15 de septiembre del 2018: la Honduras de aquí y la Honduras de allá

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Por: Claudia Mendoza
Siempre he sentido curiosidad de saber si al señor Juan Orlando Hernández, sus asesores en comunicación le muestran las situaciones, las críticas o cuestionamientos que se le hacen y que trascienden más por las redes sociales o en los escasos medios de comunicación que mantienen una política editorial crítica a su administración.
Me lo volví a preguntar ayer, luego de ver los desfiles del 15 de septiembre; no diré la conmemoración de la independencia patria porque alrededor de ese concepto tendría que escribir otro artículo pues tengo, como muchas personas, cuestionamientos a la falacia que se le ha repetido a nuestra niñez, décadas tras décadas en las escuelas.
Volviendo al 15 de septiembre, para mí era algo así como ver en televisión, escuchar en la radio y leer en las redes sociales sobre la Honduras de aquí y la Honduras de allá.
Hablemos de la Honduras de aquí
Las grandes corporaciones de televisión y cadenas de radio del país, afines en su mayoría a una política silenciosa, no cuestionadora y a favor de mantener la imagen de que en el país todo está bien y que aquí no pasa nada, transmitían un 15 de septiembre como cualquier otro. Decenas de colegios haciendo cola en las calles para entrar al estadio nacional a desfilar con sus lindas palillonas, sus bandas de guerra, los cuadros de danzas, etc.
Cambiar de radio o de canal de televisión era escuchar y ver mucho de lo mismo: todos transmitían las mismas imágenes y los conductores decían el mismo discurso.
Fuera de las calles, el escenario también fue el mismo: la protesta o manifestación que año tras año protagonizan el 15 de septiembre, los seguidores del partido Libertad y Refundación (LIBRE), algunas organizaciones de feministas y mujeres, campesino/as, la comunidad LGBTI, algún sector del magisterio, sindicatos, etc., que también, como en otros años, fueron objeto de represión por elementos policiales y del ejército hondureño.
Si no hubiese sido por la bomba lacrimógena (no se sabe si fue introducida o se lanzó desde adentro) que fue detonada entre las personas que estaban en las gradas del estadio viendo los desfiles (una acto deplorable), el 15 de septiembre hubiese sido un 15 de septiembre más.
Por cierto, dicen que para entrar al estadio se ejecutó una estrategia de seguridad que comenzaba con una estricta y minuciosa revisión de todos los que ingresaron. Se trataba de evitar a toda costa que se escuchase desde el “fuera JOH” en el estadio, hasta situaciones más complejas que pudiesen poner en peligro la vida del gobernante hondureño.
Dicen también, que entre las escuelas y colegios hubo órdenes estrictas de advertir al estudiantado que se abstuviera de ejecutar temas musicales como la famosa canción “JOH es pa´fuera que vas”, discursos alusivos a la crisis de país o de la cuestionada ascensión al poder del gobernante de Honduras.
Hablemos de la Honduras de allá
Desde mi perspectiva, el 15 de septiembre del 2018 quedará registrado en la historia de Honduras porque a diferencia de lo antes descrito, fue el escenario en el que jamás se había visto el malestar que existe en el país.
Los vídeos y fotografías que no trascendieron en los medios corporativos y sí en las redes sociales, dieron cuenta de desfiles en diversos pueblos del interior del país, con jóvenes portando pancartas que cuestionaban la corrupción y tildaban al gobierno como su promotor.
Hubo desfiles de estudiantes portando mensajes fuertes y críticos del papel que han jugado los militares en el actual contexto. Se les pedía el cese de la represión y de crímenes.
Una foto que adjunto a este escrito y que podría parecer divertida, cuestiona de forma simple pero muy profunda, la dependencia de poderes del Estado como el Judicial, que se ha convertido en el mandadero del Ejecutivo y del Legislativo.
Otros vídeos mostraban el rechazo del pueblo a funcionarios públicos, a quienes en algunas zonas se les gritó corruptos y otras palabras que mejor no cito acá.
En suma, el 15 de septiembre del 2018 se convirtió en una extensión del rechazo de una ciudadanía que sigue molesta:
– por la ascensión del actual mandatario (reelección ilegal y denuncia de fraude electoral)
– por las medidas (decretos/leyes/etc.) que aprueba el Congreso Nacional para blindarse y no ser investigado
– porque más de 30 personas fueron asesinadas después de las elecciones generales de noviembre del 2017, sin que ninguno de los crímenes se investigue
– por la concesión indiscriminada de recursos naturales sin tomar en cuenta la consulta previa, libre e informada que debe haber en los pueblos indígenas y no indígenas del país
– porque se prohibió conocer los estudios de impacto ambiental que tendrán los proyectos extractivistas en los territorios que se concesionan sin permiso de las comunidades
– porque todos los días las mujeres siguen siendo asesinadas con saña y torturas y el grado de impunidad de los crímenes es elevadísimo
– porque no hay empleo
– porque los centros de salud y los hospitales públicos no tienen médicos, enfermeras, medicinas y la gente muere por desatención
– porque no se han construido escuelas en los últimos años y nuestros niños y niñas no tienen acceso a la educación gratuita, tal como reza la Constitución de la República
Y mejor me detengo aquí, porque la lista sigue y suma…