Casi premonitoria, la alerta No 8 del CESPAD, advirtió de que, en virtud de varios acontecimientos de amenazas y violencia, el conflicto en Rio Blanco estaba reviviendo. Hoy, que la vida de Bertha Cáceres, líder inclaudicable e indiscutible de esta lucha, ha sido segada por manos asesinas, en circunstancias que develan el descuido y despreocupación del Estado
por los defensores de Derechos, no queda duda de que el país se abre a un nuevo escenario de los llamados conflictos socio-territoriales.
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Realidad Nacional Asesinato de Berta Cáceres y el millonario negocio de la hidroeléctricas en...