“Luchas Feministas, Avances y Retrocesos”, se llamó el conversatorio que, en el marco de la conmemoración de los 65 años del reconocimiento al derecho al voto a las mujeres, realizó el Colectivo de Mujeres Hondureñas (CODEMUH). La reflexión fue interesante y los resultados alentadores y a la vez preocupantes.
Las mujeres de la zona norte del país que se reunieron en el conversatorio coincidieron en que los altos índices de femicidios, la exclusión, discriminación, la violencia doméstica y las agresiones sexuales continúan siendo los abusos que enfrentan a diario las mujeres hondureñas por su condición de género. Sin embargo, son situaciones que a la vez permiten a las organizaciones de mujeres mantenerse unidas, para continuar avanzando en la conquista de derechos históricamente negados.
“Hay una tendencia de las autoridades, responsables de tomar decisiones y definir políticas públicas a bajar, disminuir derechos de las mujeres y no a cumplir o aumentar esos derechos”, dijo María Luisa, directora de la CODEMUH.
Datos importantes para comprender la gravedad de la situación, son los altos índices de femicidios que se han presentado apenas en lo que va del 2019. Se enlistan 19 femicidios y crímenes de mujeres, 15 perpetrados con un nuevo patrón de agresión sexual, según datos del Observatorio de Derechos Humanos de las Mujeres, del Centro de Estudios de la Mujer (CDM).
“El nivel de crueldad es mayor también. Las mujeres, previo a ser asesinadas, son mutiladas, son torturadas sexualmente e incluso la última modalidad es matar no a una sino en colectivo y además frente a sus niños y niñas, que es otro nivel de tortura para la mujer. Saber que la están asesinando y que su niña o niño está viendo, es lo más duro para una mujer cuando es asesinada”, agregó Regalado.
En el conversatorio se destacó que la impunidad continúa siendo la “eterna aliada” de los femicidios y crímenes contra las mujeres en Honduras. De hecho, la auditoría social de la CODEMUH y la Tribuna Especial Contra los Femicidios, establece un dato preocupante y perseverante: entre el 96% y 98% de los asesinatos y femicidios permanecen en la impunidad.
“Cuando las autoridades no hacen su trabajo de ir a capturar al agresor, de dar el tratamiento según lo que establece la Ley de Violencia Doméstica, lo que sigue es un femicidio y esa es responsabilidad de las autoridades que no están haciendo su trabajo”, agregó Regalado.
Avances y retrocesos
El espacio de discusión sirvió también para refrescar en la memoria las luchas que por años han sostenido las mujeres y feministas organizadas. Aquí se coincidió en que se ha avanzado, pero porque algunos derechos ganados han sido el resultado de presiones y sacrificios de las mujeres. “Las mismas leyes que existen a favor de las mujeres han sido producto de esas luchas, La Ley contra la Violencia Doméstica, la Ley de Igualdad de Oportunidades, todo lo que tiene que ver con que la violencia doméstica no sea del mundo privado sino que salga, que sea un problema de política pública, es el resultado del trabajo nuestro”, sostuvo la defensora de derechos de mujeres de la maquila.
Para las mujeres que convergieron al taller, el Estado y gobierno de Honduras tienen una deuda pendiente: hace falta colocar la violencia doméstica como tema en la agenda pública y que las autoridades vinculadas a los crímenes mujeres y femicidios brinden respuestas.
Jessica Sánchez, Directora del Grupo de la Sociedad Civil (GSC) y miembro de la Coalición Todas, señaló que parte de los avances son los pactos y alianzas que han realizado y que les han permitido encontrarse para abordar temas como: la violencia, participación política, el aborto, un tema que hasta la fecha es penalizado en Honduras, entre otros más en los que se ha ido avanzando.
Uno de los logros fundamentales que más han generado impacto dentro de los grupos de mujeres feministas es que aunque persiste el miedo por alzar la voz, esto no ha sido un factor que paralice y encierre a las mujeres en sus hogares, las que poco a poco van apropiándose de la necesidad de denunciar las agresiones y sus agresores.
Los retos
Para el reconocimiento de los derechos de las mujeres aún queda mucho camino que recorrer y retos por alcanzar, concuerdan las participantes. Parte de esos retos son: una aplicación justa y condenatoria de los crímenes de mujeres y femicidios; la inclusión de sanciones para la violencia intrafamiliar, protección política hacía las defensoras de derechos humanos, los pactos éticos entre feministas, entre otros que tienen como finalidad lograr que las mujeres vivan una vida sin miedo, sin esclavitud, ni ataduras patriarcales.
Para Regalado, los retos implican trabajar de la mano con algunos retrocesos que se han dado, tal es el caso de la aprobación del nuevo Código Penal, que estipula una baja de penas a los agresores de mujeres; la Ley de Trabajo Temporal que no garantiza la permanencia en un empleo y la discriminación por enfermedad y por edad a la que se enfrentan las mujeres.
“Continuamos en la lucha y ese es un avance”, concluyeron las mujeres.