El presente documento tiene la finalidad de identificar, desde la perspectiva género, cómo los procesos de lucha impulsados por las mujeres campesinas para acceder a tierra, contribuyen o no a su empoderamiento, al ejercicio de sus derechos y a mejorar sus condiciones de vida, en especial a salir de la pobreza. Se enfoca en la situación de las mujeres en la Central Nacional de Trabajadores del Campo, CNTC, en el departamento de La Paz y en la Asociación de Desarrollo de la Península de Zacate Grande, ADEPZA, en el departamento de Valle, Honduras.
Diversos estudios evidencian que las mujeres de las áreas rurales son las más afectadas, en cuanto al derecho a ser propietarias de una parcela de tierra para trabajar y/o vivir, situación preocupante, porque la posesión de la tierra es uno de los elementos claves que contribuyen en la independencia económica de las personas y podría catapultar a las mujeres a generar procesos de empoderamiento individual y colectivo.
La exclusión de las campesinas a este derecho es una de las bases materiales para su opresión, subordinación y discriminación de género; el derecho a la tierra, es una deuda del Estado de Honduras con las mujeres. A través de la historia, las mujeres han sido parte de todas las luchas sociales que aspiran a cambiar distintas relaciones de opresión, de exclusión y de discriminación. Las campesinas hondureñas no son una excepción a estas luchas, han estado presentes en acciones como las recuperaciones de tierra, la labranza y la producción de bienes, enfrentando desalojos violentos y ejerciendo distintos liderazgos. También, acompañando a sus parejas, apoyando en las tomas cuando alimentan, respaldan o cuidan a sus familias.