojos que observan y siguen su trabajo; organizaciones y personas que están atentas a sus acciones.
Y es que la Red Nacional de Defensoras en Honduras, que organizó el evento, dio paso a la iniciativa mesoamericana de defensoras, de la que Honduras es parte y que buscó mostrar la realidad de lo que viven esas lideresas en el país. Fue a través de la campaña “El Abrazo”, sí. Un abrazo lleno de calor, de solidaridad, de apoyo y de fortaleza, la que vino a revivir las esperanzas de las defensoras hondureñas.
28 organizaciones sociales, feministas, campesinas, indígenas y negras y de la comunidad LGTBI de 13 países, estuvieron juntas durante cinco días en el país y se desplazaron a hasta Santa Bárbara, Copán, La Esperanza, Intibucá; El Progreso, Tela y Tocoa, zonas de diversos departamentos del país.
“Fue una experiencia enriquecedora, compartimos con defensoras de Brasil, Estados Unidos, España, México, Guatemala entre otras, que visitaron distintos territorios donde las mujeres enfrentan momentos difíciles. Sus luchas ahora son conocidas, reconocidas y aportan no solo en Honduras, sino en el mundo, para no retroceder. Hay un compromiso para no dejarlas solas y esperamos fortalecerlas porque su labor da esperanzas a muchos pueblos” expresó Gilda Rivera, directora del Centro de Derechos de Mujeres (CDM).
La gira
Hablar con las lideresas, conocer sus necesidades, escuchar sus historias y cómo las amenazas las mantienen firmes en sus convicciones, formó parte de las actividades que desarrollaron junto a las representantes de los pueblos Garífuna, Tolupán, Misquito, Maya Chortí, Lenca, y pobladoras de comunidades rurales y urbanas, que defienden la vida.
”Fue importante la visita. Ésta misión va más allá de la solidaridad, nos fortalece y nos anima a seguir en la lucha. Para nosotras es importante que representantes de organizaciones vengan a Honduras y constaten las graves violaciones a derechos humanos que se viven y que día a día sin miedo luchamos. Estamos defendiendo las causas. Tenemos casos de mujeres que han sido asesinadas como Bertha Cáceres, Margarita Murillo, Enriqueta Matute que por la lucha que han librado les quitaron la vida”, dijo Noemí Dubón, del Foro de Mujeres por la Vida.
La misión constató insitu, que ser defensor en Honduras es una amenaza latente. Las luchas que se realizan en diversos campos, poblaciones que resisten, la impunidad, sólo muestra el verdadero rostro de la indefensión que, aseguran los defensores, los expone. Aun así, hacen frente al miedo, la persecución y criminalización por parte del Estado.
“Se lucha en nuestras comunidades; estamos convencidas que hay que dar la batalla pese a los riesgos, las amenazas, pero no desmayamos. Esta visita para nosotros es una fuente de energía que nos dice que no hay que desmayar”, dijo Jacinta Pérez, de la comunidad Chortí en Copán Ruinas.
La lucha.
Son varias las luchas que realizan las mujeres, unas por tener el acceso al agua, otras por la tierra, la alimentación, la vivienda, la movilidad, la educación, la salud, la seguridad para ellas y las de sus comunidades. “Aquí son un sin número de luchas que se libran, proteger la biodiversidad de los territorios frente a la minería, las hidroeléctricas, los monocultivos y la industria del turismo, son parte de las batallas que libramos. Hay control, vigilancia, criminalización, detenciones arbitrarias, difamaciones y múltiples amenazas”, manifestó María Santos Domínguez, lideresa del pueblo Lenca.
La situación de las defensoras no dejó de causar una profunda preocupación por el clima de tensión que enfrentan. Y por ello, al final del recorrido por las comunidades, exigieron al Estado que les garantice los derechos de las mujeres, que se realice la consulta comunitaria previa, libre e informada a los pueblos que habitan en territorios donde se instalan de manera arbitraria proyectos extractivos, que atentan contra los títulos ancestrales de propiedad de la tierra y la vida.
“Como movimientos feministas, honramos la memoria de las mujeres cuyas vidas han sido arrebatadas. Reconocemos los aportes y acuerpamos las luchas de campesinas, lencas, garífunas, mayas Chorti. Abrazamos a las compañeras hondureñas que están en la defensa de los derechos y estaremos atentas, vigilantes y en alerta permanente frente a la represión, criminalización, persecución y violencia que enfrentan”, dijo Orfe Castillo, del Grupo Impulsor de la Red Nacional de Defensoras de México.
Y es que para las defensoras hondureñas, “no es lo mismo que estén pendientes vía teléfono y que se hagan comunicados, a que se conozca la realidad que enfrentan”. “Tenemos defensoras criminalizadas como Miriam Miranda, Magdalena Morales, Irma Lemus y otras más que por la lucha que realizan defendiendo la vida, los territorios y las luchas contra la violencia, están siendo criminalizadas y esto debe parar”, aseguró Noemí Dubón del Foro de Mujeres por la Vida.
La Misión aseguró que su apoyo no termina con una visita y que este es apenas es el comienzo de todo un trabajo que busca visibilizar la problemática que enfrentan las defensoras en Honduras, buscar mecanismos de protección e instalar una red de alerta para denunciar las violaciones que se sigan cometiendo contra esas mujeres que están defendiendo sus tierras, sus bienes y su gente.