El informe “Campesinos y campesinas de Honduras. Por el derecho a defender la Tierra y Territorios”, destaca el patrón de desarrollo que impulsan las élites dominantes en Centroamérica y Honduras que ha colocado su acento en proyectos extractivistas: agronegocios-cultivos flexibles (palma africana y caña de azúcar), energía renovable, minería y turismo.
Asimismo, asociaciones público-privadas en la construcción de obras públicas (carreteras, puertos y aeropuertos) y prestación de servicios (por ejemplo, la energía eléctrica, el agua y otros). Todos estos proyectos son desarrollados por el gran capital nacional, centroamericano y transnacional, orientados por el enfoque de una “nueva ruralidad” y con interés, ya no sólo en el acaparamiento de grandes extensiones de tierra agrícola para producir, sino el territorio rural en su conjunto apto para este conjunto de emprendimientos.
Igualmente, este Informe, financiado por la Fundación Mundubat y elaborado por el CESPAD en coordinación con LVC, expone con evidencias cuantitativas y cualitativas como en Honduras el intenso proceso de acaparamiento de tierras y territorios por el gran capital, tiene como su cara opuesta el desplazamiento de sus territorios de la población rural: indígena, garífuna y campesina.
La lógica del mercado guiada por los compromisos con los tratados de libre comercio, ha reemplazado, o dejado poco espacio, a la lógica de la vida. Esto, a su vez, crea dinámicas de resistencia social en defensa de los territorios, luchas estas criminalizadas por el Estado con saldos altamente preocupantes en la infracción de los derechos humanos en sus diferentes dimensiones.