La agonía del Río Cuyamel y las mujeres que quieren evitar que muera

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Foto obtenida de: Comité Pro Defensa del Río Cuyamel.

Son las 6:00 a.m. cuando empieza su actividad. Karla nos cuenta que en su caminata diaria hacia su trabajo observa algunos camiones que comienzan desde muy temprano a sacar y trasladar piedras, grava, gravilla y arena. Es la lenta agonía del río Cuyamel y esta es la historia de un grupo de pobladores, en su mayoría mujeres, que luchan para que su río no muera.

Cuyamel es una aldea que pertenece al municipio de Omoa, en el departamento de Cortés, Honduras. Desde el año 2015, un grupo de hombres, pero sobre todo mujeres decidieron unirse para protagonizar la lucha por la defensa del Río que lleva el nombre del poblado y que se ubica en el extremo occidental de la costa norte, muy cercana al río Motagua, en la frontera entre Honduras y Guatemala.

Es una revolución ecológica, dice Karla, una de sus defensoras. “Me entristece; esto está pasando desde hace tiempo. El río se ha secado. Hace 3 años hubo una mortandad de peces inexplicable, incluso recuerdo que en esa ocasión hasta vinieron los de Mi Ambiente, pero nadie supo que pasó y las cosas solo han ido empeorando”, sostuvo esta mujer a quien decidimos cambiarle su nombre, pues en Cuyamel, casi todos los que abanderan esta lucha han sufrido amenazas a su integridad.

En nuestra conversación, la joven también hizo referencia a otro caso reciente de mortandad de animales en la zona: “el año pasado, en las partes de abajo del río, donde alguna gente mantienen su ganado, un montón de animales aparecieron muertos por el agua sucia que bebieron. En esa ocasión, hasta se supo en la comunidad que arriba en la montaña había un mineral que están queriendo extraer y estaban probando un químico; hasta los perros de los vecinos rio abajo murieron, pero nada de eso se investigó por las autoridades”.

MiAmbiente es la Secretaría de Energía, Recursos Naturales, Ambiente y Minas, encargada de lo concerniente a la formulación, coordinación y evaluación de las políticas relacionadas con la protección y aprovechamiento de los recursos hídricos, las fuentes nuevas y renovables de energía. Sin embargo, aseguran, que no ha tenido un papel protagónico en la resolución de un conflicto que podría agudizarse.

La lucha contra la hidroeléctrica Cuyamel

En el año 2013, el Congreso Nacional de Honduras, con la venia de MiAmbiente, dio en concesión el Río Cuyamel a la empresa Generadora Cuyamel S.A. Esta concesión, como todas las que se han otorgado a las empresas en el territorio nacional, no han contado con la consulta libre, previa e informada que establece el Convenio 169 de la Organización Internacional del Trabajo, que debe hacerse a las comunidades que cohabitan con el agua de sus ríos.

Una vez que la comunidad de Cuyamel supo de la concesión, muchos de sus pobladores decidieron organizarse en lo que denominan el Comité Pro-Defensa del Río Cuyamel, nos relató uno de sus miembros.

Foto obtenida de: Comité Pro Defensa del Río Cuyamel.

Agregó que cuando ya estaban organizados, algo cambiaría y fortalecería su visión de la lucha. “El poblado de Cuyamel recibió una visita que cambiaría la historia de nuestra lucha por el río. La defensora ambiental Berta Cáceres asesinada el 3 de marzo del año 2016 nos visitó y nos dejó un semillero de “cuyamelenses” consientes y preocupados por el daño ecológico en nuestra comunidad”, relata otro de sus miembros, quien también pidió el anonimato por temor a represalias contra él y su familia.

Es así, que después de sistemáticas acciones de la comunidad, la corporación municipal de Omoa se comprometió a unirse a la comunidad en la lucha contra la instalación de la represa.

En las reuniones, entre corporativos e integrantes del Comité Pro Defensa del Río Cuyamel, se acordó el desarrollo de un cabildo abierto para que la comunidad se pronunciase sobre la problemática. Sin embargo, “Gracias a la burocracia, el cabildo abierto para tocar esta temática nunca se llevó a cabo hasta el sol de hoy”, nos comentó una de las integrantes del comité.

En abril del 2016, las pobladoras y sus familias organizaron una caminata para denunciar al alcalde del municipio de Omoa, Ricardo Alvarado Escobar, a quien acusaron de mentirle a la comunidad, en relación con el apoyo en la resolución del conflicto.

Acordaron en ese entonces, luego de varias jornadas de protestas, que varios representantes del pueblo participarían en las sesiones de corporación, donde expondrían sus demandas.

Comienza persecución judicial contra las defensoras del Río

Foto obtenida de: Comité Pro Defensa del Río Cuyamel.

Las y los miembros de la organización que en Cuyamel defienden el río se han vuelto esquivos para hablar. Y no es para menos, varios han recibido amenazadas verbales y ya comenzaron a trascender al ámbito legal.

El pasado 2 de agosto del 2018, Lucero Martínez, ambientalista y miembro del comité Pro Defensa del Río Cuyamel fue citada al juzgado de paz por la denuncia hecha por Joseph Borjas, dueño de la empresa AGRECO S.A., la que actualmente está sustrayendo materiales del río. Martínez publicó esta información en la página oficial de Facebook del Comité, pues Borjas la acusó de organizar las protestas por situaciones personales.

Días después, la ambientalista se hizo presente a la citación acompañada por miembros del comité, algunos pobladores de Cuyamel, miembros del Equipo de Reflexión, Investigación y Comunicación (ERIC), así como de miembros del Movimiento Amplio por la Dignidad y la Justicia (MADJ) y algunos medios de comunicación local.

El comité Pro Defensa del Río Cuyamel emitió un comunicado en el que establecieron que “quedó claro que no es problema personal, ni mucho menos familiar como él mencionaba”, refiriéndose al señor López. Recalcaron que fue “posiblemente para desvirtuar la noticia; es un problema ambiental con el comité y la comunidad; quedó pendiente una reunión entre todas las partes para tratar el tema de cuidado y buen uso del río como identidad y patrimonio de la comunidad”.

La acción legal aún no se dilucida. Otras podrían estar en camino, dicen los miembros del Comité. Pero están claros que la lucha no la detienen porque sin agua no podrán sobrevivir y ese es un tema que aprendieron a comprender al ver como cada día se ahoga un río que aún les sirve de fuente de vida.